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Siembre jardines para socorrer a los insectos

Hay una relación directa entre el bienestar de las abejas y el de los humanos. En el Valle hay especies en vía de extinción.

  • FOTO ESTEBAN VANEGAS
    FOTO ESTEBAN VANEGAS
03 de diciembre de 2019
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Usted también puede ayudar, dice el biólogo de la Universidad de la Amazonía Carlos Andrés Londoño Carvajal. Él hizo parte del inventario de abejas y mariposas en las Áreas Protegidas del Valle de Aburrá.

Reflexiones sobre el apocalipsis de los insectos, como le han llamado a las desapariciones masivas de estos debido a las acciones humanas.

A la comida ya la damos como un hecho, ¿qué relación hay entre los alimentos que consumimos los humanos y las abejas?

“Es bastante directa. Los cálculos que se hacen basados en la intensidad y en el grado de participación en el proceso de polinización de las abejas en los alimentos que consumimos es alto. Si se extinguieran, probablemente los humanos se verían en problemas. Los grandes investigadores que han estudiado este problema han llegado a concluir que nuestra vida estaría en riesgo. Ellas polinizan el 70 por ciento de los alimentos que consumimos a nivel mundial. El 30 por ciento de alimentos que nos quedarían no proveerían los recursos nutricionales que demandamos normalmente.

Por ejemplo, la fruta del maracuyá es polinizada exclusivamente por abejas carpinteras del género xylocopa. Solo un grupo de abejas está encargada de polinizar el 50 por ciento de todos los frutos y plantaciones florales que provienen de la Amazonía. Incluso existe uno a las que les llaman las abejas de las orquídeas”.

Precisamente encontraron de estas especies (las de las orquídeas) en el Valle de Aburrá...

“Sí, dos de las que están en peligro de extinción hacen parte de ese grupo. Y lo sorprendente acá es que el 10 % de las especies de orquídeas (650 especies aproximadamente) que existen en el mundo dependen exclusivamente de ellas, porque el proceso de interacción entre ellas ha llegado al punto en que esas orquídeas solo pueden ser polinizadas por esas abejas. No existe ningún otro insecto que tenga la adaptación morfológica para polinizarlas”.

Desde 2006, un fenómeno llamado “desorden del colapso de colonias” ha afectado a las abejas en muchos países. ¿Qué es esto?

“Hay variables que contribuyen a esto como la deforestación, pero principalmente este declive está dado por el uso de los insecticidas como los neonicotinoides, que combaten la flora microbiana de las abejas y pueden conducirlas a olvidar cómo navegar el mundo, así como a su muerte”

¿Qué puede hacer el ciudadano de a pie para diezmar el problema?

“Todos pueden aportar su granito de arena. Quienes cultivan pueden buscar alternativas para evitar el uso de los neonicotinoides. Así mismo las personas que pueden tener una pequeña zona verde en su casa o finca, contribuir al sembrar jardines de flores. Las abejas empiezan a retraerse en las áreas protegidas porque es allí donde encuentran refugio, pero todos podríamos construir uno. En internet podemos encontrar cuáles son las especies florales recomendadas para proveerles pequeños de ellos, que les permita hacer un pare en su viaje y continuar a un área verde más grande”.

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