La estrategia de pasarle anticuerpos a un bebé a través de la leche materna o incluso de la misma placenta, antes de nacer, es un método implementado desde hace algunos años.
Científicamente se ha demostrado que la “estrategia capullo” ha sido efectiva para fortalecer a los bebés recién nacidos de ciertas enfermedades riesgosas para ellos como la tosferina, tétanos, la influenza, el sarampión y otras.
Con la llegada de la pandemia por covid-19, hace casi tres años, los médicos y especialistas estaban a la expectativa de lo que sucedería con los niños luego de que se infectaran, ya que la mayoría de pacientes eran personas adultas. Al momento en el que los niños se infectaban se demostró que también podían llegar a Cuidados Intensivos y hasta morir, pero en menor medida que a las personas adultas.
A raíz de esto la invitación para las madres gestantes fue la vacunación por covid-19 un mes antes de dar a luz —y lo sigue siendo— para que ellas pudiera generar anticuerpos, así pasárselos a su hijo y fortalecer su sistema inmunológico, como ha funcionado con las demás enfermedades.
Si bien esta es una estrategia que se promovió incluso desde el Ministerio de Salud y Protección en su momento, los resultados científicos, específicamente con la covid-19, no eran suficientes, debido a la premura de la situación.
Ahora, con estudios realizados durante este tiempo, se han obtenido resultados más verídicos. Por ejemplo, una investigación de este año publicada en Journal of Perinatology que desarrollaron científicos de la Universidad de Florida, demostró que en las heces de los bebés que consumieron leche materna de sus madres vacunadas, se encontraron anticuerpos contra el SARS-CoV-2, a pesar de que ellos no tuviesen la vacuna.
En Colombia, según el Plan Nacional de Vacunación, solo los niños mayores de 3 años —y hasta los 11 años— pueden vacunarse con Sinovac. El resto de biológicos deben suministrarse luego de esta edad.
El descubrimiento abre las puertas para considerar la “estrategia capullo” como una alternativa de protección para los bebés recién nacidos que no pueden acceder a los biológicos existentes.
Una protección asegurada
Para Catalina Arango Ferreira, pediatra especialista en enfermedades infecciosas y docente del Departamento de Pediatría de la U de A, esta estrategia de vacunar a las mujeres en embarazo para que generen anticuerpos y fortalezcan el sistema inmunológico de sus pequeños, es una alternativa que ayuda a disminuir la intensidad del virus en caso de que el bebé sea contagiado.
“Creo que faltan investigaciones para afirmar si realmente esto evita que los bebés se contagien, sin embargo, sí puede ayudar a disminuir la gravedad de la enfermedad para que no estén hospitalizados, en cuidados intensivos o incluso prevenir la muerte”.
Lo ideal es que luego de que cumpla los 3 años sea vacunado, para reforzar los anticuerpos que su madre le transmitió. Esto tras la evidencia que la protección basada en anticuerpos en covid-19 no dura para siempre, sino que es de una baja duración. Asimismo, las mutaciones del virus hacen que las vacunas no sean efectivas al 100 % para evitar las nuevas infecciones.
¿Peligroso para los pequeños?
Dicen los especialistas en salud que a inicios y en el transcurso de la pandemia se iniciaron las vacunas para adultos, pero para los niños estas tardan más. Además, se evidenció que la enfermedad era más frecuente en adultos que en niños, es decir, no atacaba de primera mano a los pequeños como sí lo pueden hacer otras enfermedades.
Por eso las vacunas no se pueden suministrar en bebés en la actualidad. Sin embargo, la pediatra Catalina Arango dice que a los niños menores de 1 año “pueden tener un covid-19 más grave que los niños más grandes”. Cifras de años anteriores como en el 2021 cuando la pandemia estaba más intensa, demostraron que podía, de igual manera, ser peligroso para los niños y jóvenes. (En Colombia para ese año, de los 83.000 decesos, más de 200 fueron menores, según OMS).
Además, este virus se puede agravar si junto al covid-19 tiene otros como la influenza, el virus respiratorio sincitial, infecciones por adenovirus y otros que suelen ser graves en la población infantil.
Es por eso que no se debe bajar la guardia y cuidar a los recién nacidos. Si una mujer en embarazo se infecta en los días antes de dar a luz, la recomendación es que implemente todas las medidas de protección como el uso de tapabocas, estar en espacios aireados y compartir las responsabilidades con una persona que no esté contagiada, pero eso sí, aliméntelo con la leche materna, no lo prive de ese beneficio para su salud.
Beneficios de la leche materna
Describir la leche materna es tal vez similar a detallar un manjar delicioso y nutritivo para los niños. El médico Andrés Felipe Uribe Murillo, líder científico de la Unidad Neonatal de la Clínica Universitaria Bolivariana y docente investigador de la UPB, hace el símil de que “cada lactada del bebé se asemeja a una vacunación”, ya que le pasa frecuentemente anticuerpos.
También dice que a través de ella se pasan células madre que son importantes en los procesos de crecimiento, de reestructuración, de curación y de cicatrización del organismo, además de sustancias biológicas activas que pasan a través de la leche materna, algo que sería difícil —tal vez imposible— de lograr en las leches de fórmula, que suelen ser escogidas por las madres.
“Algunas mamás dicen que la leche en fórmula ha avanzado y que tiene buenos ingredientes, pero no contiene elementos vivos que sirven mucho. Una leche de fórmula así sería costosa mientras que la leche materna es gratis, lo produce cada mamá y es saludable para ellos”, puntualiza.
En conclusión, si bien la vacunación de las madres por covid-19 no asegura que los pequeños no se contagien, sí genera protección para que no sea tan intenso y recuerde que la leche materna es esencial para que los bebés crezcan más saludables.
Más “milagros” de la leche materna
Según Óscar Peña, intensivista pediatra del Hospital Pablo Tobón Uribe, los anticuerpos que se pasan por la leche materna al bebé protegen a los niños de gastroenteritis, diarreas, enfermedades respiratorias, infecciones urinarias, infecciones sistémicas (sepsis) y hasta la otitis. ¿Por qué? Esto sucede porque la leche materna, según dice Peña, dentro de sus componentes entre los que están las grasas y los carbohidratos, también tiene proteínas, entre ellas las llamadas inmunoglobulinas que se encargan de proteger de ciertas enfermedades. Se ha demostrado actualmente que todo esto hace que el bebé tenga un sistema inmunológico fortalecido, ya que ellos además de recibir, también generan sus propias inmunoglobulinas.