Hablar de sus fracasos le podría ayudar a conseguir trabajo; le contamos por qué
Descubrir cómo reconocer y compartir los fracasos puede ser clave para destacarse en entrevistas de trabajo. También permite convertir experiencias difíciles en oportunidades de crecimiento personal y profesional.
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En un proceso de selección es común y hasta caído en lo cliché que los reclutadores esperen que los candidatos muestren sus habilidades y competencias relevantes para el puesto al que se postulan. Generalmente, los aspirantes intentan presentarse como personas competentes y cualificadas, ofreciendo una imagen favorable de sí mismos, a veces incluso exagerada. Pero, lo que muchos no comprenden es que el fracaso puede resultar atractivo para los reclutadores.
“Rara vez los candidatos mencionan sus fracasos o desafíos. Por el contrario, intentan proyectarse como personas perfectas, sin errores. Incluso cuando se les pregunta por sus defectos, suelen responder con clichés como el perfeccionismo. Esto revela respuestas poco auténticas y poco convincentes, lo que no genera credibilidad o confianza”, señaló María Clara Ávila Restrepo, especialista en gestión humana y reclutadora.
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¿Por qué hablar de sus oportunidades de mejora en una entrevista?
Aquellas personas capaces de reconocer sus errores y aprender de ellos, adquieren habilidades como la resiliencia y la capacidad de adaptación al cambio. Estas son cualidades que pueden desarrollarse y fortalecerse con el tiempo, permitiendo un crecimiento personal a corto plazo. “En psicología, siempre observamos los comportamientos y potenciales de los candidatos. Las experiencias y acciones pasadas son indicadores clave y muy positivos”, agregó la especialista.
Sin embargo, es importante destacar que hablar de experiencias negativas pasadas, ya sea en un emprendimiento o empleo, solo debería hacerse si el reclutador lo pregunta o si la entrevista sigue ese curso natural. Forzar el tema puede ser contraproducente. “Si se tiene la oportunidad de compartir una historia, debería ser relevante para la conversación o la entrevista en ese momento. Forzar el tema podría jugar en contra del candidato. A veces, estas competencias pueden destacarse mejor en los ejercicios y pruebas que en la entrevista en sí”, concluyó la experta.
Además del beneficio evidente de mostrar humildad y capacidad de aprendizaje, el reconocimiento de los fracasos también puede ser una poderosa herramienta para establecer conexiones genuinas con los reclutadores. Al compartir experiencias difíciles y cómo se superaron, los candidatos pueden demostrar una mayor autenticidad y empatía, cualidades muy valoradas en el entorno laboral actual. Esta transparencia puede crear un vínculo más sólido entre el candidato y el reclutador, estableciendo las bases para una relación laboral fructífera y de confianza mutua.
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¿No hablar de los fracasos es positivo?
Ignorar o tratar de ocultar los fracasos puede enviar señales de falta de madurez o falta de capacidad para enfrentar desafíos. Los reclutadores buscan candidatos que sean capaces de enfrentar situaciones adversas con determinación y aprender de ellas, en lugar de evadirlas.
Aquellos que muestran una actitud proactiva hacia el crecimiento personal y profesional tienden a destacarse en los procesos de selección, ya que demuestran una mentalidad orientada al desarrollo y la mejora continua.
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