Que palabras inusuales y en inglés como “JavaScript”, “Python” y “Ruby” dejaran de ser desconocidas para mujeres interesadas en la tecnología y comenzaran a ser parte de su lenguaje y estilo de vida fue solo uno de los propósitos de la comunidad PionerasDev cuando nació en 2016. Pasaron de ser cinco a contar con 1.200 mujeres y estar también en Cali, Barranquilla, Bogotá y Cartagena, en solo cuatro años.
Bajo el liderazgo de Marian Villa, diseñadora gráfica y comunicadora social con interés en temas tecnológicos, esta organización sin ánimo de lucro ha capacitado de forma gratuita a mujeres en lenguajes de programación y código abierto (ver Paréntesis). Por esa razón, la compañía IBM le otorgó este año el reconocimiento Open Source Community Grant, que da al ganador 25.000 dólares en efectivo para enseñar código abierto y 25.000 dólares en tecnología de IBM.
“La comunidad de código abierto de IBM nominó a muchas organizaciones sin fines de lucro increíbles que realizan un trabajo importante, pero se inspiró especialmente en el compromiso de PionerasDev de aumentar la participación de las mujeres en el espacio de programación y desarrollo”, se lee en la página de la gigante tecnológica.
Un cambio de mentalidad
PionerasDev funciona con talleres, reuniones y mentorías autogestionadas. Marian relata que el modelo de liderazgo es orgánico: “Las interesadas se van involucrando cada vez más y ayudan a las que van llegando a solucionar un problema por el que ellas ya pasaron”.
En la comunidad encuentran un soporte y apoyo que va desde aprender lo básico hasta conseguir un trabajo como desarrolladora en una compañía de tecnología, o convertirse en conferencista de tecnología y conseguir financiación para contar su historia en charlas alrededor del mundo.
Sin pensarlo, algo así le sucedió a la diseñadora gráfica Mileidy Galván, quien cuenta que su carrera profesional no comenzó cuando se graduó de la universidad sino al empezar a ir a las reuniones de PionerasDev. Relata que al poco tiempo de estar en la organización consiguió un trabajo en una compañía de tecnología y se fue formando en habilidades concretas, como testing (que es hacer pruebas de un programa).
Ese es solo uno de los casos, pero en el sitio web de la comunidad se leen hasta 55 historias inspiradoras de mujeres que están haciendo su camino en la tecnología gracias a esta organización.
Los sueños de Pioneras
Marian relata que en este momento la comunidad podría dar un paso para convertirse en un emprendimiento social, gracias a una plataforma de mentoría en la cual llevan varios años trabajando.
Aclara que el objetivo no es monetizar la comunidad, sino tener un modelo sostenible que les permita registrar su marca, por ejemplo. “Todo lo que hemos logrado hasta el momento ha sido voluntariado de las chicas, y por eso queremos invertir el dinero en efectivo en reconocer ese trabajo para apalancar más proyectos y hacer que la organización sea más sostenible”, enfatiza.
David Felipe Correa, arquitecto de software empresarial, es claro en que los beneficios de enseñar código abierto no son solo la democratización de la tecnología, porque suelen estar relacionadas a las herramientas tecnológicas gratuitas, sino la alfabetización digital y el desarrollo que esto trae a las comunidades. “Es aprender cómo están diseñados los grandes programas de manera gratuita”, apunta.
Aunque otro de los objetivos de Pioneras es cerrar la brecha de mujeres en el mundo de la programación, los hombres también son bienvenidos, siempre y cuando lleven una mujer que esté interesada en aprender y se pueda dar un proceso educativo en conjunto.