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La tormenta tropical Matthew se convirtió este jueves en huracán al sur de Puerto Rico, al alcanzar unos vientos máximos sostenidos de 75 millas por hora (120 km/h), informó el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos.
Cabe señalar que el pasado miércoles el Dapard alertó sobre posible presencia en Antioquia de Matthew en las regiones de Urabá, Occidente, Magdalena Medio, Suroeste, Oriente y Valle de Aburrá, las cuales podrían verse afectadas.
Matthew, el quinto huracán de la actual temporada ciclónica en el Atlántico, mantiene su desplazamiento hacia el oeste con una velocidad de traslación de 17 millas por hora (28 km/h), indicó el CNH.
El huracán se ubica a 190 millas (300 kilómetros) al noreste de de Curazao, en donde se mantiene una vigilancia de tormenta tropical, al igual que en Bonaire y Aruba, áreas en donde se vaticinan acumulaciones de agua de hasta 4 pulgadas (más de 10 centímetros) en las próximas 48 horas.
El boletín del centro meteorológico advierte a su vez que las autoridades de Colombia y Venezuela deben rastrear el desarrollo del huracán, que hasta este viernes era la décimo tercera tormenta tropical de la temporada de huracanes en la cuenca atlántica.
El director del Dapard en Antioquia, Mauricio Parodi Díaz, recomendó por esto a los Consejos Municipales de Gestión del Riesgo de Desastres estar alerta ante cualquier eventualidad que pueda causar daños a la comunidad.
El funcionario indicó que como consecuencia de este huracán se puede presentar en el Litoral Atlántico del departamento un aumento de la nubosidad, vendavales o vientos huracanados que traen como efecto precipitaciones imprevistas, fuertes aguaceros, lluvias prolongadas y tormentas eléctricas, influyendo en el crecimiento de los niveles de los ríos y provocar inundaciones lentas, crecientes súbitas, avenidas torrenciales, sobre todo en zonas de pendientes.
En el océano será notable el aumento de los picos de oleaje y la ocupación del mar sobre las playas en Antioquia. Por este motivo el Dapard recomendó alejarse de las zonas bajas y cercanas a las costas, permanecer en las viviendas si estas ofrecen seguridad y resistencia ante los vientos, almacenar agua potable, revisar y asegurar adecuadamente los techos de las viviendas y fijar y amarrar bien todo lo que el viento pueda lanzar.
La navegación será sometida al régimen de tráfico fluvial y marítimo, sobre todo para embarcaciones menores, de acuerdo a la Capitanía de Puerto.
Según el CNH, en las próximas 48 horas se espera un gradual fortalecimiento de Matthew, cuyos vientos con fuerza huracanada se extienden hasta las 70 millas (110 kilómetros) desde su centro.
Las lluvias asociadas a Matthew empezarán a disminuir este jueves por la tarde en las Antillas Menores, aunque se registrarán acumulaciones totales de agua entre 2 y 4 pulgadas (5 a 10 centímetros) en Aruba, Bonaire y Curazao.
“Estas precipitaciones pueden producir inundaciones repentinas y deslizamientos de lodo que pongan en peligro la vida de las personas”, advirtieron los expertos.
En esta temporada de huracanes en el Atlántico, iniciada el 1 de junio, se han formado trece tormentas tropicales, de las cuales cinco se han convertido en huracanes (Alex, Earl, Gastón, Hermine y ahora Matthew), que han causado 66 muertes, la mayoría de ellas registradas en México por el paso de Earl.
La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de EE.UU. (NOAA) espera una temporada de huracanes en el Atlántico algo más activa de lo normal, con la formación de 12 a 17 tormentas, de las cuales entre 5 y 8 llegarían a ciclones, y entre 2 y 4 de categoría mayor.
Al igual que los terremotos, los huracanes se pueden medir. La escala, que va de 1 a 5, mide la velocidad de los vientos, la presión central y la marea, y con base en eso define unos posibles riesgos potenciales que van desde daños en la vegetación hasta la destrucción completa de los tejados de una ciudad.
En este momento Matthew es un huracán de categoría 1, cuyos vientos van de los 119 a los 153 kilómetros por hora. La gran tormenta podría causar daños en la vegetación, como en arbustos y árboles, inundaciones en zonas costeras y daños de poco alcance en los puertos. En cambio, el riesgo de daños en las estructuras de edificios es prácticamente nulo.
Sin embargo, no hay que fiarse. Earl, el huracán que dejó decenas de víctimas mortales en México el pasado agosto, empezó como una tormenta tropical y se transformó en un huracán de categoría 1 cuando golpeó las costas mexicanas.
Así se ve Matthew desde el satélite del CNH: