En un parque inundado de palomas, bajo un cielo azul profundo matizado con pequeñas nubes, la Policía Nacional les pidió perdón a tres familias de Yarumal porque en 1993 el grupo paramilitar “Los 12 Apóstoles” asesinara a sus familiares sin que sus agentes lo hubieran evitado.
En primera fñññññila estaba Aura Rosa Saldarriaga, madre de Óscar Hernán Upegui, joven asesinado en un cuarto de hotel donde dormía y hasta donde llegaron los delincuentes a darle bala: “Era un muchacho sano, tenía una tiendita en El Alto y ellos (los asesinos) tocaron la puerta de la habitación y cuando abrió me lo mataron”, relató Aura Rosa, que valoró que la Policía haya pedido perdón público. No le evitó sentir la misma indignación por el crimen.
“Estos hechos reparan, pero más que eso remueven el dolor”, expresó. A su lado estaban varios de sus otros hijos y otra mujer, Laura Rosa Gaviria, que vivió un drama similar. “Me mataron a dos nietos, Hernán Pérez y Héctor Pérez, eso es doloroso y cambió mi vida, no los olvido”, expresó mientras la Policía seguía con su acto al que llegaron decenas de coterráneos y familiares, varios víctimas de las mismas angustias.
Acto de contrición
Las palabras de perdón policial las expresó el comandante de la Policía Antioquia, coronel Ramiro Riveros, quien admitió la culpa de los agentes que en esa época permitieron que “Los 12 Apóstoles” asesinaran personas en Yarumal sin contener, como autoridad, la acción criminal.
“Es nuestro deber moral ofrecer a los familias de los señores Luis Armando Holguín Jurado, Óscar Hernán Upegui Saldarriaga y Ovidio Adolfo Ardila nuestras más sinceras y sentidas disculpas en nombre de la Nación, el Ministerio de Defensa y la Policía, por el sufrimiento que por tantos años han tenido que padecer por los homicidios de estas personas”, dijo.
El oficial, sin embargo, llamó la atención para que no se sienta que son políticas de la institución no actuar en defensa de los ciudadanos. “Trabajamos por atender sus requerimientos y defenderlos”.
Tras su intervención y las del capellán de la Policía Antioquia, Leonardo López, se descubrió un Monumento a la vida, de la artista Olga Inés Arango, como símbolo de una tragedia que Yarumal no debe olvidar.
“Con este acto el Estado reconoce que algunos de sus agentes se han equivocado, pero inicia una reconciliación necesaria para cicatrizar heridas”, señaló el alcalde, Miguel Ángel Peláez.
