Si el niño es objeto de un diagnóstico, la familia, el profesor o el experto pueden actuar más rápido, tomar decisiones, obtener información que les permita tratar de forma pertinente enfermedades y síntomas presentes en el pequeño.
Alba Nora Hernández Ríos, funcionaria de la Secretaría de Educación de Medellín, sostuvo que “se requieren diagnósticos tempranos para que cuando el menor ingrese a transición o a primaria se tengan identificadas las discapacidades físicas, mentales o los problemas que enfrenta el estudiante”.
La funcionaria conceptuó que su evaluación o valoración favorece su proceso de aprendizaje. “En la Secretaría de Educación recibimos muchas quejas de docentes y directivos de diversas instituciones educativas que no saben qué hacer con los alumnos con trastorno de déficit de atención”.
La premisa expresada por los expertos es la siguiente: si se le presta atención desde pequeño, se evalúa, se gana terreno con el adolescente o el adulto.
Esta evaluación previa, un encuentro temprano con los infantes, repercute positivamente en su crecimiento y desarrollo: la felicidad en los niños redunda en la salud mental y las posibles adicciones o no de los jóvenes o adultos.
Además, otra de las apuestas a futuro, podría estar relacionada con que el pequeño que se encuentra en el programa Buen Comienzo también se involucre en el tema educativo. “Se presta mayor atención a los niños que se encuentran en transición, nivel de preescolar, primaria y secundaria y es poca o nula la articulación con los niños de primera infancia y la gestación. Hay un corte”, explicó Alba Nora Hernández .