Que los homicidios en Medellín hayan aumentado un 35 % durante el primer mes del año es una cifra que, a todas luces, debe preocupar. En los 31 días que abrieron el 2018, 54 personas fueron asesinadas en la capital antioqueña.
Las autoridades adjudican buena parte de este aumento a los golpes que realizaron a varios de los capos que manejan a su antojo la criminalidad en la ciudad. Es decir, que las capturas importantes que propina el trabajo conjunto entre Alcaldía, Policía y Fiscalía desestabiliza a las bandas criminales y origina disputas internas o territoriales con otros combos.
Andrés Tobón, secretario de Seguridad de Medellín, indicó que no es casualidad que 7 de cada 10 personas asesinadas en la ciudad tengan que ver con lo que denominan como GOD (Grupos Organizados Delincuenciales) que son los homicidios que ocurren por enfrentamientos, disputas o actuaciones de estructuras criminales en las diferentes comunas y corregimientos:
“En materia criminal hubo bastante incidencia durante este mes. El tema de convivencia mermó un poco, pero sigue apareciendo entre las dinámicas y causas más importantes. Esa tendencia de que el 70 % de las muertes violentas obedecen a enfrentamientos entre estructuras criminales y el 30 % por temas de convivencia se mantiene. La apuesta es seguir articulando esfuerzos institucionales alrededor de los sectores más críticos en materia de violencia homicida”.
Esta sería una explicación para que este enero haya sido el más violento de los últimos cuatro años y que registre 14 casos más que el mismo periodo del año anterior:
Para Max Yuri Gil, sociólogo e investigador social, esta hipótesis tiene lógica, pero hay elementos que no se pueden negar, y se deben tener en cuenta, como el desgaste del pacto del fusil en ciertas zonas de la ciudad:
“El año pasado ya ocurrió un aumento en la cifra de homicidios (33 casos más que en 2016 que representaron un 6 %) y aunque no fue un escándalo, da cuenta de una dinámica de desgaste del pacto del fusil que tuvo una influencia importante en el descenso de las muertes violentas en los últimos años”.
El académico cuestionó además que a pesar de que los golpes a los cabecillas son muy mediáticos, como el caso de alias “Tom”, no producen transformaciones estructurales en materia de desarticulación de grupos armados porque se captura a un jefe y hay cinco o seis dispuestos a asumir ese liderazgo:
“Hay que tener paciencia y persistencia en la desarticulación estructural, incluyendo las redes y vínculos con la economía legal y con la política. Mientras eso ocurre, se requiere mayor presencia y eficacia de la fuerza pública en el territorio en las situaciones coyunturales”.
(Lea aquí Capturan a alias “Yumbo”, presunto cabecilla de Odín San Pablo)
¿Qué pasa en el occidente de Medellín?
Buena parte de esas “coyunturas” que desbordaron la cifra de homicidios en enero transcurren por el occidente de la capital antioqueña. En las últimas 48 horas cinco cadáveres envueltos en sábanas aparecieron en diferentes barrios de ese sector y las autoridades las relacionaron con una vendetta de la Odín Robledo por venta de estupefacientes de una banda contraria.
Por eso no es gratuito que los mayores aumentos porcentuales, en lo que a homicidios por comunas atañe, hayan ocurrido en dos sectores de esa zona de la ciudad: la 7 (Robledo), la 13 (San Javier) y la 5 (Castilla).
Esa zona de la ciudad, que reúne a ocho comunas y tres corregimientos, participa con cerca del 60 % de los homicidios en enero, a diferencia del oriente y del centro (solo la comuna 10) que juntos suman el 40 % restante:
Yuri Gil acota que la diferencia en cifras de homicidios entre el oriente y el occidente de la ciudad no quiere decir que en zonas como la nororiental (comunas 1 (Popular), 2 (Santa Cruz) o la 3 (Manrique) o en la centro oriental (Villa Hermosa y Buenos Aires) no haya accionar de grupos criminales, sino que en la actualidad no hay rencillas evidentes entre los grupos que se reparten el jugoso botín producto de las actividades delincuenciales.
Solo una comuna (Santa Cruz) y tres corregimientos (Palmitas, Altavista y Santa Elena) no registran muertes violentas en lo corrido del año.
El miércoles el alcalde Federico Gutiérrez recorrió en compañía de altos mandos judiciales y policiales la zona que registró varios de los cadáveres abandonados (Robledo) y anunció un operativo especial hasta que se capture a los responsables de cometer y ordenar los recientes asesinatos. Puerta a puerta entregó volantes y repitió que el miedo en la capital antioqueña lo deben tener los criminales y no los habitantes, como ocurre en muchos sectores.