Cultura

Barrio Candela, el musical de Unión Latina que une a Gardel con J. Balvin

La cena musical se estrenó en el City Hall del Rodeo, en el marco de la programación de la Temporada Cultural. El 2 y 3 de octubre serán las próximas funciones.

Periodista, Magíster en Estudios Literarios.

28 de septiembre de 2025

Poco después de las ocho de la noche del jueves 25 de septiembre, Yoiner Machado, director general y fundador de la Corporación Unión Latina, se subió al escenario dispuesto en el City Hall del Rodeo para agradecerle a las personas e instituciones que ayudaron en la puesta a punto de Barrio Candela, el espectáculo que estaba a punto de comenzar. Casi al final de su intervención, Machado habló de un diálogo imaginario que sostuvo con Dios: el gran ÉL le habría dicho que los aplausos son la forma en que le hace sentir su presencia a los artistas. Más allá del contenido espiritual del relato, hago mención de ese pasaje de la intervención de Machado porque Barrio Candela cuenta la historia de la redención de un barrio gracias a la danza y a los vecinos.

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En sus 19 años de trabajo cultural, Unión Latina ha formado a más de 16.000 niños, niñas y jóvenes en los valores de la danza, le contó Machado a EL COLOMBIANO horas antes de la presentación. Durante ese tiempo, dicha corporación ha educado campeones mundiales de tango y salsa, y ha proyectado a varios de sus integrantes a los escenarios de Turquía, Francia, China y Argentina. La organización cuenta actualmente con dos sedes en el barrio de Manrique y prepara la apertura de una tercera en la zona alta de la comuna.

Esa conexión con el territorio se materializó en la escenografía y los vestuarios de Barrio Candela. Los actores se movieron en espacios que reproducían el interior de una casa, de una tienda barrial, una azotea donde las muchachas practicaban los movimientos de la coreografía. Además, una pantalla enorme, puesta al fondo del escenario, reproducía ilustraciones de las calles de Manrique, del cielo nublado y también lleno de estrellas. Tratándose de un show que unía el teatro y el baile, Barrio Candela hizo un repaso de las músicas que se escuchan en las calles y esquinas de Manrique.

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Al principio se le rindió un homenaje a la nostalgia con una versión de Por una cabeza, el tango que Carlos Gardel sigue cantando, casi un siglo después de su muerte, en los dispositivos sonoros y en las mentes de Medellín. Durante la hora y media del espectáculo la banda sonora incluyó salsas -Héctor Lavoe es otra deidad del parnaso sonoro de los barrios-, porros y, en un punto emotivo, bullerengue. La obra culminó con una versión de Mi gente, de J. Balvin. Bueno, más precisamente con una lluvia de papeles picados, que puso de pie al público, convertido en aplauso y en vivas.

Barrio Candela comenzó a gestarse hace unos años, cuando Machado visitó Argentina y Brasil y conoció espectáculos de gran formato en escenarios populares. Esa experiencia lo llevó a soñar con un montaje similar para la ciudad. Hace tres años, con el apoyo de empresarios, el proyecto empezó a consolidarse. El objetivo fue diseñar un modelo sostenible que no dependiera de donaciones, sino que se financiara con un formato de cena show al estilo internacional.

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En el espectáculo participaron 111 personas, de las cuales 68 son artistas entre bailarines, cantantes, acróbatas, músicos y actores. La estructura del montaje siguió un formato de teatro musical. “Nos fuimos a las zonas altas, donde viven muchas familias desplazadas del Pacífico, y decidimos incluir el bullerengue. En la parte central del barrio encontramos reguetón, que también nos representa como ciudad. En el sector derecho están las porrovías, que hoy son espacios de encuentro comunitario. Y en la entrada de Manrique, históricamente, están el tango y la salsa, que también hacen parte del espectáculo”, explicó Machado.

Precisamente la realización de una porrovía fue el núcleo narrativo de Barrio Candela. Uno de los aciertos del show es que no cayó en el modelo pintoresco del barrio. Por ejemplo, no soslaya la presencia de estructuras criminales que condicionan el diario vivir de los habitantes -en este caso, para demostrar su fuerza, los maleantes no estuvieron a favor de la porrovía-. También se hizo alusión a problemas sociales, entre ellas la desaparición del hijo de una de las protagonistas del relato.

La propuesta no se limitó al escenario: incluyó una cena con empanadas, chicharrón y salchipapas, además de opciones veganas. El formato del evento contempló tres momentos: primero la cena, luego el espectáculo de hora y media y, finalmente, una rumba dirigida por Didier Usuga y su agrupación de porrovías, en la que el público se integra al montaje hasta las dos de la mañana.

El lanzamiento de Barrio Candela hizo parte de la programación de la Temporada Cultural de Medellín. La próximas funciones serán el 2 y el 3 de octubre. La meta de los organizadores es realizar dos funciones mensuales y consolidar una alternativa permanente para fortalecer el turismo cultural de la ciudad.