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Aunque lo cuestionen, Provenza sí se siente lo más cool de Medellín

Comerciantes y visitantes dan más argumentos de porqué sí merecen estar en la lista de las mejores calles.

  • Además de la estética, el manejo de temas como la seguridad, las basuras y el control de la prostitución hacen de Provenza un sector preferido para propios y extraños. FOTO esneyder gutiérrez
    Además de la estética, el manejo de temas como la seguridad, las basuras y el control de la prostitución hacen de Provenza un sector preferido para propios y extraños. FOTO esneyder gutiérrez

Aunque agosto termina mañana, en Provenza los comerciantes ya hicieron el suyo, pues luego de la inclusión de esta calle peatonal como una de las más “cool” del mundo según la revista británica Time Out, la afluencia de visitantes se disparó, y el fin de semana “esto fue una locura”, como lo expresó Andrés Rozo, dueño de un local entre la calle 7 y la 8A.

Aunque en las redes sociales hubo quienes cuestionaron o por lo menos dieron a entender que “tanta maravilla no era cierta”, los comerciantes y visitantes del sector están convencidos de que la elección fue justa.

Perquin de León y Yicauri Britto, una pareja de dominicanos que esperaba su almuerzo en la mesa de un local, se extendió en elogios para el lugar, que consideran el mejor de la ciudad. Perquin comentó que su sitio favorito desde que viene a Medellín era el parque Lleras, pero el fin de semana visitó esta calle y quedó maravillado.

“El sábado estaba muy bueno, me parece una zona más pacífica, más tranquila, para compartir con la pareja”, que en su caso era Yicauri. Esta dijo haberse sentido tranquila, sin ninguna señal de inseguridad y menos de prostitución, “y eso le da más tranquilidad a uno”, dijo sonriente.

Tras los anuncios de la inclusión como la 15 entre las 33 calles más “cool” del mundo por la revista, los comerciantes, aunque están convencidos de que la selección es justa, admiten que no todo es perfecto y hay retos.

Para Mayra Oliveros, del Hostel el Jardín de Provenza, hay que ejercer más controles a venteros ambulantes que pasan ofreciendo sus productos mientras los clientes están en las mesas de los locales.

“Obvio que se respeta el derecho al trabajo de todas las personas pero muchas veces no se sabe quién es quién y se han visto robos de objetos a los clientes mientras les ofrecen cosas”, señaló Mayra.

Apuntar a lo perfecto

Hay que decir sobre este particular que la circulación de venteros sí es controlada por el personal de vigilancia privada que tienen los comerciantes en el sitio. Incluso, los que pasan trabajan con permiso. Es el caso de David Pineda, quien se parquea en la esquina con un exhibidor de gorras, camisetas y otros souvenirs que ofrece a los visitantes.

“Llevo 20 años en el sector, tengo permiso para trabajar y lo que hago es promocionar la ciudad como un destino para el turismo positivo”, señala David, que tiene un emprendimiento llamado This is Medellín con el edificio Coltejer como símbolo que le da identidad a la ciudad, y la frase “la buena papi”, que estampa en camisetas para la venta.

“Por acá no se permite pedir plata y si ven menores en prostitución tampoco, la vigilancia es muy rigurosa”, dice.

Pero hay comerciantes que admiten que ejercer estos controles a la perfección es difícil, aunque hacia allá hay que apuntar porque Provenza ya está en la mira del mundo. Mayra Oliveros expone que en su hotel no permite el ingreso de menores como una manera de blindarse de este problema.

Provenza -que abarca la carrera 35 entre calles 7 y 10, de El Poblado-, como zona peatonal es tal vez el paseo preferido de los extranjeros en esta zona. Jóvenes, adultos y familias completas van de un lado a otro en son de paseo. Y aunque hay establecimientos costosos también los hay para gente a la que le gusta con menor poder adquisitivo. Entre estos está por ejemplo el Mini Market, que es como una tienda para comprar mecato, gaseosa, un jugo o elementos de aseo. Tiene dos mesas para quienes quieran tomarse una cerveza y charlar.

“Acá una cerveza Corona se vende en $7.500 y una Águila o Pilsen en $4.500, es un lugar que disfrutan mucho los empleados y trabajadores de los establecimientos, pero hasta muchos mochileros”, comenta Andrés Rozo, el propietario, quien pese a las ofertas no quiere ni vender ni cambiar la naturaleza del local.

A todas las dudas, Juanita Cobollo, directora de la Corporación Provenza, responde que siempre habrá críticas de a toda cosa que pase. En este caso, si Provenza se merece o no el lugar que le dio el medio londinense, su corporación tiene claro el proceso: “acá nadie pagó por nada, fue la gente la que votó y lo eligió y creemos que sí es justo”.

Explicó que como en todo el mundo, la prostitución es un fenómeno social complicado de controlar, pero en su sector hay hechos que impiden que se dé: “Al estar cerrado el Lleras, esas personas buscan otros sectores, pero acá tenemos vigilancia que hace control y cuando el alcalde nos firme el proyecto como Área de Reactivación Económica (ARE) podremos intervenir el espacio público y reservarnos el derecho de admisión (de personas) como si fuéramos un centro comercial”.

En cuanto a la seguridad ella siente que ha mejorado y será mejor desde este jueves, cuando se inaugure un CAI móvil que instaló la Policía. Ayer estaba la carpa. “Y con la Secretaría de Seguridad tenemos un plan para instalar más cámaras que irán conectadas al 123”, indica Cobollo.

Por ahora se nota en el ambiente que propios y extraños disfrutan cada espacio de Provenza: unos en las mesas internas o al aire libre de los locales y otros de caminata. Como dice el mexicano Ariel Alamillo, “yo vengo cada mes a Medellín, pero si quiero comer bien y tranquilo nada mejor que Provenza”.

Juan Manuel Sánchez, empleado del Submarino Expres, opina que Provenza “es el parche más exótico de Medellín y el premio fue muy merecido”

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