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¿Sabe si padece el síndrome de Peter Pan?

El síndrome de Peter Pan es descrito en psicología como inmadurez personal, una especie de juventud eterna en un mundo poco real.

  • El síndrome de Peter Pan es descrito en psicología como inmadurez personal, una especie de juventud eterna en un mundo poco real. Foto: Shutterstock
    El síndrome de Peter Pan es descrito en psicología como inmadurez personal, una especie de juventud eterna en un mundo poco real. Foto: Shutterstock

Resistirse a crecer. Sí, a evitar asumir responsabilidades y a tomarse la vida en serio. Esas son las principales características que definen a aquellos hombres que padecen el Síndrome de Peter Pan (SPP), esos que no quieren una vida de adultos y anhelan la infancia y adolescencia como estados ideales.

Se los puede encontrar de 30, 40, 50 y hasta 60 años, no hay límite de edad, pero sí tratamientos específicos para manejar este síndrome, que en la comunidad científica se define como inmadurez personal.

El psicólogo norteamericano Dan Kiley escribió en 1983 el libro Síndrome de Peter Pan, los hombres que nunca crecieron. Este se popularizó y definió, entonces, como el conjunto de rasgos que tiene determinada persona que no sabe o no puede renunciar a ser hijo para empezar a ser padre, resumiéndolos en rebeldía, cólera, irresponsabilidad, narcisismo, dependencia, manipulación, y creencia de trascender las normas y leyes. Además, de no poseer capacidad de empatía. Sin embargo, puede camuflarse en hombres exitosos económica y profesionalmente, a través de la inestabilidad emocional. Incluso, pueden parecer despreocupados y felices, pero en su interior guardan sentimientos de soledad e insatisfacción.

“Son hombres que no tienen un proyecto de vida claro, van sin afanes y pueden vivir un día como si fuera el último. Generalmente este tipo de personas no fueron criadas para tolerar la frustración o altos niveles de exigencia. En el otro extremo están los hombres que no pudieron disfrutar de la adolescencia porque debían trabajar o responder a otras necesidades, y quieren hacer en la adultez esas cosas que no pudieron hacer”, explica el psicólogo Jorge López.

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Más allá

Alteraciones emocionales y conductuales a nivel emocional acompañadas de episodios de ansiedad y tristeza pueden ser las consecuencias más extremas del síndrome, situaciones que podrían evitarse si la persona acepta su condición y decide buscar ayuda. “Más que un trastorno, se trata de obstáculos que surgen en el proceso de crecimiento personal que tenemos todos, el crecer no es más que entender que a mayor libertad, mayor responsabilidad y, por otro lado, a menor libertad, menor responsabilidad. No se trata de que “matemos” a nuestro niño interior, sino de darnos la oportunidad de disfrutar de cada etapa de la vida”, advierte el psicólogo Fabián Camilo Salinas.

Para superar a ese Peter Pan y darle la bienvenida a la adultez y a la de la autocrítica, se recomienda delegarse responsabilidades y establecer plazos para alcanzar metas, así como implementar una cultura evaluativa en el día tras día. Esa en la que hay que aprender a caer y a levantarse decenas de veces, valorando la autoestima y dignidad propia y la de los otros, y comprendiendo que siempre puede crearse una mejor versión de sí mismo.

Isabel Vallejo Jiménez

Periodista de la unidad de Revistas de El Colombiano. Manizaleña de corazón; prefiero el clima frío, las bebidas bien calientes y pasar tiempo en familia.

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