<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

Diez años sin Débora Arango

Colombia no sería lo mismo si Débora Arango no hubiera existido. ¿Qué lecciones nos dejó su vida y obra?

  • El óleo Adolescencia fue una de sus obras más icónicas, y que produjo más polémica, hasta el punto que fue candidata a la excomunión por monseñor García Benítez en la década de los 40. Hace diez años, falleció en su casa de Envigado. FOTO HENRY AGUDELO
    El óleo Adolescencia fue una de sus obras más icónicas, y que produjo más polémica, hasta el punto que fue candidata a la excomunión por monseñor García Benítez en la década de los 40. Hace diez años, falleció en su casa de Envigado. FOTO HENRY AGUDELO
  • ilustración johny márquez
    ilustración johny márquez
04 de diciembre de 2015
bookmark

Un artista es importante cuando deja huella. Los bocetos de Leonardo Da Vinci sobre helicópteros y otras máquinas pusieron a la humanidad a pensar en esa dirección. Hoy, los helicópteros son una realidad.

Lo mismo se puede decir de Marcel Duchamp, que en 1917, en medio de la Primera Guerra Mundial, puso un inodoro en un museo y echó a rodar una avalancha de anarquía y sinsentido en el arte que cuestionó al mundo hacia dónde iba su futuro. Y el futuro se fue a la Segunda Guerra Mundial.

Poco después de la Segunda Guerra, en 1948, una mujer en Envigado, Antioquia, exhibió una pintura llamada Adolescencia, en la que se ve una mujer semidesnuda. “¿Usted por qué pinta eso?”, le preguntó el Arzobispo Joaquín García Benítez. “¿Acaso Pedro Nel no pinta desnudos también?”, respondió ella. “Él es hombre”, afirmó el Arzobispo, y esa mujer, llamada Débora Arango, le respondió: “Yo no sabía que los pecados de los hombres eran diferentes a los de las mujeres”.

Diez años después, en 1958, las colombianas fueron por primera vez a las urnas. No se puede decir que esa discusión hizo posible este hecho, pero sin duda la obra de Débora Arango puso a pensar al país en esa dirección. Por eso, se puede señalar que ella cambió el mundo. De ahí su enorme importancia.

Lea aquí: Débora Arango, la artista que pintó la historia de Colombia


BEATRIZ GONZÁLEZ

Artista

“En 1981 yo hacía crítica de arte en El Espectador y escribí un artículo que llamó la atención porque aquí la gente no aceptaba a Débora, o no entendía su arte. Cuando yo lo puse como contemporáneo le pareció a la gente interesante, y Débora me llamó. Fue la primera vez que hablé con ella. Su voz tan linda, tan suave, agradeciéndome que hubiera escrito sobre ella. Entonces por esos días viajé a Medellín y le pedí una cita y la conocí. Fue muy emocionante para mí verla con la elegancia de mujer paisa, vestida con una blusita de esas que hacían en España, bordadas, blanca, y la pureza de ella. Yo pensé: ‘esta mujer que pinta esas cosas tan atroces, es una mujer que no ha vivido la violencia, sin embargo la ha sentido, la ha visto’. Desde entonces nos hicimos amigas. En la vida la vi cuatro veces, me pareció que una persona con su manera de ser y sus modales trabajaba en silencio, alejada, sin estar buscando nada”.

Lea aquí: Estampilla y billete para recordarla

VEDHER SÁNCHEZ BUSTAMANTE

Historiador y amigo de Débora

“Una vez, el periodista Óscar Domínguez me encargó una crónica pára Colprensa sobre Débora en la vida doméstica. La titulé: La Débora nuestra de cada día. En ella mencioné, entre otras cosas, que a ella le encantaba la marialuisa. La gente se dio cuenta y la inundaron de marialuisas. Ella me llamó y me dijo: ‘Venga para que vea lo último que usted hizo’. Había tantas marialuisas que tuvimos que repartirlas en ancianatos y orfelinatos. Me llamaron de una repostería a ver si era posible que una de sus marialuisas se llamara Débora. Les hice notar que ese postre ya tenía un nombre compuesto de mujer y ponerle otro sería demasiado”.

SERGIO RESTREPO

Director Teatro Pablo Tobón Uribe

“Yo era un niño de 10 años y estaba en 5°. Todos los días pasaba por Casablanca, de paso del colegio San Marcos. Me impresionaba esa casa grande, blanca, siempre cerrada y, sobre todo, una veranera enredada en uno de sus muros. Un día toqué la puerta. Salió una empleada y le pregunté: ‘¿Quién vive aquí? ¿Quién es el dueño de esta casa?’ Me dijo: ‘Es Débora Arango’. ‘¿Y ella está?’. ‘Sí, sí está’. ‘Dígale que yo quiero hablar con ella’. La mujer sonrió y dijo: ‘Ella no lo puede atender’. Me fui. Al día siguiente compré flores, toqué la puerta y le dije a la misma mujer: ‘Vine a traerle flores a doña Débora’. La mujer entró con ellas y volvió diciendo que doña Débora me invitaba a almorzar.

Estaba complacida que un colegial le hubiera dado flores. Noté que creía que yo había llegado allí por cosas que me dijeron en el colegio. Ese día me enteré que la dueña de esa casa era una pintora. Le dije la verdad: que le llevé flores a ver si podía conocer la casa por dentro y que en el colegio nunca nos habían hablado de ella. Me mostró la casa. Después, cuando tuvimos el bar Estultífera Navis, la invitamos varias veces. Íbamos por ella, la llevábamos un rato, teníamos una conversación cálida de cualquier cosa, le dábamos chocolate “envenenado” con brandy, que era lo que nos pedía, y volvíamos a llevarla a la casa. Una de esas noches, hablando del Cartel de Medellín, de la Oficina de Envigado, dijo algo que no se me olvidaría: ‘Envigado es como una gran caca de vaca: en ella germina lo que caiga, un hongo venenoso o una hermosa flor’”.

Lea aquí: Sus preferidos: los cuadros de caras cercanas

GONZALO MESA

Médico de Débora

“La visité por primera vez una mañana de 1985. Fui su médico hasta su muerte, o sea, más de 20 años. La veía cada vez que se enfermaba o cuando iba a atender a Elvirita, su hermana, o a la empleada de la casa.

Una vez le dije: ‘Señorita Débora, usted que es mi paciente estrella y no tengo nada suyo’. Ella estaba recién operada de cataratas, me dijo, ‘véngase mañana, al mediodía, que yo ya estoy viendo muy bien, y yo lo pinto’. Llegué a las 12:00 en punto a Casablanca. Estaba cayendo un aguacero el verraco. Me instaló en el corredor que da al patio, y mientras pasaba ese aguacero con truenos, me pintó. Me hizo a lápiz en menos de una hora. Después, Cecilia me lo entregó enmarcado. Lo tengo en mi consultorio. Bajo la firma dice: Mayo 15/96”.

Lea aquí: Débora Arango,la mujer

CRISTÓBAL PELÁEZ

Director Teatro Matacandelas

“Solo vi a Débora dos veces. Una cuando le dieron el Escudo de Oro y la abordé para pedirle una entrevista para el periódico Señorial. Me dijo que no había necesidad, ‘pero le doy el número’. La llamé. ‘Qué voy a hacer con usted. Parece que tiene mucho fervor. Venga, pues, y yo le hablo’. La otra vez fue en la entrevista. Me impresionó. Habló de sus cuadros. ‘No me dieron ni una oportunidad’, me dijo. Lloró mucho durante la charla, se desahogó. Al final, me dijo: ‘Como que estuve muy zafada en la entrevista’. Le contesté: ‘No, Débora, estuviste hermosa’. Después de la publicación llamaron a Señorial a decir que esa entrevista era muy ofensiva. A ella, también la llamaron y contestó: ‘yo sí dije lo que dije’”.


ESPERANZA PALACIO

Periodista

“Hace 10 años yo trabajaba para El Colombiano. Sabían que Débora era gentil y amorosa conmigo, y me enviaron para entrevistarla junto con Reinaldo Spitaletta y se nos unió Ernesto McCausland. Y esta vez, cuando le pregunté si ella había tenido novio, confesó que sí, que había sido “la mujer que más amó y a la que más amaron”.

HÉCTOR LONDOÑO

Alcalde de Envigado

“Conversé muchas veces con Débora. Tuve el privilegio de conocerla en mi primera alcaldía. Mencionaba mucho a su papá, don Castor. A pesar del veto de la Iglesia y de las críticas de la sociedad, él la apoyaba y estimulaba a seguir creando. Ella me contó que fue la primera mujer de Antioquia, no sé si de Colombia, en usar pantalón y montar a caballo a horcajadas, como los hombres. No usaba esas sillas que existían primero para que las mujeres montaran de lado. Se iba con su papá y otras personas cabalgando hasta Sabaneta. En una ocasión, varias mujeres la esperaron a su regreso, en Envigado, y le arrojaron agua caliente. También me contó que fue la primera mujer en conducir automóvil. Conducía el del papá, desde Medellín hasta Envigado. De modo que, al pasar, la gente le gritaba “¡marimacho!”. Nunca le importaron esos comentarios. Desde el depósito de materiales de mi familia, despachábamos artículos para allá. Les decíamos Las Señoritas Arango. Así se les decía en Envigado y así quedaba en la factura”.

LIBE DE ZULATEGUI

Artista

“Conocí a Débora cuando tenía 13 años, porque ella estudió con mi mamá en el colegio. Cuando me fui a vivir a Cartagena, viví cerca de una hermana suya, Matilde. Ella me visitaba. Una vez fue expresamente a ver mis pinturas. Cuando terminó de verlas, me dijo: ‘Mija, vos no mirás el sol, viviendo en Cartagena’. Pero ella tampoco miró el sol. Sus obras son de un oscuro precioso. Sacar de lo oscuro los tonos... es interesante. Y honesto.

Yo iba a visitarla a Casablanca. Una vez fui con mi esposo, Fernando, y él le preguntó: ‘¿Tuviste novios?’. Ella mencionó que tuvo uno al que quiso mucho, pero fue cobarde: como sus obras daban de qué hablar y ella era tan criticada, él no aguantó y se retiró.”.

BELISARIO BETANCUR

Presidente de Colombia 1982-1986

“La candidatura Betancur a la presidencia de Colombia se hizo por un sector del Partido Conservador, el que seguía a Laureano Gómez. En algún momento, el otro sector, el de Mariano Ospina Pérez, resolvió apoyarme. Ese tema le sirvió a Débora para pintarme encima de doña Bertha Ospina Pérez, y ese cuadro está en Casablanca. Nos reímos mucho del tema y recuerdo que Débora me preguntó, ¿te molesta?, y le dije no, hay libertad total. En mi mente no hay heterodoxias que sean vedadas. No es que me gustara o no, sino que es testimonio de cómo Débora se mantenía al tanto del acontecer del país, y particularmente de Antioquia, y lo mismo pintaba mineros que prostitutas, que acontecimientos literarios, y lo mismo interpretaciones sobre temas sociales, siempre del lado de los más necesitados. Cuando ya se emancipó de Pedro Nel, incursionó todavía más en el desnudo”.

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD