Por Gloria Bueno Sandoval
Quienes han tenido la oportunidad de asistir a un velorio podrían decir que no es una experiencia que se quisiera repetir, pero al igual que la muerte es algo que no se puede evitar.
Por más que muchos quieran evadir o evitar la realización de un funeral, esta ceremonia tiene gran importancia en el desarrollo del duelo y en el consuelo de los familiares ante la dolorosa pérdida.
Juan Sebastián Acosta Zapata, sicólogo y coordinador de rituales significativos de Villanueva Casa de Velación, explica que “las velaciones son espacios que tienen un lugar importante en la salud mental de quienes estaban vinculados emocionalmente con quien fallece. Tienen funciones psicológicas, sociales y simbólicas (en este sentido, ayudan a tramitar la experiencia de muerte con las creencias religiosas que tengan los dolientes) debido a que están ancladas a tradiciones y ritos con alto contenido simbólico y cumplen con funciones que difícilmente lograría otro tipo de acción”.
Este espacio permite la expresión de dolor, necesario para continuar con la vida, incluso las salas cuentan con personal capacitado para atender a los asistentes y brindar un apoyo emocional.
“Las velaciones promueven la constatación de la pérdida, la cohesión grupal y facilitan que la familia doliente reciba la solidaridad y el apoyo emocional de su comunidad cercana; además contribuyen a estructurar, ordenar y darle sentido a una experiencia que en principio es sumamente confusa”, agrega el sicólogo.
Acompañamiento
Para brindar un adecuado servicio, el sector exequial cuenta con espacios de capacitación y asesorías.
“Enfocamos programas o eventos en el sector en muchos temas en los que participan además de los directores y coordinadores de servicios; asesores, sicólogos y personal técnico y logístico. El enfoque del último evento se basó en la importancia de los rituales fúnebres, en los que juega un papel primordial la sensibilidad de los empleados y la buena disposición con quienes atraviesan esos momentos difíciles”, explica Luis Fernando Arango Madrid, presidente del sector funerario Fenalco Antioquia.
En dichos eventos, además de conocer las experiencias de las diferentes empresas, se permite brindar atención a la generación de valores en el servicio funerario, la diferenciación, la importancia del ritual y comprensión hacia los usuarios.
“Queremos asesorar a las familias en el ritual y brindarles un servicio no solo para que accedan a este, sino porque es una necesidad psíquica para dar apenas ese primer paso en ese largo proceso de la elaboración del duelo”, agrega Luis Fernando Arango Madrid.
Rituales para honrar la vida
“Diseñamos una serie de acciones rituales complementarias, acompañadas por un profesional en sicología, que ayudan a la familia a conseguir los objetivos primordiales que tienen los rituales fúnebres”, explica Juan Sebastián Acosta Zapata.
Estas acciones rituales están acompañadas, agrega, de contenidos significativos para los asistentes a la velación: música, fotografías, narraciones, semblanzas y cartas, entre otros, que son suministradas por la familia y que se unen en un ejercicio que propende por facilitar la expresión emocional e introducir a la familia en el trabajo de elaboración de duelo.
El especialista recomienda que para que las velaciones traigan bienestar a los familiares y amigos, se debe fundamentar este acto en la vida del fallecido desde el respeto y amor, dándole importancia y valor.
“Las acciones que nuestros psicólogos orientan se basan en principios que la psicología ha ofrecido tras años de investigación en procesos de duelo y buscan cumplir con elementos estéticos mínimos de tal manera que los productos que de ella surjan (videos, cartas y el evento mismo) tengan un contenido no solo relevante por la pérdida de su ser querido, sino que además pudieron decir lo que de otra manera no hubiese sido posible”, concluye Juan Sebastián.