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“Ya no vive nadie en ella y a la orilla del camino silenciosa está la casa, se diría que sus puertas se cerraron para siempre”, así comienza Las acacias, la canción que recibe a la Twittercrónica en las puertas del club Edad Dorada, en el barrio Prado.
Pero el sonido de una casa triste y sin gente no podría estar más lejos de la realidad de este lugar: los salones repletos de parejas que bailan con ánimo a los 70 años, o de mujeres octogenarias que tocan la bandola con gracia, son solo una muestra de lo que puede pasar un miércoles cualquiera mientras ensaya la estudiantina de Comfenalco, que reúne a más de 25 personas cada semana alrededor de tiples, guitarras y bandolas.
El profesor Édgar Londoño describe a sus estudiantes como unos “gomosos de la música colombiana”, y asegura que muchas veces ellos le han enseñado a él: “todo lo hacen con gusto por el disfrute de aprender, con la curiosidad de un niño y la constancia de un adulto, eso hace que los resultados sean muy buenos, por eso ya hemos hecho presentaciones y todo”.
Mientras llega otro miércoles de ensayo, los adultos mayores de la estudiantina se comunican a través de un grupo de WhatsApp que crearon. “Se mandan chistes, reflexiones y hasta nuevas canciones que quieren montar entre ellos. Esos viejitos saben más que uno, porque acá les dan cursos de computadores y celulares, ellos fueron los que me metieron al grupo”, afirma entre risas el profe Londoño.
Un dulce encuentro
Al sur de la ciudad, en la Fundación Vizcaya, un grupo de 20 adultos mayores presta atención a la charla que les ofrece la profesora Rosalba Maya, quien orienta los foros culturales del hogar que cumple 34 años de servicio. “Estos son espacios que les ofrecemos para la reflexión y la participación, para escuchar y ser escuchados, para construir conocimientos entre todos y compartir experiencias de vida”, explica.
Y recalca que es vital entablar conversaciones con los ancianos, no solo por la parte afectiva, sino también como un ejercicio para la memoria a corto y largo plazo, a lo que doña Tere Lora, residente del hogar, agrega al escucharla: “Tenemos absoluta libertad para todo, no solo de participar sino para elegir los temas, especialmente los ejercicios para mantener activa la mente nos encantan”. Doña Arabia Porras, quien también entra en la conversación, la complementa: “los temas son variados, porque qué pereza siempre la misma charla, y acá nos mantenemos actualizados de todo lo que pasa en el mundo”. Al ver la foto de doña Arabia que la Twittercrónica publica en Twitter, el usuario @varopatino la reconoce y tuitea: “Saludos para ella, gran amiga de mi madre, ambas jubiladas del Hospital Mental de Antioquia. Qué nostalgia”.
Al final de la charla, la profesora Rosalba premia la asistencia a los foros con caramelos blandos de café endulzados con Stevia, un manjar que nuestro seguidor @OntaPaputa califica de “altamente adictivo”. Así también lo piensa don Antonio Betancur, quien asiste puntualmente a los foros de la fundación.
Los colores de los años
Entre pinceles y témperas la Twittercrónica llega a la última parada, Plenitud Otoñal, un centro geriátrico en El Poblado donde doña Alicia Patiño, de 93 años, está lista para la clase de pintura habitual. Pese a tener casi un siglo sobre su espalda, doña Alicia es sagaz y pinta con soltura, mientras dice disfrutar de las conferencias de historia que les brindan en la institución y de desarrollar los crucigramas y sopas de letras de la prensa: “también busco fotos de paisajes, y las recorto para después pintarlas, me quedan igualitas”, apunta.
Doña Alicia decidió internarse hace algunos meses, luego de la muerte de su esposo: “A mí no me gusta estar molestando a mis hijas y acá me entretengo mucho, tengo buenas amigas y todo el día estoy ocupada, por la noche les cuento todo por teléfono a las muchachas”, cuenta mientras continúa concentrada pintando un paisaje. A su lado está doña Bárbara Londoño, a quien todos llaman Tita:
-Doña Tita, ¿y usted cuántos años tiene?
-“Yo tengo ochenta (se ríe), la enfermera me dice que en esos papeles aparecen noventa, pero yo que voy a estar tan vieja, ¿vos creés?”. Pregunta con picardía doña Tita mientras termina un cuadro sobre el que ha trabajado durante semanas. “Doña Tita, ¡es una bella pintura! Ojalá llegáramos tan lejos a sus años” Comenta Gabriel Calle Arango a través de su cuenta de Twitter @pintorgabriel al ver una imagen con la pintura floral que ha hecho.
Por su parte, Carlos Sánchez, director médico de Plenitud Otoñal, asegura que las actividades lúdicas de la tercera edad, ya sean artísticas, cognitivas o físicas, son fundamentales para equilibrar el estado anímico y físico de personas como Tita y Alicia, quienes ejercitan su mente a diario para no perder la memoria y la lucidez. Por ello, el médico invita a las familias a que, además de cuidar la higiene y alimentación de los ancianos, les proporcionen recreación y entretenimiento, que desde su perspectiva son igual de importantes. “Así nos van a durar más nuestros viejos”, asegura .
Con esta escena nos recibe la clase de baile en la Edad Dorada, muchos pertenecen a la estudiantina #Twittercrónica pic.twitter.com/DaWRYghPy6
— El Colombiano (@elcolombiano) 9 de marzo de 2016
'Socorrito' lleva 25 años en la Edad Dorada, y 35 años tocando bandola, es la mejor estudiante #Twittercrónica pic.twitter.com/rGyq42AXlS
— El Colombiano (@elcolombiano) 9 de marzo de 2016
Con este fragmento dejamos a la estudiantina, que tiene hasta grupo de WhatsApp para charlar. #Twittercrónica pic.twitter.com/T8M9hrQsqG
— El Colombiano (@elcolombiano) 9 de marzo de 2016
Ahora la #Twittercrónica llega al foro cultural de la Fundación Vizcaya, hoy con el debate del tema convivencia. pic.twitter.com/slfVyIdczP
— El Colombiano (@elcolombiano) 9 de marzo de 2016
Lo que más le gusta a don Antonio (73) de los foros son los confites de café que dan al final #Twittercrónica pic.twitter.com/cOdnOtukFV
— El Colombiano (@elcolombiano) 9 de marzo de 2016
Ahora la #Twittercrónica llega a la clase de pintura en Plenitud Otoñal, hoy con paisajes pic.twitter.com/2Glss2Oakl
— El Colombiano (@elcolombiano) 9 de marzo de 2016
Doña Ofelia (90) disfruta dibujar paisajes en la clase de pintura, hizo una playa porque hace frío #Twittercrónica pic.twitter.com/LIDdnSTens
— El Colombiano (@elcolombiano) 9 de marzo de 2016
Las obras de los abuelos terminan en exposiciones, decorando sus cuartos o los de sus familiares #Twittercrónica pic.twitter.com/AwfaD7zkrj
— El Colombiano (@elcolombiano) 9 de marzo de 2016