Inspirador, extraño, hermoso, y hasta apocalíptico, fueron algunos de los comentarios que hacían las personas acerca del atardecer que presenciaron ayer en el Valle de Aburrá.
Después de un intenso aguacero que duró casi dos horas, los habitantes del área metropolitana fueron testigos de un fenómeno meteorológico que rara vez se presenta.
El director del Sistema de Alerta Temprana (Siata), Carlos David Hoyos, dice que los cambios de color que se dan en la atmósfera se debe a la dispersión de la luz solar.
“Cuando hay micropartículas de agua en el ambiente, se pueden ver colores diferentes. En los atardeceres la luz viaja un porción de atmósfera más larga, por eso en el día se ve azul y al atardecer se ve naranja o rojizo”, aseguró el director del Siata.
Infortunadamente la polución en el aire, también influye para reforzar este tipo de fenómenos visuales. “De manera paradójica, la contaminación atmosférica también genera atardeceres muy bonitos”, agregó Hoyos.