Un pesebre para caminar: así es el más grande de Antioquia
Este es un recorrido inmersivo para vivir la Navidad como una caminata entre fe y paisaje en la vereda Perico, en Envigado.
Cubro historias de Tecnología, Arte y Cultura en la sección Tendencias. Fui editor en Semana, El País de Cali y Blu Radio. Me apasiona explorar cómo el mundo digital moldea nuestra sociedad.
Hay pesebres que se miran y otros que se caminan. El que abrió sus puertas en el Agroparque Jardín de los Silleteros, en la vereda Perico (en la Santa Elena envigadeña), pertenece al segundo grupo.
Concebido como el pesebre más grande de Antioquia, el montaje no se limita a una escena central ni a una vista panorámica: es un recorrido inmersivo que se despliega a lo largo de senderos, jardines y construcciones a escala real, que cobra más sentido cuando cae la noche.
Desde el ingreso, el trayecto marca su intención narrativa. Los visitantes entran a un ambiente románico que introduce el tono del recorrido y, desde allí, avanzan por plantaciones iluminadas, estaciones bíblicas, un molino, casas y un Cristo redentor en la cima de una colina que invita a detenerse, observar y fotografiar. El paseo completo toma un poco más de 40 minutos y se organiza como una secuencia continua, sin atajos, que conduce por distintos momentos del relato cristiano del nacimiento de Jesús.
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Todo está dividido en tres etapas: pesebre románico, bíblico y contemporáneo. Pero esto no es solo una decisión estética, sino una estructura conceptual que ordena el recorrido. La idea nació después de la Feria de las Flores, en agosto pasado, cuando el fundador del proyecto, Jorge Ríos, propuso crear un pesebre de gran formato que ofreciera algo más que una decoración navideña.
“Queríamos que la gente tuviera un espacio espiritual y pudiera vivir el agroparque desde valores como la unión, la fortaleza y el compromiso”, explica a EL COLOMBIANO Marisol Atehortúa, coordinadora de Cultura del Agroparque Jardín de los Silleteros.
Cada etapa propone una lectura distinta. El espacio románico apela a la intimidad y a la esperanza asociadas a la Sagrada Familia; el bíblico recrea la natividad desde la humildad del nacimiento, y el contemporáneo plantea una reflexión sobre el presente. “Es un mundo que necesita recordar que la Navidad es un tiempo de amor, compasión y reconciliación”, señala Atehortúa, mientras avanza por el recorrido.
Entre las estaciones más representativas se encuentran: el Cristo de la Vida, un espacio que presenta cinco milagros de Jesús; un teatro al aire libre con escenas narrativas; un pesebre monumental que funciona como punto culminante del trayecto, y una capilla navideña donde se reza la novena, se cantan villancicos y se observa un pesebre tradicional.
A lo largo del camino, farolitos y velas acompañan la experiencia como gestos simbólicos que invitan al recogimiento y la intención personal.
Pero el montaje no se explica solo desde la narrativa, pues hay un arduo trabajo técnico y artesanal que lo hizo posible. Alexis Ramírez, maestro de construcción del pesebre, dice que el proceso duró poco más de tres meses. “Nos sentamos a planificar la idea y empezamos a trabajar a comienzos de septiembre. Durante casi dos meses prefabricamos todas las piezas y, ya en noviembre, llegamos al agroparque para hacer la instalación”.
Pero el terreno obligó a replantear los planes iniciales. “Habíamos proyectado un pesebre grande, pero el espacio resultó tan extenso que tuvimos que duplicar la cantidad de piezas”, explica Ramírez. Las estructuras están hechas con láminas de icopor recubiertas con estuco, colbón, aserrín y pintura de exterior, un proceso que busca darles textura, volumen y un acabado envejecido acorde con la ambientación. Además, el montaje se realizó con un equipo de solo seis personas.
Por estas fechas, el clima fue uno de los principales retos. “Cuando llovía fuerte, tocaba parar. No había otra opción”, añade. Aun así, el pesebre abrió al público a finales de noviembre y estará disponible hasta el 12 de enero.
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¿Cuándo ir y cuánto vale?
El pesebre puede visitarse hasta el 12 de enero, todos los días, entre las 3:00 de la tarde y 11:00 de la noche, un horario pensado para recorrerlo cuando la iluminación y estaciones cobran más fuerza visual por las lucecitas navideñas. Se recomienda llegar con tiempo y calzado cómodo.
El ingreso al Agroparque Jardín de los Silleteros tiene un costo de $35.000 por persona. Los niños menores de 10 años no pagan. No hay tarifa diferencial por grupos, aunque hay planes especiales para empresas y visitas organizadas que incluyen otros servicios.
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