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La concejala María Paulina Aguinaga siempre ha hecho alarde de no depender de cuotas burocráticas dentro de la administración de Daniel Quintero, aun cuando ha tenido un papel crucial a la hora de inclinar la balanza a favor del mandatario.
Así se vio por ejemplo en noviembre pasado, con la elección de mesa directiva en la corporación, cuando desconoció la directriz de su partido (El Centro Democrático) de votar por Simón Molina dentro de una postura de oposición, propiciando así que la presidencia durante el 2022 la asuma el conservador Lucas Cañas, quien hace parte de la coalición que apoya a Quintero.
De manera similar ha ocurrido en los debates relativos a la crisis de Hidroituango y el manejo de EPM, en los cuales Aguinaga ha tenido posiciones convergentes con las de la Administración municipal.
En cada caso ha surgido la pregunta acerca de si la coincidencia de posturas obedece a principios o a razones de conveniencia, pero nunca se había logrado tener nada concreto que mostrara alguna presencia de Aguinaga en repartija de puestos.
Ahora, EL COLOMBIANO conoció cinco casos en los cuales se podría considerar que hay personas ligadas con la concejala dentro de la Administración, las cuales han estado vinculadas mediante contratos de prestación de servicios con el Tecnológico de Antioquia, Telemedellín, Instituto Tecnológico Metropolitano y Área Metropolitana del Valle de Aburrá, entre 2020 y 2021.
El común denominador es que han servido dentro de la unidad de apoyo de Aguinaga, en el periodo anterior (2016-2019) o en el actual (2020-2023).
Erika Marcela Chaverra Tamayo, por ejemplo, tuvo un contrato con Telemedellín como community manager para promocionar los contenidos audiovisuales del canal local durante los meses de enero y febrero de este año, un cargo que le permitió ingresos por más de seis millones de pesos.
De manera simultánea ejercía la asistencia a la concejala Aguinaga en labores de gestora comunitaria. Como, tal, le correspondía dirigir sus buenos oficios para el acercamiento de la corporada con las organizaciones barriales, lo mismo que realizar y sistematizar bases de datos, apoyar eventos y hacer investigaciones previas a los debates relevantes en que quisiera participar su jefa.
Chaverra ya había contado con tres contratos más en el equipo de Aguinaga, pagados con fondos del Concejo, por los que obtuvo más de $23 millones entre 2017 y 2018.
Otra integrante de la misma unidad de apoyo fue Luisa María Osorio, quien ha obtenido este año dos contratos con el ITM por 50 millones de pesos. Uno de ellos lo realizó de manera paralela, durante todo marzo, cuando aún estaba contratada en el Concejo de Medellín para apoyar a Aguinaga, es decir que en ese solo mes, uniendo las dos remuneraciones, ganó más de 9 millones de pesos.
Por su parte, Mónica Rojo Moreno estuvo contratada durante 172 días de 2017 en el Concejo y luego obtuvo otra “palomita” de 88 días en el 2018. Y entre el año pasado y este año ha logrado cuatro contratos a través del Colegio Mayor, pero para prestar sus servicios en la Secretaría de Educación, por casi 9 millones de pesos.
La cuarta posible cuota de Aguinaga en entidades controladas por la Alcaldía es Sandra Milena Yepes Cardona, también exintegrante de su unidad de apoyo en 2019, como secretaria. En este caso, obtuvo un contrato con Metrosalud por $3.555.754 para prestar servicios de secretaría.
La cuenta de Aguinaga conocida por este diario concluye con Yudy Alejandra Santacruz Arenas, quien también realizó labores de comunicación con la concejala en la parte final de 2018 y posteriormente, en 2020, tuvo un contrato con el Área Metropolitana del Valle de Aburrá por $38.262.000 durante seis meses.
Consultada por EL COLOMBIANO, Aguinaga reiteró su defensa de que no existe burocracia a su nombre en la administración de Quintero.
Con respecto a Mónica Rojo, aseguró que no ha tenido contacto con ella desde que dejó de laborar en su equipo. “Ni siquiera he hablado con ella”, añadió. Algo similar indicó con relación a Alejandra Santacruz.
A Erika Chaverra dijo no recordarla muy bien y de Sandra Yepes sostuvo que se desempeñó fue en un trabajo de relatoría (con la Secretaría del Concejo), no en su unidad.
Al preguntarle acerca de Luisa Osorio, aclaró que el paso de esa profesional por su unidad de apoyo fue circunstancial, pues inicialmente aquella trabajó en la Unidad de Comunicaciones del Concejo por varios años.
“Durante la pandemia me quedé sin comunicador porque el que tenía renunció cuando le resultó otra oportunidad y ella entró a trabajar conmigo unos pocos meses”, apuntó la corporada.
“Si usted va a buscar a todas las personas que he tenido en mi unidad de apoyo se va a dar cuenta que por lo menos en comunicaciones he tenido a muchos. Eso no quiere decir que estén vetadas para contratar ni que estén allá (en la administración) trabajando a nombre mío; son profesionales con todas las capacidades que tienen derecho a trabajar donde quieran, sin que estén apadrinadas por mí ni que sean cuotas burocráticas mías”, expresó Aguinaga