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Incendio dejó en vilo la suerte de 68 empleados

El siniestro ocurrió el viernes en la fábrica Ápice y la recuperación podría tardar meses. Hace 21 años pasó algo similar.

  • Rigoberto, aunque no deja su preocupación, antepone a ella su fe en que la situación tendrá una pronta solución que permita reactivar la planta y recuperar los empleos. FOTO camilo suárez
    Rigoberto, aunque no deja su preocupación, antepone a ella su fe en que la situación tendrá una pronta solución que permita reactivar la planta y recuperar los empleos. FOTO camilo suárez
  • Incendio dejó en vilo la suerte de 68 empleados
08 de marzo de 2022
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Dice un refrán que caer para levantarse no es caer, y de esto sí que sabe Rigoberto Quintero, propietario de Creaciones Ápice S.A.S., la fábrica de productos textiles para el hogar donde el viernes pasado se presentó un incendio que los bomberos tardaron más de dos horas en extinguir y que dejó en veremos el futuro de 68 empleados y decenas de personas que de forma indirecta ganan su sustento de esta empresa, sobre todo madres cabeza de hogar y expresidiarios.

Tres días después del infortunado incidente ocurrido en la planta principal de este negocio -carrera 56 con calle 61, sector El Chagualo-, Rigoberto reflexiona sobre lo acontecido y su conclusión es que no está solo y que hay muchas fuerzas unidas para que la situación se supere de la mejor forma y en el menor tiempo posible. Lo cree así porque, dice, “al que obra bien la vida le ayuda para bien”.

No son solo palabras. Con esta, ya son tres las caídas que han tenido Rigoberto y su familia tratando de hacer empresa. La primera derrota vino hace veintiún años, cuando por su mente aún no pasaba la idea de tener una fábrica. “Teníamos un almacén de ropa de moda en un centro comercial en El Hueco, ese centro empezó unas reformas y hubo un incendio en el que se nos quemó todo, y como la mercancía no estaba asegurada lo perdimos todo”.

Pero en vez de dejarse ahogar por el humo y los lamentos, Rigoberto y su primera esposa arrancaron de nuevo. Empezaron a vender mercancía textil que les soltaban sus amigos de El Hueco y poco a poco lograron salir a flote y retomar camino. Iban bien, pero vino otra debacle, esta vez no por un siniestro sino por un robo que sufrieron y de nuevo las finanzas quedaron en cero.

Rigoberto no dice cuánto perdieron, pero asegura que fue mucho capital. Ocurrió en 2008. Y fue cuando se levantaron de esa crisis que vino la idea de crecer más y cuando se empezó a gestar el nombre de la empresa.

Una historia social

Sara Quintero, la hija mayor de él y su primera esposa, lo cuenta: “mi mamá se preguntó porqué las familias pobres no podían tener, por ejemplo, tendidos de cama elegantes, y fue cuando se le puso Ápice, empezó un enfoque social”.

Con esta idea, su padre, que se enrutó por los caminos de Cristo y se convirtió en guía espiritual y líder del Ministerio Betsaida CPC en Medellín, decidió que la mayoría de su personal serían madres cabezas de hogar y pospenados, es decir, personas que habían purgado penas en cárceles y había que darles una oportunidad para que no volvieran a la delincuencia.

“Hasta el momento no me han decepcionado, uno tiene que confiar en la gente, la mayoría lo ha hecho bien y son parte de nuestra empresa”.

Por el momento, no habla de los resultados de los análisis hechos por el Dagrd sobre lo que originó el incendio. La fábrica tiene las cintas amarillas de acordonamiento y no se puede abrir ni ingresar y menos tocar nada de lo que está adentro. Espera la visita de los ingenieros de la aseguradora que analizarán la parte estructural del edificio para conocer las afectaciones.

Él no sabe cuánto tiempo puede tardar el proceso de la cotejación de los dictámenes y que pasará con el edificio, que no es de su propiedad sino que lo tiene en arriendo: “lo aseguré porque debo entregárselo al dueño tal como él me lo alquiló”, aclara.

Dice que en el interior hay máquinas muy valiosas de las que no sabe cómo quedaron, pero que espera al menos poderlas llevar a otro sitio y ponerlas a producir, pues con tanta nómina de empleados el lucro cesante será muy alto y no se sabe cuántos meses tardará en solucionarse todo.

“Hasta ahora en lo menos que hemos pensado es en despedir gente y eso vamos a sostenerlo, si sobrevivimos a la pandemia esto no nos va a derrotar, la familia está muy unida”, asegura.

Del momento del incendio solo relata un recuerdo: “mi esposa y yo nos íbamos a poner a almorzar, pero escuché unos gritos, ‘don Rigoberto, esto se está prendiendo’, bajé las escalas y vi unas llamas de entre dos y tres metros, les dije corran, corran y llamen a los bomberos”.

Los registros que le enseñaron dicen que la llamada entró a Bomberos a las 12:35 y ellos llegaron a las 12:40. Tardaron hasta las 3:00 p.m. en irse seguros de que el fuego estaba controlado. Desde entonces solo reina la incertidumbre. Él siente que esas cenizas no son el fin . n

35
reclusos en la propia cárcel Bellavista confeccionan los productos de Ápice SAS.
27
años de historia tiene Ápice, aunque inicialmente figuró con otros nombres.

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