En el corazón del barrio Caicedo, al oriente de Medellín, sobrevive un rincón que desafía la urbanización y se mantiene como un símbolo de encuentro y resiliencia comunitaria. Se trata de una piscina natural ubicada en el sector de La Libertad, formada a partir de un nacimiento de agua que fluye entre las casas y atraviesa discretamente la frontera invisible entre Caicedo y Villatina.