De un solo golpe, EPM acaba de emplear a 20 personas en situación de discapacidad que se desempeñarán en distintas áreas: hay abogados, ingenieros, administradores, sicólogos, sociólogos y un comunicador social invidente que camina con ayuda de una perra guía.
A este último, de nombre Ricardo Castrillón, se lo ve por los pasillos y oficinas del Edificio Inteligente junto a Macarena, la canina lazarilla, que ya se ganó el cariño de los empleados. A Ricardo no le molesta la ternura hacia su acompañante, pero aclara que no es una mascota sino un animal de trabajo. De hecho tiene carné de EPM.
“Con Macarena estoy hace siete años y medio, en cuatro de ellos me acompañó en mi trabajo anterior en la emisora Ondas de la Montaña, y mientras ella tenga sus facultades físicas y sensoriales, va a estar conmigo”, dice Ricardo sentado en un sofá mientras la perra duerme echada a su lado.
Ricardo es egresado de la Corporación Universitaria Minuto de Dios y en EPM ingresó a la Gerencia de Comunicaciones, donde tendrá a cargo la estrategia de consumo de medios a nivel interno.
Pero con él ingresaron otras 19 personas, entre universitarios, tecnólogos y técnicos, que se sometieron a una selección con la misma rigurosidad de todos los procesos de la compañía, aunque se midieron con aspirantes también con alguna discapacidad.
Carlos Mario Montoya, director de Desarrollo de Talento Humano, explicó que se buscaba vincular a personas en dicha condición y por eso la convocatoria fue solo para ellas: “La inclusión en EPM es un proceso que se inició en 2011, se detuvo un tiempo y se retomó hace dos años guiados por los postulados de diversidad de EPM en cuanto a discapacidad y equidad de género”.
Las historias
Tras hacer un diagnóstico de las barreras que pudieran tener para su desempeño, se identificaron los cargos y se entrenó al personal en el concepto de inclusión, en reconocer a EPM como empresa accesible. A la primera convocatoria llegaron 1.470 personas y se hizo una preselección de 435. Y luego salieron las 20.
En el grupo escogido quedó, por ejemplo, Mary Araujo, una abogada de Sabanalarga (Atlántico) con discapacidad neurosensorial auditiva. Ella dice que no le importó dejar su tierra para venirse a EPM.
“Me enteré de la convocatoria por el Servicio Público de Empleo y me dije: lo peor que me puede pasar es no quedar”. Hoy se desempeña en el área de Desarrollo del Talento Humano en la tarea de atender las peticiones laborales.
Milena Giraldo, sicóloga de la U. Luis Amigó, llegó al Departamento de Desarrollo Humano. Tiene discapacidad visual y dice que la empresa ha sabido acercarse a cada caso y crear las condiciones para que se sientan en igualdad: “Nos dan las adaptaciones necesarias para podernos exigir como a cualquier persona”.
Las experiencias
Hacer parte de las 7.563 personas que laboran en EPM es algo que no asusta ni a Manuela Granda, trabajadora social con deficiencias en la visión recién graduada de la UPB; ni a Ana Felisa Quintero, administradora de empresas con discapacidad cognitiva; ni a Andrés Zapata Rendón, administrador vinculado a la Vicepresidencia Comercial.
“Yo tengo discapacidad genética, no puedo doblar los pies, pero he mejorado en un proceso evolutivo y creo que EPM está a tono con la Medellín incluyente”, dice Andrés.
María Giraldo, que nació sin su mano derecha, sostiene que esa discapacidad le impuso más retos que limitaciones: “soy madre de Jerónimo, sicóloga, y en EPM me voy a desempeñar en el área de Soluciones y Desarrollo del Talento Humano. La falta de mi mano no me ha impedido nada y voy a demostrarlo”.
Todo el grupo, que empezó labores el pasado 26 de junio, tiene contrato a un año. Para EPM es un piloto y muchos esperan quedarse más tiempo. Saben los retos y sus capacidades. Su idea es aprovechar la oportunidad. Se sienten en las grandes ligas a nivel laboral.
Cecilia Murillo, una afrodescendiente con discapacidad en sus piernas, que promueve la inclusión desde la corporación Moda y Flores, celebra que las empresas abran su horizonte a esta población: “EPM demuestra que la discapacidad no es de lástima ni de mendicidad sino de conocimiento y oportunidades” .