Como ha ocurrido varias veces, los jaguares volvieron a aparecer en Amalfi, y Corantioquia afirma hacer esfuerzos para que a los campesinos y ganaderos no se les ocurra cazarlos, como temen algunos habitantes de la localidad.
Pidiendo la reserva de identidad por temor a represalias, un agricultor de la vereda La Viborita, cercana al cementerio, denunció que en las últimas semanas han aparecido ejemplares de este felino en varias fincas, donde han causado daños.
“Hasta ahora se han comido tres reses y un caballo y ya quieren es cogerlo”, señaló este amalfitano, que es un enamorado de estos animales.
Advirtió que el problema es que los campesinos y ganaderos cuidan su patrimonio, en este caso el ganado, y poco entienden de que un animal venga y lo mate y se lo coma.
La alerta se la trasladamos a la corporación ambiental Corantioquia y la respuesta llegó del funcionario Jaime Escobar, jefe de la Territorial Zenufaná de la entidad, con jurisdicción en el Nordeste y el Magdalena Medio.
Escobar confirmó que, efectivamente, la presencia del felino ha sido reportada y ya se están ejerciendo acciones para evitar un desenlace fatal para el animal, ya sean uno o varios ejemplares.
“En Amalfi nos reportaron la presencia de un felino en la vereda La Manguita y ya programamos una visita y estamos en los protocolos para atender el caso. Nosotros, todo el año, hacemos presencia en este municipio, hemos hecho varios talleres en los que les damos pautas y protocolos a los campesinos para que si sienten la presencia, en vez de matarlos, los ahuyenten, porque en este conflicto necesitamos que aprendan a convivir el uno y con el otro”, señaló Escobar.
Según su versión, la información que han entregado las ganaderos y campesinos es que el animal se ha comido varios terneros.
“Eso pasa porque los ganaderos dejan arrimar el ganado hasta la orilla del bosque, porque los jaguares solo llegan hasta allí, y si ven las reses las matan para alimentarse, pero solo los terneros, ellos no atacan animales grandes”, aclaró.
Acciones urgentes
Daglen Fernando Ramírez, integrante del Cuerpo de Bomberos de la localidad, confirmó que a su institución le han reportado la presencia de jaguares en las veredas Los Toros (a seis horas del municipio) y La Viborita, a 15 minutos del casco urbano, y que en ambas han matado animales.
“Le pedimos a Corantioquia que ejerza acciones de inmediato, porque puede pasar lo mismo que hace cuatro años, que mataron a uno y se armó un escándalo”, advirtió.
Corantioquia sostiene que el pasado 28 de noviembre, incluso, celebró una reunión con la Mesa Ambiental de la localidad, de la que hacen parte la Alcaldía con su Secretaría de Agricultura, los bomberos y hasta concejales.
“Nosotros lo que hacemos es que capacitamos al personal en el manejo de los ejemplares, vamos a las veredas y las escuelas y especialmente con los niños les damos pautas de cómo debe ser el manejo si los avistan”.
Ya, en cámaras, han sido captados varios ejemplares. En todos los municipios del Nordeste y del Magdalena Medio, especialmente en Yondó y Puerto Berrío, hay gran presencia de jaguares.
El problema entre el animal y los humanos se da cuando se extiende mucho la frontera ganadera y los felinos ven reducido su espacio de bosque. Ellos, dice Corantioquia, necesitan mínimo 4.500 hectáreas por individuo, lo que explica que lleguen hasta zonas tan cercanas al hombre, pues el bosque se va cerrando y ellos requieren alimentarse.
Lo que se les pide a los ganaderos es instalar cercas, que muchos prefieren no incurrir en ese gasto, y poner censores y sistemas eléctricos que alejen al jaguar.
Castigo penal
El jefe de la Territorial Zenufaná advierte que así los campesinos ataquen el animal para defender su ganado, al hacerlo incurren en un delito penal castigado hasta con cárcel. Por eso se insiste en darle manejo preventivo al tema.
La afirmación del funcionario de Corantioquia se sustenta en la Ley 1774 de 2016 sobre Maltrato Animal, que establece, en su Artículo 339A, que “el que maltrate a un animal doméstico, amansado, silvestre vertebrado o exótico vertebrado, causándole la muerte o lesiones que menoscaben gravemente su salud o integridad física, incurrirá en prisión de 12 a 36 meses e inhabilidad especial de 1 a 3 años para el ejercicio de profesión, oficio, comercio o tenencia que tenga relación con los animales y multa de 5 a 60 salarios mínimos mensuales legales vigentes”.
La Constitución también establece que “es deber del Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica, fomentar la educación para el logro de estos fines, planificar el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales para garantizar su desarrollo sostenible, su conservación, restauración o sustitución”.
Además, señala que es obligación de los particulares proteger los recursos naturales del país y velar por la conservación de un ambiente sano.
Antecedentes
Cazado ejemplar en 2012
En julio de 2012, el país recibió consternado la noticia y la imagen de un jaguar que fue cazado por campesinos de la vereda Mango Calenturas, que llevaba 15 días atacando caballos, gallinas y hasta los perros. Se conoció, en su momento, que en el caserío montaron guardia varios días, hasta que el animal apareció y fue cazado a eso de las nueve de la noche. En el lugar, se reportó, quedaron otros ejemplares y por eso Amalfi nunca ha bajado la guardia con el tema. De hecho, al municipio se le conoce como la Tierra del tigre y en el parque principal hay un monumento a este animal. Los jaguares son animales en vía de extinción y según la Resolución 572 del 2005, están en categoría de amenaza vulnerable.