El pasado 24 de octubre la Organización Mundial de la Salud hizo algunas advertencias preocupantes sobre el crecimiento exponencial de casos de covid-19 en varios países del mundo. “Con la llegada del invierno, el hemisferio norte se enfrenta a un momento crucial en la lucha contra la pandemia”, dijo el director de la entidad, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Países de Europa como España, Francia y Reino Unido anunciaron medidas preventivas similares a las que se vieron en los primeros meses de la pandemia: toques de queda y cuarentenas.
Ese mismo día Colombia llegó a un millón de casos confirmados del nuevo coronavirus, y dos días antes la Gobernación de Antioquia declaró alerta roja por segunda vez este año debido al aumento de la ocupación de camas UCI por el incremento de casos del virus. “En el momento que Antioquia tenga un porcentaje ocupacional superior a 85 % corresponderá decretar una cuarentena de, al menos, siete días consecutivos”, sentenció el gobernador Aníbal Gaviria en una rueda de prensa. Todavía no se ha llegado a ese límite.
El escenario de un aislamiento definitivo, como el que se vivió desde marzo de este año, preocupa por la afectación que acarrearía a la salud mental y económica. En el momento que se decretó esa medida apenas se estaba conociendo el nuevo virus. Diez meses después de luchar frente a él, las investigaciones de entidades de salud pública como la OMS y los Centros de Prevención y Control de Enfermedades Infecciones (CDC) han llegado a varias certezas.
Ahora bien, la invitación de los expertos consultados es a concentrar sus esfuerzos en aquello que ya está probado por la evidencia científica para frenar la mitigación. Finalmente, se trata de un trabajo conjunto. Este es un recuento.
Mitos y
transmisión
Ni en las escaleras para llegar a su casa ni las patas de su mascota: el mecanismo principal para contagiarse de covid-19 es mediante el contacto con otras personas que estén infectadas del nuevo coronavirus.
El infectólogo Iván Rodríguez explica que los virus no pueden ser considerados seres vivos, sino que se menciona “si son viables o no”. Cuando es viable tiene la capacidad de infectar a otros.
“El mecanismo más exitoso de transmisión es el de las gotas que se producen al hablar, cantar, respirar, estornudar. Son microscópicas, no se pueden ver al ojo humano. El virus usa esas gotas como un vehículo pero no se queda ahí para siempre, porque las condiciones ambientales puede hacer que el agua se evapore o que el virus sea inviable”, indica Rodríguez, miembro de la Asociación Colombiana de Infectología.
De acuerdo con una actualización del artículo “¿Cómo se propaga el covid-19?” del CDC del pasado 5 de octubre, la distancia que pueden alcanzar esas gotas va de 1,8 a 2 metros. Por eso es que estos meses se ha hablado tanto de la distancia física.
¿Ha pensado que es posible ir por la calle y que tal vez una corriente de aire lleve hacia sus mucosas una gotícula infectada con el virus? Rodríguez dice que es difícil de comprobar, sobre todo porque los aerosoles no alcanzan largas distancias. La guía del CDC añade que “existe evidencia de que, bajo ciertas condiciones, personas con covid-19 podrían haber infectado a otras personas que se encontraban a más de 6 pies de distancia (1.8 metros). Estas transmisiones ocurrieron dentro de espacios cerrados con ventilación inadecuada. En ocasiones, la persona infectada respiraba con intensidad, por ejemplo al cantar o ejercitarse”. Ahí está otra clave demostrada: la ventilación.
Esta entidad afirma que es poco probable contagiarse por entrar en contacto con una superficie contaminada o por la transmisión de un animal. El CDC ha recibido algunos reportes de mascotas en el mundo portadoras del virus, pero no tiene evidencia para asegurar que son transmisores.
Sobre las medidas de protección, se sabe que el uso de mascarilla disminuye en un 40 % el riesgo de propagación del virus, dice la internista Paula Valencia, especialista en enfermedades infecciosas del Hospital San Vicente Fundación. Es decir, si en una habitación hay 10 personas en contacto con alguien infectado del virus, solo cuatro podrían ser protegidas completamente.
“Es una medida imperfecta de contención del virus. La siguiente mejor estrategia es reducir al mínimo el número de interacciones sociales. La tercera con mayor evidencia es evitar los espacios cerrados y poco ventilados. Con o sin mascarillas son sitios perfectos para contagiarse”, explica la infectóloga.
Por esa razón es que los dos especialistas coinciden en que medidas como salpicar los zapatos con alcohol antes de entrar a un lugar, esparcir desinfectantes sobre el cuerpo y bolsos, bañarse al llegar de la calle, lavar bolsas y paquetes del supermercado, entre otras, no son las más efectivas. La toma de temperatura a la entrada de los establecimientos puede ser una medida imperfecta, porque no todos los pacientes positivos presentan fiebre, “pero eso es mejor que nada”, aseguran los médicos.
Lo que tiene más evidencia es la disminución de la interacción social —dice Rodríguez—, pero ese es un cambio profundo de hábitos y no es tan fácil como parece. Por su parte, Valencia opina que “para muchos es más fácil bañarse con alcohol que no ir a una reunión social. Aunque la primera no haya mostrado efectividad y la segunda sí”.
Lo que aprendió la mente
Durante la primera fase de aislamiento se conoció que los índices de violencia intrafamiliar crecieron, así como la afectación de la salud mental. Según el último informe del Observatorio Colombiano para las Mujeres, entre el 25 de marzo y el 11 de abril, la línea nacional 155 atendió 1.674 reportes de violencia intrafamiliar, “evidenciando un aumento significativo con respecto al mismo periodo del año pasado”. Así mismo, en mayo de este año se informó que la línea nacional de atención en salud mental tuvo un crecimiento de consultas del 30 %, “siendo depresión, ansiedad y violencias los motivos de consulta más frecuentes”.
El médico neuropsiquiatra Jorge Franco, creador del Centro Mente Aprende, enfatiza en que “no se pueden olvidar los aprendizajes adquiridos en la primera fase de aislamiento”: aunque todavía no se sabe si se volverá a una cuarentena estricta como la que se vio en marzo, cuidar la salud mental debe ser una prioridad, igual que seguir las indicaciones de lo que está probado para disminuir la propagación de la covid-19.
Franco dice que cuando se habla de salud mental hay factores protectores y factores de riesgo. Los protectores son: hacer actividad física, practicar un hobbie, mantener un lazo emocional cercano, buscar la espiritualidad, meditar. Los de riesgo: ser sedentario, tener mala alimentación, estar más de dos horas al día consumiendo información en redes sociales, ingerir alcohol y sustancias psicoactivas.
“Estamos en un año con altos niveles de estrés, por eso no se pueden descuidar los factores protectores”, asegura él.
Concentrarse en lo que funciona y no olvidar esos aprendizajes que le quedaron por allá en marzo, cuando esto del virus era algo nuevo para todos.
1.674
llamadas de violencia intrafamiliar se recibieron entre el marzo y abril: Observatorio Cbiano Mujeres
30 %
crecieron las consultas por depresión, ansiedad y violencia al inicio de la pandemia: línea nacional.