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¿El universo le envía señales? Estas son algunas

Astrónomos en Australia detectaron una serie de señales de radio provenientes del centro de la Vía Láctea. Es común y así se pueden analizar.

  • Este es un ejemplo de una antena de radio de la Agencia Espacial Europea ubicada en Malargüe, Argentina. FOTO Cortesía ESA
    Este es un ejemplo de una antena de radio de la Agencia Espacial Europea ubicada en Malargüe, Argentina. FOTO Cortesía ESA
  • Interpretación de artista de las señalas del mes pasado. Foto: Centro de Astronomía de la Universidad de Sydney.
    Interpretación de artista de las señalas del mes pasado. Foto: Centro de Astronomía de la Universidad de Sydney.
17 de octubre de 2021
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El universo habla, y usted lo sabe. Seguramente ha dicho que recibió señales, o que las pidió. Cuando estaba perdido o confundido miró al cielo y esperó una guía, una respuesta. El problema con estas señales del universo es que muchas no son visibles a los ojos, no son evidentes ni fáciles de descifrar. Y tampoco son las que usted cree.

Lo único que está claro es que sí existen y sí le llegan a los humanos. Algunas se entienden, se leen, y otras siguen siendo un misterio.

Se trata de luz. Afuera, muchísimo más allá de la Tierra, están ocurriendo procesos, fenómenos, cuyo resultado es luz. Es energía y esa energía produce ondas electromagnéticas.

“Las señales más conocidas son las visibles, esa luz que vemos con telescopios como los de Galileo, pero estas tienen diferentes bandas que no alcanzan a verse desde acá para las que necesitamos ver en rayos x, rayos gamma, infrarrojos, ondas de radio...”, explica Camilo Delgado Correal, líder contratista de Astronomía del Planetario de Bogotá.

Solo el mes pasado un grupo de astrónomos de la Universidad de Sydney, en Australia, detectó una serie de señales de radio provenientes del centro de la Vía Láctea que ya habían también sido recibidas varias veces desde enero.

Se trató de ondas a las que consideraron “insólitas” no solo porque no se sabe de qué fuente provienen, sino por su comportamiento inusual y a las que llamaron ASKAP J173608.2-321635, por sus coordenadas.

Esta no es la primera vez. De acuerdo con expertos es común encontrarlas, son varios tipos y hay desarrollos e instrumentos que facilitan su detección.

¿De qué se trata?

En el universo todo tipo de objetos producen luz, sea visible y de alta energía o de baja energía, que no se ve. Una señal es esa luz que llega de diversos procesos que ocurren en el universo, “aunque sea difícil entender que la luz puede ser invisible y venir en forma de ondas”, explica el profesor de Astronomía de la Universidad de Antioquia, Germán Chaparro Molano. O también de alta energía y verse con rayos x o rayos v.

Surgen a partir de procesos naturales, ya que cuando un objeto se calienta comienza a brillar. El Sol, por ejemplo, emite ondas de radio solo por la temperatura que tiene: amarillas, blancas, verdes, pero también de radio y las demás. Pueden venir desde el centro de la galaxia, del medio interestelar, de otras galaxias... incluso desde el Bing Bang todavía llegan señales.

“Si uno quiere entender cuál es el proceso astrofísico que está ocurriendo en algún cuerpo o lugar debe identificar las energías que están mediando ese fenómeno y ver su rango. Si queremos estudiar el Sol, que emite todas las longitudes de onda, podemos usar desde nuestros ojos hasta telescopios de Galileo y hasta otras herramientas más especializadas para identificar el infrarrojo o el ultravioleta”, dice la doctora en Astronomía Luz Ángela García Peñalosa.

Los telescopios, que captan la luz en diferentes frecuencias y longitudes de ondas, serán las herramientas claves. Aquellos para ultravioleta, por ejemplo, permiten identificar fenómenos muy energéticos y los de infrarrojo ver aquellos que ocurrieron antes en el tiempo, hace mucho tiempo, “porque cuando la luz ha viajado mucho, sus líneas características, su espectro, se corre hacia el rojo”, continúa la astrónoma.

¿Se pueden ver entonces señales del pasado?, ¿de fenómenos que ya hoy no están? Sí, el universo guarda sus memorias, su historia, y la cuenta de vez en cuando. Si se quiere observar fenómenos que están ocurriendo en este momento, se mira su ubicación en el espacio. Si son aquellos que emitieron luz hace mucho tiempo y cuya energía apenas está llegando, también es posible. Se hace con procesos y herramientas distintas.

Es decir, entonces, que las señales que envía el universo pueden ser evidencia de cuerpos y fenómenos naturales como galaxias, exoplanetas, púlsares y estrellas pasadas o presentes.

Algunas herramientas

El telescopio espacial James Webb, una colaboración entre 17 países que será lanzado en diciembre, se enfoca en infrarrojos. “Lo que busca es encontrar esas señales débiles, tenues, como las que provienen de los exoplanetas, o aquellas muy antiguas de cuando las primeras galaxias se formaron”, dice García.

Pero también hay en tierra algunas herramientas. Hay radiotelescopios, similares a los usados para las telecomunicaciones, que funcionan como antenas y es ahí donde se depositan las señales electromagnéticas que vienen en esa longitud de onda específica, explica Delgado.

Un agujero negro, por ejemplo, tiene mucha emisión, con reacciones de partículas muy energéticas para los que se requieren telescopios fuera de la Tierra “sí o sí, porque la atmósfera bloquea toda la señal por encima del ultravioleta. Si uno quiere estudiar magnetares, púlsares, agujeros negros que son muy energéticos, debe posicionar un observatorio o telescopio fuera de la atmósfera”, puntualiza García.

“Cada emisión que yo detecto de ondas electromagnéticas, sea en radio, en infrarrojo, invisible, en ultravioleta, rayos x, rayos gamma... es un proceso físico diferente y asociado a un proceso astronómico diferente”, continúa Delgado.

Entender las señales

Encontrar estas señales permite entender con más precisión cómo se comportan las ondas y los fenómenos astronómicos.

Chaparro ofrece un ejemplo: el centro de investigación de Australia que detectó la señal el mes pasado es el mismo lugar donde se inventó el Wifi hace años, en uno de esos laboratorios de instrumentación radioastronómica. “Los protocolos que utilizamos para comunicarnos por Wifi vienen de estas investigaciones. Es decir que son muchos los desarrollos que podemos usar acá en la Tierra”.

En términos instrumentales, Delgado dice que los algoritmos utilizados para precisión en la detección podrían usarse en los satélites de radio que están orbitando el planeta para mejorar las comunicaciones y la observación de objetos menores.

Además de la aplicación directa en la elaboración de instrumentos, García agrega que tener un monitoreo constante de estas señales y avanzar en sus tecnologías podría hasta salvarle la vida a la humanidad. “Sabemos que potencialmente puede caer un asteroide o meteorito y ser catastrófico. Una forma de protegernos es identificar esas señales, que no son periódicas, a tiempo”.

Delgado añade que permite entender bien todo el proceso de la formación estelar, “ porque nuestro Sol tiene proceso de evolución y es importante conocerlo”.

Interpretar las señales, sin embargo, no siempre resulta sencillo. A veces no llegan a tiempo o no dicen de dónde vienen. Aparecen así, sin avisar. “En astronomía y en radio astronomía no podemos identificar inmediatamente cuando llega una señal ni de dónde ni la distancia de la fuente, muchas veces vemos solo la dirección”, dice Chaparro.

¿Señales de vida?

La encontrada el pasado mes no puede ser una señal de vida extraterrestre, explica Chaparro, porque provino del centro de la galaxia “y hay simulaciones que muestran que la vida en las galaxias se genera hacia afuera. No habría quién la enviara desde el centro”.

Estos centros son “fascinantes”, porque es ahí donde hay más actividad, gran cantidad de masa e, incluso, un agujero negro masivo. Hay estrellas nuevas, gas y polvo. Pero no hay vida de la que haya evidencia ni desde la astrofísica ni desde la astrobiología. Aún.

Un caso insólito y reciente

Interpretación de artista de las señalas del mes pasado. <b>Foto: Centro de Astronomía de la Universidad de Sydney.</b>
Interpretación de artista de las señalas del mes pasado. Foto: Centro de Astronomía de la Universidad de Sydney.

Encontrar emisiones de onda de radio no es extraño. Es común y fue así, de hecho, como se encontraron los primeros cuásares, que son objetos con espectro similar al de las estrellas, y los púlsares, estrellas de neutrones que emiten radiación periódica intensa.

Lo que sí es extraño, sorprendente, de la señal encontrada el mes pasado “es que la luz viene polarizada. Lo que significa que tiene un vector y su propagación se esperaría que viniera muy ordenada, hacia una sola dirección y sin oscilar, pero estamos viendo que la luz está rotando. Es algo que no esperábamos”, explica García.

En otras palabras, no era una emisión constante sino que se prendía y apagaba de forma aleatoria, como un faro de luz, y su brillo también variaba.

Se sabe que no fue una falla técnica, porque la señal se captó a inicios de año y luego el mes pasado en un radiotelescopio en Australia y lo confirmó otro en Sudáfrica.

Como no es el patrón de ningún objeto o fenómeno anteriormente estudiado, pareciera que se trata de un nuevo proceso que ocurre en la galaxia pero que no se ha identificado o que no se ha entendido. “Estamos hablando de evolución de estrellas. Podría ser una forma terminal de la estrella que aún no conocemos”. En un futuro puede que se pueda entender.

Por ahora, los astrofísicos continuarán proponiendo mecanismos para analizar la evolución estelar y se crearán nuevas herramientas con más capacidad.

De hecho, en Sudáfrica están trabajando en un proyecto grande, el Square Kilometer Array o SKA, que se construirá en los próximos 20 o 30 años y que pretenden observar una gran región del cielo en ondas de radio. Serán muchos radiotelescopios sincronizados y apuntando a la misma dirección. Es cuestión de tiempo para que los humanos y el universo se comuniquen de forma fluida.

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