Piense por un momento en esa última canción que se le quedó en la cabeza, no un rato, sino todo un día y que comentó con su familia, sus amigos o compañeros con la conocida frase: “tengo esta canción pegada”.
Ha pasado en el transcurso de la historia, con las canciones infantiles, con los éxitos que escuchaban los padres cuando se era niño, con las canciones del momento, con las que gustan, con las que medio mundo aborrece pero no pueden dejar de tararear por alguna razón. Pasa con canciones de pop, de rock, de salsa, de merengue, de reguetón.
¿Habrá sido J Balvin con su Safari?, “Mami mami con tu party, este party es un safari”, o quizá Rihanna con “Work, work, work, work, work, work. He say me have to work, work, work, work, work, work!”, o Carlos Vives y Shakira, “Lleva, llévame en tu bicicleta. Óyeme, Carlos, llévame en tu bicicleta, quiero que recorramos juntos esa zona desde Santa Marta hasta la Arenosa”.
Si ya al leer las frases experimenta esa sensación de tararear la canción y de tenerla pegada por buen rato no debe preocuparse. Un estudio de Kelly Jakubowski, música con PhD en sicología de la música y asistente de Investigación Postdoctoral en el Departamento de Música de la Universidad de Durham en Inglaterra, explica que en gran parte la composición melódica de estos temas son las culpables de que una canción se le pegue a alguien independientemente si suena todo el día en la radio o no.
Este es el primer estudio a gran escala, dirigido por Jakubowski que busca descifrar el enigma del cerebro ante canciones que no se pueden sacar de la cabeza. La primera conclusión es que este tipo de canciones suelen ser más rápidas, con una melodía bastante genérica (la combinación y sucesión de sonidos musicales) y fácil de recordar, pero con algunos intervalos únicos como saltos o repeticiones que lo diferencian La “canción pop media”.
Connie Grisales, licenciada en Música de la Universidad de Antioquia explica que las melodías de estas canciones son fáciles de entender y son relativamente simples. “Son canciones con intervalos cortos como por ejemplo de tercera, es decir cuando musicalmente pasa de Do a Mi (recorre tres notas), por ejemplo. Este es un intervalo de tercera que se puede recordar fácilmente si se repite en toda la canción” y añadió que “todas las canciones tienen unas escalas a las que les pertenecen ciertas notas y si un músico se sale de esas notas, a veces es válido, pero si cae en una nota extraña no se va a entender, eso es lo que se denomina un salto”.
Los primeros ejemplos que pone Jakubowski de canciones con melodías genéricas son: