Otro semestre de clases virtuales comenzó: vuelven las sesiones frente a un computador y la necesidad de buscar estrategias para mantener a los estudiantes conectados.
La misma tecnología puede ser usada a favor de ambas partes (docentes y alumnos), explica Karol Villa Trujillo, líder de proyectos e innovación en UPB virtual de la Universidad Pontificia Bolivariana, sobre todo con los universitarios, quienes están más acostumbrados a su uso.
“La primera necesidad es volver el entorno educativo algo flexible para que sea una oportunidad para que los jóvenes sean más activos en sus propios procesos y decidan sus ritmos de aprendizaje”, agrega ella.
Esto facilita que sean ellos mismos quienes, por iniciativa propia, propongan actividades, evaluaciones y recursos en línea sin necesidad de estar mediados por el profesor.
Pero se trata de un proceso de ambas partes, agrega Villa. Inicialmente, el docente puede proponer actividades dinámicas, como Quien quiere ser millonario o Kahoot, “que acuden al sentido del humor para acercarse a los chicos”, o usar herramientas que permitan la colaboración, como Padlet, una pizarra en la que todos pueden aportar sobre un mismo tema, pues “ellos necesitan conectar con sus pares para no sentirse solos en el proceso”.
Villa resaltó que esta virtualidad no implica estar conectado el 100 % de la sesión en una videollamada, sino que se pueden explorar otras formas, como grabar un video tutorial utilizando grabadoras de pantalla (como Screencast-O-Matic o Apowersoft), o grabarse frente a la cámara y editar el video.
Del otro lado está el papel de los estudiantes, quienes pueden proponer recursos virtuales que no solo faciliten sus trabajos, sino que impacten positivamente la clase.
Al consultar con algunos de ellos, estos comentaron que les gustaría encontrar en línea páginas donde puedan crear presentaciones, gráficas, poster, videos y demás recursos para enriquecer sus ejercicios: “A veces uno se estanca si no usa diapositivas y aprender a usar estos recursos puede llegar a ser muy útil”, fue una de las conclusiones. Otros recalcaron que sería bueno una página que facilite las “normas APA, no he podido aprender”.
De las principales necesidades de estos jóvenes y de un análisis en páginas de tráfico de usuarios, se destacaron 12 de las más buscadas y populares que pueden usar docentes y estudiantes durante las sesiones y para los trabajos. Un elemento en común: son fáciles de usar.
IlovePDF, por ejemplo, está ubicada en la posición 15 de páginas relacionadas con electrónica y tecnología según el ranking del analista de tráfico SimilarWeb y es la primera que es utilizada para convertir este tipo de archivos. Smallpdf, en el puesto 23, es la segunda.
Canva, por su parte, ocupa la posición número uno en páginas relacionadas con multimedia, gráficos y diseños, seguida por wixsite y dafont; y Citethisforme ocupa el puesto cinco en su categoría, presidida por páginas utilizadas para otros propósitos.
Sin embargo, son innumerables las opciones que hay en línea y no se limitan a áreas del conocimiento. Hay buscadores académicos, traductores, sitios de almacenamiento, documentos compartidos y muchos otros, basta una búsqueda simple para encontrar la herramienta que más se acomoda a cada necesidad.
Finalmente, más allá del logro de objetivos, Villa recalcó que “aunque es importante que ellos lleguen a ciertos logros y competencias, el confinamiento y el estrés que conlleva la pandemia impactan a los estudiantes”, por lo que se debe tener en cuenta el componente emocional y procurar ser flexibles.