Una tesis elaborada para optar por un magíster en Ingeniería, Infraestructura y Sistemas de Transporte de la Universidad Nacional mostró una serie de agravantes para el tránsito vehicular en el municipio de Sabaneta, en el sur del Valle de Aburrá.
Se trata del trabajo “Modelación de la severidad en colisiones de tránsito, caso de aplicación al municipio de Sabaneta” del ingeniero civil Fabio Pava, en el que se enumera que factores como las vías de alta velocidad, bidireccionales, de alta pendiente, falta de señalización y el creciente índice de motorización son los que más inciden en los accidentes de tránsito graves, con víctimas fatales y heridos, en el municipio de Sabaneta, donde en los últimos años han aumentado las colisiones con un promedio de dos heridos por día.
El resumen del estudio publicado por la Agencia de Noticias de la Universidad precisó que en 2018 se contabilizaron en Colombia cerca de 180.000 colisiones con un saldo de 7.000 muertos y 40.000 heridos. A su turno, en Sabaneta, entre 2009 y 2019, en 19.146 accidentes se promediaron 1.900 colisiones/año que dejaron cinco muertos y 700 heridos en cada periodo. Tras un acuerdo de cooperación con la Universidad Nacional, la alcaldía de Sabaneta aportó los IPAT (Informe Policial de Accidentes de Tránsito) y las bases de datos del periodo 2009-2019.
Con esta información, bajo la dirección de Víctor Valencia y la codirección de Rodrigo Mesa, se construyeron tres modelos econométricos para determinar los factores que inciden en la gravedad de los accidentes, como su localización, características geométricas de las vías, tipo de accidente, hora, día, fecha, clima, estado de señalización y del pavimento.
En la modelación econométrica se adicionaron variables macroeconómicas como Producto Interno Bruto (PIB), Índice de Precios al Consumidor (IPC) y el índice de motorización (número de vehículos que circulan por cada 1.000 habitantes).
Este es el segundo estudio de este tipo en un país en vía de desarrollo en el mundo, después del realizado en Medellín también por la Universidad Nacional, utilizando la misma metodología y objeto de comparación, y al final los compararon.
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Circunstancias agravantes
Los momentos en que más se reportan accidentes severos son las horas de la noche, los fines de semana y las horas previas al inicio de la medida del Pico y Placa, porque la gente corre para eludir esa restricción y evitar la multa.
Los martes y viernes ocurre el mayor número de colisiones, y por franja horaria entre los picos de 7 a 8 en la mañana, al medio día –el más alto– y a partir de las 5 y 30 de la tarde. “En esas horas tenemos más frecuencia de accidentes, pero poco severos mientras que en horas no pico los accidentes son más graves”, indicó el magíster Pava.
Buena señalización, delimitación de zonas comerciales y residenciales, y el clima contribuyen a disminuir la accidentalidad, porque cuando llueve y el pavimento está húmedo los conductores reducen la velocidad y su percepción del riesgo aumenta. Son colisiones de tipo “solo daños” o volcamientos que causan pocas o leves lesiones.
Los indicadores macroeconómicos del PIB y el IPC ayudan a disminuir la gravedad de estos hechos. “Si el PIB sube hay más capacidad adquisitiva, llegan mejores vehículos, hay mejor infraestructura y más alto nivel educativo, entonces la gente conduce mejor y puede incidir en accidentes menos severos. Y si el IPC o costo de vida sube, las personas evitan involucrarse en un accidente grave y sus costos”, señala el estudio.
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Más seguridad vial
Con el propósito de salvar vidas y preservar la integridad y el patrimonio de las personas, se formularon recomendaciones para fortalecer políticas municipales de seguridad vial, manejo de bases de datos y realización de futuros estudios. Se propuso fortalecer los controles de velocidad como medida efectiva para reducir la gravedad de los accidentes y revisar estrategias de control para las horas previas al Pico y Placa.
Otra de las estrategias planteadas es mejorar o fortalecer los operativos de control de usos de droga y alcohol, especialmente en las noches y los fines de semana, momentos de alta gravedad en los accidentes. Fortalecer el mantenimiento de vías, mejorar la infraestructura y la señalización, reducir las vías bidireccionales y aumentar las unidireccionales también aporta a bajar los niveles de accidentalidad.
Diseñar y construir “vías perdonadoras” (que ayudan a corregir o bloquean errores de conducción) sobre todo en zonas veredales y de alta pendiente indica que si hay un accidente, la vía conserve al máximo la integridad física del lesionado. Medidas como instalar dispositivos de reducción de velocidad a nivel de pavimento, de borde de vía y protección ante precipicios o impactos, e infraestructuras seguras que protejan al peatón y al ciclista, son compatibles con este concepto.