Lejos de solucionarse, el drama de los migrantes cubanos que estuvieron varados en Turbo por varios meses se atomizó y se trasladó a Capurganá y Sapzurro, dos pequeños poblados paradisiacos ubicados en Acandí (Chocó) que limitan con Panamá y que viven principalmente del turismo.
Así lo aseguran líderes de la zona quienes puntualizan que si bien el paso de migrantes africanos, asiáticos y centroamericanos no es algo nuevo (data por lo menos de ocho meses) la última semana ha sido especialmente compleja por la llegada de hasta 300 cubanos diarios provenientes del Urabá antioqueño.
Esta llegada masiva de familias, así sea solo como lugar de paso rumbo a Panamá, ha desbordado la capacidad de respuesta de un poblado como Sapzurro que tiene menos de 500 habitantes y tan solo nueve policías.
“Lo de Sapzurro es un problema social y ambiental de extrema gravedad porque allí no hay infraestructura ni servicios para atender ese flujo de gente que busca pisar suelo panameño. No hay suficientes unidades sanitarias ni un coliseo donde darle un albergue transitorio”, apunta una de las líderes de la zona quien solicitó mantener su nombre bajo reserva.
Otro de los aspectos en los que enfatizan quienes están asentados en Capurganá y Sapzurro es que si bien los migrantes no comprometen la seguridad del sector, en los últimos meses se ha convertido en una verdadera odisea conseguir mano de obra para atender los servicios turísticos, esto porque la mayoría de la población joven, incluso niños desde los diez años, buscan ganar recursos prestando servicios a migrantes como cargar equipaje o servir de guias en la expedición que los extranjeros emprenden monte arriba para cruzar la frontera.
Acandí solicita ayuda en Bogotá
Lilia Isabel Córdoba Borja, alcaldesa de Acandí, señaló que en las últimas horas se reunió en Bogotá con diferentes instituciones como Migración Colombia y varios ministerios para reclamar recursos y mayor atención por parte del gobierno central, en un problema que desborda la poca capacidad de respuesta en términos financieros que tiene a la municipalidad y que obligará a decretar la calamidad pública.
Cerca de 500 personas que permanecían en Sapzurro partieron de manera paulatina entre la madrugada del jueves y la de este viernes divididos en grupos de a diez para conseguir llegar a un lugar seguro en territorio panameño. Sin embargo las lanchas desde Turbo continúan llegando con cubanos que tienen la esperanza que la espesa selva o la sed de dinero fácil de algún coyote, no trunque lo que queda del sueño americano.