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La fortuna de “la Terraza” quedó embargada

Son 378 bienes avaluados en $400.000 millones que entrarán en proceso de extinción de dominio. Entre ellos, 4 edificios en el centro de Medellín.

  • Este edificio de 16 pisos, ubicado en la carrera 49 con calle 55A, en Medellín, es uno de los inmuebles que al parecer pertenecía a “la Terraza”. FOTO ESTEBAN VANEGAS
    Este edificio de 16 pisos, ubicado en la carrera 49 con calle 55A, en Medellín, es uno de los inmuebles que al parecer pertenecía a “la Terraza”. FOTO ESTEBAN VANEGAS
  • Siete de los 17 vehículos embargados fueron exhibidos, entre ellos la camioneta Ford Edge de Cadavid. FOTO ESTEBAN VANEGAS
    Siete de los 17 vehículos embargados fueron exhibidos, entre ellos la camioneta Ford Edge de Cadavid. FOTO ESTEBAN VANEGAS

“Estamos ante la extinción de dominio más grande en la historia de Medellín contra una banda criminal”. Así lo aseguró ayer el alcalde Federico Gutiérrez, cuando informó acerca de las 378 propiedades sobre las cuales tomó posesión el Estado por estar vinculadas con el grupo delincuencial organizado (GDO) “la Terraza”.

Los bienes fueron avaluados en más de $400.000 millones y estaban a nombre de cabecillas, familiares y testaferros. El operativo que permitió dar este golpe fue bautizado como Amonet y fue desplegado tras seis meses de investigación por parte de la Fiscalía y la Dijín de la Policía.

Las rentas criminales, producto de homicidios, extorsiones, desplazamientos, narcotráfico y otras actividades delictivas permitieron a “La Terraza” la adquisición de 340 inmuebles, 17 vehículos, 14 establecimientos comerciales y siete sociedades.

Importancia del golpe

El alcalde Gutiérrez señaló que si hay algo que desestabilice a las organizaciones criminales, es cuando les afectan las rentas con las que delinquen y con las cuales ostentan su poderío.

“No se trata solo de capturas, sino de ir detrás de la plata de las estructuras. Esto sí que les duele”, expresó.

Agregó que un golpe de estos sirve también para que la gente comprenda hacia dónde van los dineros de la droga, cómo la camuflan en la economía local y, observó, el momento en el cual empresarios que se unen a las bandas (sirviendo como intermediarios para el lavado de activos) dejan de ser comerciantes y se convierten en delincuentes.

Por otro lado, indicó Gutiérrez, el operativo puede animar a las víctimas de grupos ilegales como “la Terraza” para que denuncien contando cómo les fueron arrebatadas sus propiedades, que al final pasan a pertenecer a los jefes de las estructuras, en algunos casos, con procedimientos ilegales en notarías.

Para dimensionar el poderío de la criminalidad basta con ver que entre los 378 bienes con fines de extinción de dominio destacan cuatro edificios en el centro de Medellín, dos de ellos de 16 pisos y uno a una cuadra de la Estación de Policía de La Candelaria.

Estos inmuebles, que fueron sellados ayer, pasarán a ser administrados por la Sociedad de Activos Especiales (SAE).

El general Eliécer Camacho, comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, manifestó que, pese al renombre que tiene “la Terraza, esta es una organización que viene en declive.

“Este golpe afectará todos los tentáculos que tiene no solo en Medellín sino en otros municipios de la región”, dijo.

Las lujosas propiedades que le fueron arrebatadas a la estructura criminal, observó el general Camacho, permitirán que los bajos mandos o los sicarios se den cuenta de la comodidad de quienes los dirigen mientras ellos arriesgan su vida.

GDO de vieja data

“La Terraza” surgió en Manrique, comuna 3 de la capital antioqueña, en la década de los 80. Desde su origen estuvo vinculada al sicariato y narcotráfico y fue aliada, en un principio, del cartel de Medellín.

No obstante, luego se sumó a la persecución de Pablo Escobar formando parte de “los Pepes”. Tras la muerte del capo (1993) formó alianza con el paramilitarismo. Tanto así que uno de sus principales líderes fue el extraditado Diego Fernando Murillo Bejarano, alias “don Berna”.

Según la Fiscalía, este GDO fue perfilado para acometer delitos como el secuestro de la exsenadora Piedad Córdoba, el homicidio de dos investigadores del Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep) y la muerte del humorista Jaime Garzón.

Jorge Iván Avendaño, profesor de Investigación Criminal de la Universidad de Medellín, agregó que entre 1998 y 2000 “la Terraza” fue responsable de al menos 10 asesinatos a investigadores de la Fiscalía.

Antes de 2004 la banda estuvo a punto de desaparecer por pugnas internas; sin embargo, ese año surgió una “segunda generación” con influencia en sectores de Medellín como Manrique y Aranjuez, al mando de “la Oficina” y cabecillas como Mauricio Alberto Zapata Orozco, alias “Chicho”.

Este sujeto, que fue uno de los afectados con el golpe asestado ayer por las autoridades, paga actualmente una condena de seis años en la cárcel La Picota de Bogotá. En el operativo de extinción de dominio también perdieron sus propiedades otros jefes como “Chivo” “Guasón”, “Tombolín”, “Keiler”, “Pichi Gordo” y “Cerdo”.

Incluso uno de los afectados es el jugador de fútbol Andrés Felipe Cadavid, pues una camioneta y una empresa de su propiedad están entre los bienes embargados (ver recuadro inferior).

“Los golpes los vamos a seguir dando hasta el último día de gobierno. Espero que el próximo alcalde no pare esta lucha contra las bandas criminales porque hay que liberar a Medellín de estas mafias”, sentenció el alcalde Gutiérrez.

No es el fin de “la Terraza”

El profesor Jorge Iván Avendaño expresó que esta estrategia de perseguir las rentas criminales es la acertada porque ataca la liquidez para delinquir. Estas acciones permiten judicializar a quienes están al servicio de los jefes como testaferros de sus bienes, explicó, dándoles una apariencia de legalidad.

“Los GDO no están interesados si cae un alias u otro, estas estructuras tienen como su mayor bien el dinero. Ahora bien, el Estado debe usufructuar esas propiedades en beneficio social o para reforzar las fuerzas del orden”, subrayó.

Aún así, el docente no cree que este sea el fin de “la Terraza” o que la banda esté en declive. Su concepto es que el crimen no se debilita. “Buscarán otra salida, otras rentas. Les afecta profundamente, pero es un solo tentáculo, uno que se pudo hacer visible. Falta poner en evidencia otros que no se han identificado”.

Para evitar que en poco más de siete meses, concluyó Avendaño, esta estructura recupere los recursos perdidos, la persecución no debe dar tregua porque el peor error es creer que el crimen está derrotado.

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