Ampliar el horario de pico y placa a seis horas diarias, combinarlo con un peaje urbano en el Centro o, en su defecto, extender la restricción todo el día.
Esas fueron, en orden de conveniencia, las recomendaciones que emitió la firma mexicana Grupo Cal y Mayor, consultora contratada por la Secretaría de Movilidad de Medellín para determinar si la ciudad estaba en mora de replantear las medidas para gestionar la demanda de su creciente parque automotor.
El costo del informe fue $491 millones, según la información del Sistema Electrónico de Contratación Pública.
Martha Suárez, líder de Planeación y Prospectiva de la secretaría, explicó que como las vías no pueden crecer a la misma proporción de los vehículos, el pico y placa, que lleva 14 años en Medellín, se agotó.
Según el Área Metropolitana, entre 2005 y 2016 el número de carros creció 102 % (275.000 más); mientras que las motos se dispararon en 411 % (571.000 más).
“Pretendíamos evaluar variaciones de esta medida: si debía arrancar más temprano o ampliar los horarios; si debía aplicarse todo el día, o si debía combinarse con peajes urbanos”, explicó. Señaló que la evaluación de las alternativas tuvo tres componentes: los efectos que tendría en la movilidad, en lo socioeconómico y en lo ambiental.
“Se creó una matriz multicriterio (herramienta que se utiliza para evaluar opciones cruzándolas con diversos ítems) para evaluar qué sería lo más conveniente”, añadió.
Suárez añadió que es la primera vez que se hace un estudio de este tipo con ese nivel de detalle y midiendo sus diferentes implicaciones.
¿Se implementarán?
Otras recomendaciones del estudio son: cambiar los patrones de viaje, intervenir el transporte de carga y promover el uso del transporte público. Llamó a la corresponsabilidad ciudadana para generar cambios culturales.
Suárez acotó que la problemática de la congestión se interviene con un plan integral y no solo con una medida.
Humberto Iglesias, secretario de Movilidad de Medellín, explicó que se encuentran analizando los escenarios sugeridos y estructurando las posibilidades para determinar desde cuando se podrían aplicar las modificaciones.
¿Será este año? “No es descartable. Puede que se llegue a tomar alguna medida. Lo estamos analizando”, respondió. El funcionario dijo que es urgente que la ciudad migre a una movilidad sostenible y siga cambiando hábitos de desplazamiento. “Posiblemente, algunas de las medidas que incluye el informe induzcan un poco ese camino”, sostuvo.
Luces y sombras
Según la última Encuesta Origen-Destino, desarrollada por el Área Metropolitana, la hora en la que el grueso de los conductores se desplazaba por las calles de la región en 2012 era después de las 7:00 a.m.; mientras que en la tarde, el pico de viajes tenía lugar luego de las 6:00 p.m.
Cinco años después, de acuerdo con el mismo estudio, la máxima demanda diurna se situó entre las 6:00 a.m. y las 7:00 a.m., hora en la que se realizan el 11 % de los viajes diarios. En la tarde, la franja horaria más recurrente es de 5:00 p.m. a 6:00 p.m.
Ese cambio de hora pico se explica por el propósito de los conductores de evitar el comienzo del pico y placa.
Darío Hidalgo, director de la fundación Despacio y experto en movilidad, opinó que la restricción de placas solo funciona en el corto plazo por su impacto rápido. Puso como ejemplo las experiencias de Santiago de Chile, Bogotá, Ciudad de México, Quito o Lima.
“Se reduce la congestión pero se agota con el tiempo. Las familias de mayor ingreso compran un segundo vehículo o una motocicleta, al final la medida se agota. No tiene un efecto estructural”, acotó.
Apuntó que ese alcance lo tiene el cobro por congestión o peaje urbano. Contó que en Colombia no se ha implementado aún y que Bogotá ha fracasado en su intento cuatro veces. “Se le paga a la administración y los recursos se invierten en transporte público, ahí ya no es tan fácil comprar otro carro. El camino está en el cobro por congestión, tendría el mayor potencial en el mediano plazo”, anotó.
Suárez precisó que la implementación del cobro por congestión requiere aprobación del Concejo, estructuración financiera y factibilidad tecnológica. El camino para tomar nuevas medidas está lleno de trancones .