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Conservar bosques, la tarea de seis mil familias

BanCO2, programa de pago por servicios ambientales, cumple cinco años de trabajo con comunidades.

  • El campesino José Hernán Hincapié señala la zona boscosa que rodea su predio en la vereda El Palmar de Girardota. Allí vigila que los árboles no sean talados. FOTO Juan Antonio Sánchez
    El campesino José Hernán Hincapié señala la zona boscosa que rodea su predio en la vereda El Palmar de Girardota. Allí vigila que los árboles no sean talados. FOTO Juan Antonio Sánchez
17 de noviembre de 2018
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María Rubiela Álvarez lo que quiere es plantar árboles y que sus frutos atraigan a cada vez más aves hasta su finca, en el corregimiento de San Cristóbal de Medellín. Ya sembró naranjos, plátanos, maíz y, recientemente, 330 plántulas de café.

Está convencida de que sus cultivos, además de ser una alternativa para el autoconsumo, le darán “una opción de vida” a futuro. Su convicción va más allá de la sostenibilidad económica: también vela por proteger su predio de la tala de madera.

Estas acciones de conservación, dice Álvarez, son financiadas por el programa BanCO2, un esquema de Pago por Servicios Ambientales -PSA- que aporta una remuneración económica mensual a familias campesinas o comunidades rurales por sus acciones de conservación, restauración de bosques y ecosistemas. Como María Rubiela, 6.000 familias antioqueñas integran esta estrategia que, este mes, cumple cinco años.

En este lustro, 90 municipios del departamento se han sumado al programa, junto a las cuatro Corporaciones Autónomas Regionales y algunas empresas privadas con compensaciones voluntarias. En total, el programa ha invertido en Antioquia 13.000 millones de pesos, de los cuales la Gobernación de Antioquia ha aportado 7.000 millones.

Del Oriente al resto del país

Hace cinco años, las familias del Oriente antioqueño subsistían de la extracción de madera, una actividad que traía consigo la deforestación de bosques nativos y ecosistemas. Allí, en búsqueda de soluciones, nace el programa BanCO2 en 2013, con un primer incentivo a 106 campesinos productores.

Ahora, este plan de PSA se ha extendido desde el Oriente hasta el resto del territorio nacional, con presencia en 26 de las 33 Corporaciones Autónomas Regionales (CAR) del país y 170.000 hectáreas de bosque protegido.

Así lo explica Jaime Andrés García Urrea, director de la Corporación Más Bosques (operadora de BAnCO2), quien agrega que ya son 10.000 familias beneficiadas en Colombia y 200 empresas vinculadas al sistema. El fondo de BanCO2, dice, ha invertido alrededor de 30.000 millones de pesos en sus primeros cinco años.

Pero uno de los mayores logros, indica García, ha sido la implementación de proyectos productivos con las familias participantes. Uno de estos productos bandera es la miel, un trabajo que comenzó en 2015 con 100 familias y que hoy está comercializando seis toneladas de miel al año.

Santiago Villegas Yepes, director de Planeación y Generación de Energía de Empresas Públicas de Medellín, explica que la entidad se vinculó a BanCO2 bajo la premisa de que una de las claves de conservación de los bosques y los recursos hídricos es su incorporación en los mercados productivos.

Desde 2014, Epm ha apoyado a 756 familias y ha aportado $9.230 millones, a través de convenios con distintas CAR nacionales.

Mejorar la bancarización

Desde la vereda El Palmar de Girardota, José Hernán Hincapié se encarga de garantizar que los árboles que rodean su predio no sean talados y que la deforestación, una amenaza latente, no siga consumiendo las especies nativas de la zona.

Fue uno de los primeros participantes de BanCO2 y aunque dice que es una “iniciativa bonita”, también añade que resulta desconcertante que, en algunas ocasiones, se retrase el pago mensual de 854.000 pesos que recibe por su labor de conservación.

Al respecto, García Urrea enfatiza que si bien el proceso de bancarización ha representado una dificultad para algunas familias campesinas, la medida se sigue perfeccionando para evitar que se presenten estas irregularidades.

Dora Luz Delgado, magíster en Desarrollo Sustentable e integrante del Comité Técnico Interinstitucional de Educación Ambiental (Cidea) de Antioquia, anota que BanCO2 es una alianza valiosa entre campesinos e instituciones en la medida en que fortalece la relación del hombre con la naturaleza, la cual a veces se pierde por desconocimiento.

“Es un reconocimiento a la labor de nuestras comunidades rurales, dignifica la labor del campesino y permite que mejore sus condiciones de vida”, manifiesta Juan David Ramírez Soto, subdirector de Gestión Ambiental de Corantioquia.

Sin embargo, tanto Ramírez como Delgado coinciden en que las comunidades deben fortalecer sus proyectos productivos. Y, como María Rubiela, seguir soñando con sembrar árboles en zonas antes amenazadas .

170
mil hectáreas de bosque han podido conservarse en el país a través del PSA.
Daniela Jiménez González

Periodista del Área Metro. Me interesa la memoria histórica, los temas culturales y los relatos que sean un punto de encuentro con la ciudad en la que vivo, las personas que la habitan y las historias que reservan.

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