viernes
7 y 9
7 y 9
Medellín lleva 501 casos de acoso escolar reportados
En 2019 se reportaron 1.876 hechos de violencia. Colegios del departamento se rajan en prevención.
-
Voces del sector educativo dicen que la creciente ola de denuncias es necesaria para empezar a desnaturalizar actos de acoso y abuso y propiciar cambios de fondo. FOTO jaime pérez
23 de marzo de 2022
bookmark
Los videos empiezan a rotar entre los chats de padres de familia y luego se convierten en una bola de nieve por redes sociales. Manadas de estudiantes que atacan a otros alumnos en canchas, corredores y afuera de los colegios. A veces a puño limpio pero también con armas blancas.
Pasa entre alumnos de colegios privados como la UPB, pero también entre estudiantes de diferentes instituciones públicas en Puerto Berrío y en otros municipios.
Y a estos casos de bullying se suman las crecientes denuncias de acoso sexual en colegios de Medellín, Envigado, Itagüí y Caldas.
Quien sea acudiente seguramente puede dar fe de cómo se atiborran los chats de padres de familia con quejas y reportes diarios de problemas de convivencia, mientras los docentes y directivos responden como pueden y en algunos casos –como en la UPB– sugieren que hay un deterioro de la convivencia escolar tras el regreso de la prolongada virtualidad.
Ante esto asoman varios interrogantes: ¿realmente hay un aumento de casos de acoso escolar pospandemia? ¿Tienen las secretarías de educación y colegios un diagnóstico claro con cifras y causas detrás de la problemática? ¿Poseen una hoja de ruta para prevenir estos casos y para atenderlos?
Respecto al primer interrogante, en Medellín, según los datos del programa Entorno Escolar Protector, en 2019 se presentaron 1.876 casos de violencias escolares, relacionadas con acoso (intimidación, bullying), entre otros, y en lo que va este año ya van 501 casos.
EL COLOMBIANO también consultó las cifras de las 117 entidades territoriales no certificadas pero la Secretaría de Educación departamental no entregó los datos.
¿Cómo asumen el problema?
Respecto a qué tan preparadas están las instituciones para prevenir hechos de violencia, el panorama es preocupante.
Según el informe de Condiciones Escolares para Bienestar en Colombia, publicado por parte de la organización Escalando y el Laboratorio de la Economía de la Educación de la Javeriana, la Secretaría de Educación de Antioquia está por debajo del promedio nacional respecto al cumplimiento de estándares de educación para la salud.
Por ejemplo, solo el 43% de los colegios reportan haber formado al equipo docente en salud mental y emocional; el 28%, en prevención del matoneo, acoso y ciberacoso; el 26% en prevención de estigmas y discriminación; el 26% en sexualidad y derechos sexuales y reproductivos; y el 14% en prevención de violencias basadas en género e intrafamiliar.
Hasta cierto punto, estos datos pueden explicarse por la poca capacidad de las instituciones para formar a sus docentes. Según el secretario Juan Correa, Antioquia tiene 183 psicoorientadores para atender a 20.000 profesores en 4.000 sedes.
El documento arroja otras cifras inquietantes. Ningún colegio analizado reporta estar en capacidad de prestar atenciones en salud de manera directa, o a través de alianzas formales con otras entidades a los estudiantes para realizar, entre otras, derivaciones para atención de problemas y enfermedades mentales y para la atención de violencias.
El factor común de los testimonios de matoneo y acoso sexual conocidos en las últimas semanas dan cuenta de negligencia o respuestas insuficientes de las instituciones, e incluso de revictimización, pese a que los colegios involucrados manifestaron haber activado las rutas de atención pertinentes.
Según respondió la Secretaría de Educación de Medellín, actualmente “brinda un acompañamiento para la prevención de situaciones de acoso escolar y la atención de las mismas a través del programa Entorno Escolar Protector, el cual fue adoptado e institucionalizado en el Acuerdo 146 de 2019”.
La posición de la concejala Dora Saldarriaga, quien ha hecho seguimiento a los casos de acoso sexual en los colegios de la ciudad, es que las instituciones están confundiendo las rutas de remisión a las entidades correspondientes (Icbf, Fiscalía, secretarías) con el diseño y ejecución de verdaderos protocolos de prevención e intervención al interior de los colegios, que según la corporada brillan por su ausencia. En sus palabras, las instituciones están lavándose las manos una vez remiten los casos.
La doctora en psicología de la Educación, Francia Ortiz, piensa que aunque el sistema está desarmado para prevenir y atender las diversas violencias en entornos escolares y particularmente las de índole sexual, la ola de denuncias que han surgido en los últimos días está cumpliendo un rol fundamental en la desnaturalización de formas de acoso y abuso que durante años se asumieron como normales, tanto entre estudiantes como entre docentes y alumnos.
Álvaro Cifuentes, rector del colegio Aspaen Alcázares y vicepresidente de la Junta Directiva de Adecopria (principal asociación de colegios privados de Antioquia) dice que, apegados siempre al debido proceso, es un hecho valioso que los estudiantes estén haciendo cada vez un ejercicio legítimo de denuncia.
Este reto creciente en las instituciones, apunta, exige la formulación de nuevas políticas que permitan la integración de otros profesionales que puedan sumarse a las dinámicas escolares y garanticen que el colegio llegue con mayor facilidad a donde hoy se les dificulta: la prevención y el seguimiento en los hogares.
Sin embargo, el educador pide que no se le endilgue toda la responsabilidad a las instituciones educativas pues el incremento de violencia y problemas de convivencia, señala, se suscriben a una crisis social en la que todos los actores están en deuda.
14%
de los colegios en Antioquia previenen violencias de género e intrafamiliar.
Te puede interesar
El empleo que busca está a un clic
