El presunto ladrón Juan Camilo García Vásquez, alias “la Camila”, sabía que sus socios en el crimen lo habían sentenciado, pero eso no iba a impedir que festejara con los amigos en su domicilio, adonde lo había enviado un juez hacía un año.
En la noche del pasado 13 de junio, en su casa del barrio López de Mesa, en el noroccidente de Medellín, se destaparon botellas de licor y le subieron el volumen a la música. El reo de 39 años brindó dichoso con sus allegados, con el brazalete de vigilancia electrónica del Inpec atado al tobillo.
A las 8:00 p.m. llegaron dos hombres armados en una moto. Irrumpieron en la fiesta, encerraron a varios de los invitados en un cuarto y se llevaron para otro a “La Camila”. Uno de los sicarios le adaptó el silenciador a la pistola y, a pesar de los ruegos del anfitrión, le disparó en la cabeza.
Según las averiguaciones del caso, quienes enviaron a los asesinos pretendían evitar que García delatara a los integrantes de una banda dedicada a cometer atracos multimillonarios, suplantando a las autoridades y simulando allanamientos. Sin embargo, esa muerte no impidió que la justicia les cayera encima.
Los atracos
El 10 de junio de 2020 a las oficinas de la mina La Ye, en la vereda Naranjal de Zaragoza (Antioquia), arribó un grupo de personas en una camioneta con logos de Corantioquia, portando uniformes de esa autoridad ambiental.
Llegaron con la excusa de hacer una inspección, pero al ingresar sacaron fusiles e intimidaron a los trabajadores. Caminaron hasta el área de fundición, golpearon a uno de los empleados y de allí robaron 47 lingotes de oro valorados en $7.500 millones. A la salida dejaron una bandera del Eln y pintaron grafitis alusivos a esa guerrilla, con la idea de despistar a las autoridades.
Siete días después, y gracias a un informante, la Sijín capturó a un sospechoso de este asalto: “la Camila”. En la diligencia le encontraron un revólver, una libra de cripa, dos kilos de cocaína, cuatro cascos de obrero (para minería), cuatro arneses de seguridad y un gato hidráulico.
El reporte policial señaló que era integrante de la banda “los Pesebreros”, que delinque en el Occidente de Medellín, “encargado de coordinar y participar en los hurtos a gran escala perpetrados por la estructura delincuencial”.
La Fiscalía le imputó cargos por porte ilegal de armas y tráfico de estupefacientes, los cuales García negó en el estrado. El juzgado le impuso una detención domiciliaria en su casa de López de Mesa.
El grupo volvió a atacar a las 4:30 a.m. del 16 de mayo de 2021, en El Poblado. Doce hombres disfrazados de agentes de la Sijín llegaron al condominio San Gabriel, en la Loma de los Balsos, simulando un allanamiento.
Desarmaron a los vigilantes e ingresaron a la casa de un empresario del transporte y comerciante de oro, con negocios en Colombia y EE.UU. Un extrabajador suyo, de acuerdo con la investigación judicial, les había dicho a los asaltantes que él guardaba mucho dinero en la residencia y que estaba por fuera.
Amordazaron a la esposa y a sus hijos estadounidenses, y luego saquearon la propiedad. Robaron una caja fuerte con $500 millones, 70 relojes de lujo, lociones y joyas, para un botín avaluado en $3.000 millones. Al día siguiente se emborracharon en una finca de Copacabana, donde se repartieron parte de las ganancias.