De todos los personajes del Nuevo Testamento hay pocos tan enigmáticos como San José. En estricto sentido, del padre adoptivo de Jesús se sabe realmente muy poco. Este desconocimiento surge de dos hechos. El personaje de José aparece en los Evangelios de Mateo y Lucas, mientras en el de Juan se hace una alusión a él de pasada. Sin embargo, en el Evangelio de Marcos, el más antiguo de los libros del Nuevo Testamento, José no es mencionado en ningún pasaje. Además de esto, en ninguno de los textos en que aparece se le escucha decir algo. Este último elemento ha despertado la curiosidad de los estudiosos de la Biblia: les resulta curioso que de José no haya registro de sus pensamientos y emociones, mientras sí los hay de personajes de menor importancia en la historia sagrada.
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En los textos sagrados del cristianismo no hay información del destino de José. De hecho, el personaje desaparece de la historia sagrada después de la escena de la pérdida y hallazgo del niño Jesús en el templo de Jerusalén. No obstante, la tradición del catolicismo afirma que José debió ser un hombre mayor al momento de casarse con María, por lo que no resulta asombroso que esta le haya sobrevivido muchos años.
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Incluso, en un texto apócrifo —uno de esos libros antiguos que no recibieron la aprobación de los Padres de la Iglesia— se afirma que José había estado casado con una mujer de Nazareth antes de conocer a María. Con esta mujer José habría tenido hijos, los que luego fueron llamados los hermanos de Jesús. Sin embargo, la mujer habría muerto uno o dos años antes del matrimonio de José y María. También la tradición indica que José habría muerto cuando Jesús tenía más o menos veinte años.