Jardín y Jericó, dos de los municipios más turísticos de Antioquia, volverán a ver en funcionamiento las cabinas voladoras de sus teleféricos.
Los sistemas fueron construidos durante la primera gobernación de Aníbal Gaviria (2004-2007) y quedaron inactivos en el año 2017 por dificultades con el mantenimiento y operación.
La Gobernación y la Fundación Ferrocarril de Antioquia hicieron un primer acercamiento a la solución de su ostracismo y contemplaron cuatro posibles escenarios para que no volvieran a caer en los problemas del pasado: la modernización, repotenciación, rediseño o el desmonte si definitivamente no hubiera una posibilidad de operación bajo parámetros de sostenibilidad.
Finalmente, el escenario escogido fue el primero porque reduce gastos por mantenimiento y operación. Tras un estudio preliminar, la administración departamental determinó que el costo de la solución se acerca a los $8.000 millones más $660 millones de la interventoría.
Las obras incluyen la actualización tecnológica de los equipos electromecánicos, el mantenimiento de la infraestructura que esté dañada, el cambio de las guayas que mueven el mecanismo y la repotenciación -no el cambio - de las cabinas, según explicó el director de la Promotora Ferrocarril de Antioquia, Gustavo Ruiz.
El próximo paso inmediato será la firma de un convenio entre la Promotora Ferrocarril de Antioquia y la Gobernación. El cronograma tentativo indica que en el próximo mes y medio se asigne el contrato para las obras y simultáneamente se estructure el modelo de operación autostenible. “El modelo vía tarifa es sostenible, pero se quiere tener mayor estabilidad financiera por si la demanda no es suficiente”, añadió Ruiz. Y la fórmula sería la creación de un Fondo de Estabilización Tarifaria, similar al que existe para las rutas de buses alimentadores del Metro de Medellín.
El otro principio es la vinculación de distintas entidades, dentro de un modelo de integración que se analizará en mesas de trabajo. Por ejemplo, los municipios podrían aportar la vigilancia en tanto que entidades como las cajas de compensación podrían hacer la operación; de hecho, Comfama ya ha manifestado interés. Pero también se abriría la posibilidad de que participen entidades que representen a las fuerzas vivas de cada localidad.
“Esos cables no solo son institucionales sino que este es un disfrute para los habitantes de esos municipios y aquí tenemos que hacer una apuesta todos”, agregó Ruiz.
Un paso adicional que ya se prevé es la habilitación de la Promotora como gestora de cables ante el Ministerio de Transporte, pues los teleféricos continuarían bajo su tutela.
En todo caso, en los dos municipios habría un solo constructor y quien los haga, sería también el operador conjunto, posiblemente mediante un contrato de concesión, con el propósito de generar economías de escala.
El cronograma establece un plazo de ocho meses para la ejecución del proyecto, de manera que muy posiblemente al actual gobernador, Aníbal Gaviria, ni a los alcaldes David Toro (Jericó) y Héctor Jaime Rendón (Jardín) le tocará la reinauguración.
Aún así, la expectativa les genera optimismo. “Estamos muy contentos porque será una realidad su reactivación y eso ayudará a que la economía del municipio siga bien, pero sobre todo, será recuperar una infraestructura esencial para la gente”, expresó Toro al recordar que el cable en su pueblo permitía el paso entre un lugar icónico como el cerro El Salvador y el parque natural Las Nubes.
En el caso de Jardín, el cable aéreo unía la zona urbana con la vereda La Ceiba, por lo que su uso no era solo turístico sino social, para sacar las cosechas e ingresar con el mercado. Es más, con la salida de funcionamiento por más de cinco años no se alejaron los turistas porque se inventaron otras formas de disfrute del tramo que quedó incomunicado por “vía aérea”, como caminatas y paseos en bicicleta.