Con una camiseta o chaleco que lleve un dispositivo eléctrico se podrá medir el estrés en las personas. Investigadoras de la Universidad Nacional sede Medellín desarrollaron la herramienta tecnológica, que registra mediante electrodos la actividad eléctrica en el músculo trapecio, la parte del cuerpo que más acumula tensión.
“Queremos solucionar un problema de la vida real desde la moda, que ya no esté inclinada solamente en los colores y las tendencias, sino también en hacerle la vida más fácil al usuario”, aseguró Isabel Vega, estudiante de la maestría en Automatización Industrial, a la agencia de noticias UN.
Vega y Mónica Aydé Vallejo, docente asistente del Departamento de Energía Eléctrica y Automática de la Facultad de Minas, buscan hacer uso de la técnica de electromiografía superficial —método no invasivo para la medición de la energía eléctrica en la actividad muscular— como único indicador fisiológico del estrés. Tal enfoque reduciría la cantidad de sensores empleados y, por lo tanto, la complejidad del prototipo.
Según la profesora, la idea surgió porque el estrés se está convirtiendo en una patología laboral seria, incluso cada vez más se incrementan las cifras de personas diagnosticadas por esta razón.
La Organización Mundial de la Salud señala en su sitio web que el estrés laboral “puede conducirnos a disfunciones físicas, mentales y sociales, incluso dañar nuestra salud, mermar nuestra productividad y afectar nuestros círculos familiares y sociales”.
En la proyección de la investigación está crear una aplicación que sugiera, por ejemplo, qué tipo de música escuchar para relajarse o qué tipo de actividad física realizar, según el nivel de estrés.
La estudiante, aspirante al título de magister, revela que el proyecto está en su primera fase. Las pruebas preliminares del prototipo son realizadas en un laboratorio, en el que se induce el estrés por medio de estímulos visuales y, simultáneamente, se realiza un registro tanto de la señal electromiográfica, como de percepciones subjetivas a través de cuestionarios de autoevaluación. Todavía faltan pruebas que se comenzarán a realizar con un grupo 40 estudiantes voluntarios. Después vendrán análisis estadísticos y procesamientos de la señal, y por último, se llevaría a un prototipo más avanzado para probar con una persona en movimiento.