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Terapias con células madre, ¿seguras?

Han sido llamadas tratamientos “curalotodo” o milagrosos, pero no siempre todo es lo que parece. Esto hay detrás.

  • Foto Shutterstock
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24 de octubre de 2019
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Dentro del cuerpo humano hay un mundo microscópico, tan complejo como el que rodea a los habitantes de la Tierra. Allí están las células madre, que lo construyen y mantienen.

Ellas son un tipo específico de células, hay muchas y la mayoría se especializan, pero las madre –que a su vez tienen diferentes capacidades– pueden “generar otras más especializadas”, cuenta Sergio Estrada Mira, médico en el Biobanco y Laboratorio de Terapia Celular de la IPS de la U.de.A. y doctor en Ciencias Básicas Biomédicas con énfasis en Ingeniería de Tejidos y Medicina Regenerativa.

Este campo de investigación avanza con agilidad y sus progresos presentan un gran potencial para nuevos tratamientos médicos. Sin embargo, aún hay preguntas científicas, técnicas y algunos obstáculos (incluso éticos) para entender del todo su rol y su funcionamiento. Por eso es importante tener cautela ante las promesas alrededor de tratamientos que las involucran y que deslumbran.

Terapias experimentales

Los tratamientos actualmente proponen tratar enfermedades como dolor articular crónico, alzhéimer, párkinson y cáncer. Por ahora, no obstante, sus aplicaciones en salud son todavía experimentales. Ninguna entidad reguladora de salud, como la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, FDA, ha aprobado las terapias con células madre para tratar otras condiciones, salvo para algunos desórdenes sanguíneos.

A pesar de que las pruebas que respaldan estas terapias experimentales son escasas, hay clínicas que las están ofreciendo como alternativas para pacientes desesperados por encontrar una solución a su enfermedad.

Todos los tratamientos médicos tienen riesgos y beneficios, agrega Estrada, pero las terapias a base de células madre pueden ser particularmente peligrosas, de acuerdo con advertencias de la (FDA, por sus siglas en inglés).

El riesgo es mayor –al menos por el momento–, porque no han pasado por las fases experimentales que se requieren para aprobar medicamentos o terapias, es decir, no hay investigaciones que hayan demostrado el suficiente rigor científico para mostrar que el tratamiento es seguro. Por lo que, agrega Estrada, “la FDA no puede decir que el riesgo es aceptable simplemente porque no se conoce”.

A su vez la entidad norteamericana, que es clave para entidades como el Invima, asegura que “las terapias con células madre no aprobadas han provocado infecciones graves, ceguera y muerte”.

Lo que el doctor recomienda a los pacientes es “siempre hacer preguntas y contar con su médico de confianza para entender el riesgo de someterse a una”.

Además es importante que sepa que en Colombia no hay autorización oficial para hacer este tipo de tratamientos con cargo al sistema de salud, con la excepción de algunos desórdenes sanguíneos en los que se usan células hematopoyéticas (de la sangre).

El Invima, cuenta Estrada, ha intentado buscar normatividad internacional y ha hecho esfuerzos por regular el tema, “pero es que es muy complejo”.

Un recurso renovable

Hace 20 años el experimento de James Thomson y sus colegas en la Universidad de Wisconsin-Madison ilusionó a quienes veían a las células madre como la llave para conseguir piezas de repuesto para el cuerpo. Los investigadores las habían generado a partir de embriones humanos. A diferencia de otros tipos de células madre (ver glosario), las que ellos produjeron eran “pluripotentes”, lo que significa que tenían el potencial de generar cualquier tipo de tejido corporal si recibían las señales correctas.

Este fue un paso vital para explorar el potencial de la ciencia de las células madre. Hubo mucha emoción acerca de cómo algún día se podrían usar estas células para fabricar tejidos corporales de “reemplazo” –efectivamente “a pedido”– y aliviar el sufrimiento de muchos pacientes.

Sin embargo, esta realidad aún está lejos. Los investigadores saben que aún se requiere mucho esfuerzo, y tiempo, para cumplir los requisitos que indiquen que el riesgo de hacer terapias con células madre es menor que su beneficio. Por ahora lo que se sabe es que “no hay suficiente evidencia que respalde el uso de estas terapias y no son una panacea”, recalca Estrada.

Es fascinante reconocer el potencial que hay en la manipulación de células que pueden crear otras que se conviertan casi en cualquier cosa. Su funcionamiento parece de ciencia ficción, pero recuerde que el campo es relativamente nuevo. Infórmese lo mejor que pueda. En este tema el “doctor Google” no es suficiente.

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investigaciones clínicas experimentales se han hecho alrededor de las terapias con células madre: clinicaltrial.gov

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