Tirados en las calles, en viviendas, terminales de transportes, guarderías, inquilinatos, hoteles, iglesias y hospitales, la Policía de Infancia y Adolescencia ha encontrado abandonados este año en el Valle de Aburrá, 496 niños entre recién nacidos hasta los 13 años.
Uno de los casos más aberrantes se registró el pasado fin de semana cuando la Policía de Infancia y Adolescencia encontró, tirados en una cuneta, en el barrio Vallejuelos, occidente de Medellín, a una bebé de 12 meses de nacida y a un niño de dos años.
Según informó la comandante de esa unidad de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, mayor Andrea Rojas Ortiz, un transeúnte al escuchar que de una zona boscosa y despoblada en la calle 61B con la carrera 103 DD, salía el llanto de dos niños, y al ver que estaban allí tirados, llamó a la línea de emergencias 1.2.3.
De inmediato llegó la Policía y los patrulleros se enteraron que los pequeños estaban con pañales sucios y con problemas estomacales, por lo que recurrieron al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf, que envió a una trabajadora social para restablecerles los derechos y atender a los pequeños.
La oficial dijo ayer que hasta el momento ningún familiar se ha acercado al Icbf a reclamarlos y especificó que se trata de dos niños afrodescendientes y parece que los trajeron de otra ciudad o población de Antioquia.
La mayor Andrea Rojas explicó que este año ya han encontrado cuatro bebés con días de nacidos tirados en las calles y a la intemperie.
Detalló que en los barrios donde más se presenta esta situación son los de la comuna 13 (San Javier), comuna 2, (Santa Cruz), en La Cruz, (barrio de la comuna 3) y en el centro de la ciudad (comuna 10).
Este episodio se sumó al ocurrido el pasado 9 de octubre, cuando fue abandonado un recién nacido en una cañada del sector de invasión El Pinar, en la vereda Granizal, oriente de Bello. El bebé murió luego en una clínica víctima de una infección.
La comandante de Infancia y Adolescencia dijo que la mayoría de estos niños son hijos de mujeres abandonadas por sus compañeros y tienen que trabajar de noche, en el servicio doméstico, en ventas ambulantes o están desempleadas y no tienen con qué sostener a sus pequeños.