El virus de la hepatitis B (VHB) es uno de los patógenos más importantes que perjudica a los seres humanos: afecta al 3,5 % de la población y la expone a una infección hepática crónica con riesgo de morir por cirrosis o carcinoma hepatocelular (un tipo de cáncer de hígado). Además puede avisar cuando ya es muy tarde, hasta 15 años después de alojarlo incluso.
Usted podría tenerlo hace mucho tiempo sin siquiera notarlo. Y hay más probabilidad si nació antes de 1992, año en el que se introdujo la vacuna en Colombia.
El VHB es el más peligroso de todos (más que el A y el C, ver Glosario) y está en aumento, no solo en el mundo, sino en Antioquia. Lo registran cifras del Instituto Nacional de Salud de Colombia al comparar las actuales con las de 2016.
“Aunque los virus de la hepatitis A y B son estructuralmente muy simples, pues se componen de una cápsula proteica y un genoma, son organismos que pueden llegar a producir grandes daños en los hospederos”, cuenta María Cristina Navas, profesora titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia y doctora de la Universidad de Estrasburgo en gastrohepatología.
Presente en la sangre y en la saliva, el VHB puede ser transmitido por las madres embarazadas a sus hijos por nacer, y también contagiarse a través del sexo o al compartir agujas. Depende del contacto humano cercano.
El más antiguo descubierto
En mayo de 2018 dos equipos de investigadores encontraron de forma independiente ADN del VHB en 15 esqueletos: el agricultor más antiguo que vivió hace 7.000 años en lo que hoy es Alemania. Hasta ese momento, el ADN viral más antiguo jamás recuperado de restos humanos tenía solo 450 años.
Una de las investigaciones liderada por Barbara Mühlemann y publicada en la revista científica Nature en 2018 comenzó a dar luces sobre la evolución continua del VHB.
La otra investigación, publicada en 2012 en la revista académica Hepatology, señala que investigadores coreanos que estudiaron un cuerpo momificado en Corea de fines del siglo XVII descubrieron su ADN; específicamente una cepa común en la actualidad en Asia (Ver La microhistoria).
Los cinco virus de la hepatitis son muy antiguos y filogenéticamente divergentes, lo que significa que los genotipos que circulan en América son diferentes a los de África y Europa.
De hecho, su presencia es común en las comunidades indígenas del mundo: “Las acompaña hace miles de años”, agrega Navas, quien ha participado en investigaciones para explorar sus comportamientos en el Amazonas. Este es un problema importante que viven los indígenas, desde Alaska hasta la Patagonia.
La investigadora explica que hay dos hipótesis sobre el origen de los tipos del virus que circulan en América. La primera es que hubo una adaptación de primates a humanos tanto en América como en África, y la segunda es que los primeros pobladores que llegaron a América a través del Estrecho de Bering ya venían infectados.
Más mortal que el VIH
Se estima que en el mundo hay dos mil millones de personas infectadas con el VHB y cerca de 257 millones gravemente infectadas. Por ello los investigadores se han preguntado cómo se convirtió en una amenaza mundial. En 2010 la Asamblea Mundial de Salud fijó en la agenda oficial el control y eliminación de la hepatitis.
Antioquia es el departamento que más casos de infecciones reporta ante el Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública, Sivigila. Sin embargo, en el boletín epidemiológico de octubre de 2018 se asegura que esto no necesariamente corresponde a que haya más pacientes clínicamente comprobados, sino a que hay una disposición desde las entidades de salud para sistematizar los datos de manera oportuna.
En Colombia, según el órgano de vigilancia, se registran por lo menos 2.000 contagios de hepatitis B en el año y 300 del tipo C; no obstante, en un periodo de 10 años, los números de contagios por el tipo A disminuyeron de 9.000 a solo 1.000 casos reportados.
Sobre el aumento de la mortalidad en el mundo, una editorial de Nature publicada el 5 diciembre de 2018 asegura que “es menos probable que el VHB sea más letal que el VIH y muchas personas no presenten síntomas, pero debido a que más de 250 millones de personas viven con infecciones crónicas por esta hepatitis –siete veces más que el VIH–, su número global de muertes ahora rivaliza con el del virus más temido”.
Navas agrega que los virus de las hepatitis virales son un problema de salud pública porque representan la séptima causa de morbimortalidad (muerte causada por enfermedades) en el mundo, por encima del VIH y la tuberculosis.
En el portal web del Grupo de Investigación de Gastrohepatología de la Universidad de Antioquia se lee que están promoviendo una campaña contra la hepatitis C (Ver Paréntesis), y también que a pesar de que hay vacunas disponibles para prevenir la A y B, y hay antivirales de acción directa para tratar el tipo C, estas infecciones cobran 1,4 millones de muertes al año en el planeta.
Por lo menos el 90 por ciento de estos casos fatales están asociados a la hepatitis B, B- delta, y C, ya que la mayoría de los pacientes crónicos son asintomáticos y solo acuden al médico cuando es mortal. Algunas veces ellos presentan fatiga, orina oscura o pérdida de apetito.
De acuerdo con la profesora Navas, son pocas las acciones de sensibilización y educación que se han realizado al respecto, teniendo en cuenta que las pruebas diagnósticas de la infección están incluidas en el plan obligatorio de salud y, de por sí, los pacientes tienen derecho a solicitarlas en caso de sospecha, por ejemplo por haber tenido relaciones sexuales de riesgo.
Extremadamente contagiosa
El VHB es más eficiente en la transmisión sexual que el VIH, precisa la profesora, y esto se debe a que basta un contacto superficial con las secreciones de alguien infectado para contagiarse. El condón no basta, principalmente porque de este se dispone por lo general cuando ya hubo contacto piel a piel.
No obstante, “es importante que las personas usen preservativo porque este es el método de barrera más efectivo para prevenirla, pero no supera la seguridad que da la vacunación correcta”, dice por su parte Carlos Eduardo Pérez Díaz, médico especialista en Infectología de la Universidad Nacional.
En Colombia la vacuna se introdujo inicialmente en el Amazonas a principios de la década del noventa del siglo pasado. Esto porque ya se había comprobado que la prevalencia era más alta que en otras regiones. Hoy hace parte del Programa Ampliado de Inmunización (PAI) del país.
Pérez asegura que “es usual poner la vacuna a recién nacidos”. Esto se hace ya que con la primera dosis, el 70 % de los niños se protegen de padecerla, la cual requiere ser aplicada en las primeras 24, máximo 48 horas de su nacimiento. Luego a los dos, cuatro y seis meses, pero la cobertura de esta dosis es solo del 39 % a nivel mundial de acuerdo con la editorial de Nature. Incluso los adultos se pueden vacunar, pero ya no funciona con tanta efectividad.
Y aunque en el país se reporta una cobertura de vacunación de más del 80 %, un estudio de la Universidad Nacional de Colombia, cita Navas, encontró que había niños que recibían la vacuna dos semanas después, “cuando ya no es útil pues ya estuvo expuesto a las secreciones de la mamá, en el canal de parto o a través de la saliva”, anota la investigadora.
Ella agrega que durante el primer año de vida es fácil adquirir la infección y quienes se contagian a esta edad tienen hasta 90 % de probabilidad de hacer infección crónica y tener un cáncer de hígado a eso de los 25 años.
Pérez comenta, además, que la probabilidad de que la infección sea crónica depende de la edad a la que se produzca. Los niños infectados con el virus antes de cumplir los seis años son los más expuestos a sufrir infecciones crónicas.
Por esto también es importante el control prenatal. Es obligatorio hacer ese control en el que se incluyan exámenes para conocer si la mamá es positiva para esta enfermedad. Si es así, los médicos deberían implementar un tratamiento antiviral en el último trimestre de la gestación para disminuir la carga en secreciones vaginales y así reducir la posibilidad de contagio.
Una de las claves para detectar y eliminar esta epidemia silenciosa es diagnosticar a los adultos. Por eso, si usted tiene dudas, pídale a su doctor el examen.
de los casos de infección están asociados con los virus de la hepatitis B, C y D: OMS.
ha aumentado la mortalidad por hepatitis C y B de acuerdo con la OMS.
90 %
de los casos de infección están asociados con los virus de la hepatitis B, C y D: OMS.
22 %
ha aumentado la mortalidad por hepatitis C y B de acuerdo con la OMS.
