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EPM salió a decir que quería adelantar el pago de la deuda con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por 450 millones de dólares (cerca de 1,8 billones de pesos) y con mucho convencimiento, el gerente Jorge Carrillo dio a entender que todo estaba controlado. Pero lo cierto es que la salida tiene más de golpe mediático, de caña, que de verdad. En realidad lo que ocurrió fue que el BID cobró por medio de una carta oficial, porque a 30 de noviembre EPM no tenía claridad de cuáles firmas seguirían construyendo Hidroituango.
En otras palabras, después de tanto insistir en que manejaran el proyecto con mayor seriedad, que no se pasaran por la faja el Gobierno Corporativo, el BID decidió no dar más gabelas y le retiró su apoyo.
EPM lo presentó como que habían llegado a un acuerdo y hasta el mismo alcalde Daniel Quintero aseguró a la Revista Semana que podía saldar la deuda de un día para otro con plata de caja.
Sin embargo el plan no está tan claro y la fecha límite para entregar el dinero es el 17 de diciembre. Justo para hoy EPM tenía citada a la Junta Directiva para discutir el presupuesto y la cancelaron. Un miembro de junta comentó que apenas estaban haciendo los ajustes por este cobro.
Y es que hace apenas unas semanas, el alcalde Quintero repetía una y otra vez que necesitaba que el Concejo aprobara vender UNE Telecomunicaciones por 2 billones de pesos para salvar Hidroituango, que había problemas de caja. Ahora entonces no se entiende cómo de un día para otro salió con que hay con qué pagar 1,8 billones. Las cuentas no cuadran del todo.
Ahora bien, plata hay. De hecho, EPM hizo emisión de bonos en 2020. Pero EPM tendrá que sacrificar o la inversión o adelgazar costos para el próximo año. ¿En qué va a dejar de invertir? ¿A qué costos le va a quitar recursos: a los de mantenimiento o a los de operarios? Ninguna empresa saca de la noche a la mañana 1,8 billones de pesos para pagar un crédito anticipado sin tener que hacer un sacrificio muy grande.
Lo curioso es que ni siquiera se han puesto de acuerdo para dar una misma explicación. Mientras el alcalde dice que se tiene la caja suficiente, el gerente de EPM dijo que incluso sacarían del pago de los ciudadanos de los servicios públicos y el secretario de Gobierno, Esteban Restrepo, por su parte, sin ser vocero de EPM, aseguró que el pago al BID se resolverá con una sustitución de créditos: un empréstito de 250 millones de dólares con J.P. Morgan y otro de 200 millones de dólares con el Banco Santander.
Esta declaración, realizada en un debate en el programa Nos Cogió La Noche del canal Cosmovisión, no ha sido confirmada por EPM, ni aparece publicada por la empresa en sus reportes ante la Superintendencia Financiera.
Pero ninguna de esas alternativas parece fácil. El empréstito que menciona Restrepo existe pero debe pagarse el próximo año, entonces no resuelve el problema. La tarifa de los servicios públicos no se puede aumentar. Y en cuanto a la caja, de la que habla el alcalde, hay que tener en cuenta que ya estamos en diciembre y no han publicado el presupuesto. Pero si se compara con el 2021, cuando se anunció un presupuesto histórico de 19,2 billones de pesos, las cuentas estaban distribuidas así: gastos de funcionamiento por $8,8 billones (46%); gastos de inversión por $6,7 billones (34%); servicio de la deuda por $3,4 billones (18%); y disponibilidad final de caja: $0,3 billones (2%).
Es decir, en un año de inversión histórica, este que termina, solo había 300.000 millones de pesos de caja. Y quitarle cualquier tajada a la inversión o al funcionamiento no es poca cosa. Y menos en el presupuesto de 2022 que debe estar muy golpeado. Si EPM se gasta toda su plata en líquido, ¿cómo le haría frente a una contingencia, al mantenimiento en redes, a su plan de expansión de servicios?
Todo lo que rodea a Hidroituango es una incógnita y por momentos parece un monumento a la improvisación