El municipio de Rionegro vivió este martes 22 de diciembre otro día triste con la muerte, en penosas circunstancias, de un servidor de la alcaldía que se desempeñaba como conductor en una de las obras públicas que se ejecutan en la localidad.
La víctima fue identificada como Daniel Stiven Marín Castaño, quien sufrió un accidente cuando conducía una volqueta la cual tocó una línea de energía, por lo cual recibió una descarga eléctrica y murió en el sitio.
Según el secretario de Desarrollo Territorial de Rionegro, Carlos Gómez, Daniel Stiven laboraba en las obras de la Transversal 2, uno de los proyectos viales que ejecuta la administración municipal.
“Su muerte se produjo a primera hora de la madrugada, son noticias que nos duele dar y estaremos atentos a todas las investigaciones y las razones que deban arrojar las labores de levantamiento” del cadáver, dijo el secretario minutos después de ocurrido el accidente.
El conductor fallecido era hijo de la líder comunal María Sorelly Castaño Henao, presidenta de la JAC (Junta de Acción Comunal) del sector Río Abajo.
“Para ella y su familia toda nuestra solidaridad. Ahora más que nunca nos acompañamos en esta dura situación”, expresó el alcalde de la localidad del Oriente antioqueño, Rodrigo Hernández Alzate.
Con este suceso, Rionegro ajustó una seguidilla de tres hechos tristes.
El viernes anterior la población se estremeció con el asesinato, al parecer a manos de su propio padre, de la niña Sofía Cadavid Henao, sepultada el domingo 20 en medio de un cortejo con miles de personas portando flores y globos blancos.
Como si fuera poco, el lunes 21 el pueblo se enteró con tristeza de la muerte por covid-19 de la jefe de enfermeras Angélica Chica Morales, de 33 años y madre de una niña de solo ocho días de nacida.
Según la información, la joven madre laboraba en el hospital San Vicente Fundación, de Medellín, pero residía en Rionegro y allí murió en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Sommer.
Según se conoció, al saber el peligro de perder a su bebé, una semana antes en la misma UCI a Angélica se le practicó una cesárea para extraer niña, que nació prematura y al practicársele las pruebas covid dio negativa.
Según relatos de allegados a la nueva víctima del covid, la número 55 de esa localidad hasta el momento, ella quería abrazar a su niña antes de morir y pudo hacerlo gracias a la asistencia y apoyo del personal médico.
“Hoy Rionegro está triste porque una enfermera de 33 años fallece a causa del covid-19 dejando una bebé de ocho días de nacida y una inmensa tristeza en el sector salud”, expresó el secretario de Salud local, Jorge Rivas.
