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En siete meses la calle de la Buena Mesa cambiará su cara

Tras varios años de espera por fin comenzó la peatonalización. Vecinos del sector piden que el nuevo espacio sea realmente público y no para ampliar negocios.

  • La Alcaldía asegura que el tramo elegido para su intervención no genera problemas de movilidad para quienes buscan salida hacia Las Vegas. FOTO julio herrera
    La Alcaldía asegura que el tramo elegido para su intervención no genera problemas de movilidad para quienes buscan salida hacia Las Vegas. FOTO julio
    herrera
19 de febrero de 2022
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A finales de este año la Calle de la Buena Mesa en el barrio Jardines, en Envigado, habrá completado la transformación que comenzó hace más de una década, cuando la soledad del Trifásico, como única referencia gastronómica del secto durante casi tres décadas, dio paso una masiva llegada de negocios que consolidaron a este punto en el mapa gastronómico metropolitano.

La semana pasada comenzó a tomar vida la vieja promesa de peatonalización de este sector, una obra que comprende la renovación de 2.350 metros cuadrados de espacio público, entre la carrera 44 A y la calle 30 A Sur, que involucrará instalación de adoquines, comedores a cielo abierto, ejes de circulación central, puntos de encuentro, iluminación y mobiliario urbano incluyente. Tiene una inversión de $2.437 millones, mediante convenio interadministrativo entre el Área Metropolitana y la Alcaldía de Envigado.

Desde la administración local aseguran que el resultado que se verá a finales de 2022 configura todas las necesidades y miradas tanto de los comerciantes de los 40 restaurantes como de los habitantes de Jardines.

Según Sergio Ríos Ospina, gerente de la Empresa de Vivienda y Desarrollo Urbano de Envigado –DESur– la transformación total que tendrá esta zona contempla desde ya las necesidades futuras como la ampliación de la oferta comercial y el aumento de demanda de zonas de parqueo. Incluso se evalúa cómo conectar la propuesta gastronómica con la ruta cultural que tiene cerca puntos emblemáticos como la Casa Museo Otraparte.

De acuerdo con Maryori Montes, propietaria del Trifásico, aunque los comerciantes reconocen las dificultades que implican las obras durante gran parte de este año, y justo cuando muchos negocios siguen en recuperación por el cierre en pandemia, la peatonalización era un paso obligatorio para cumplir con las demandas de comensales y turistas que cada vez más buscan espacios abiertos y nuevas experiencias: eventos, ferias, exposiciones, integración de la oferta gastronómica.

Y para lograrlo hay un comité que trabaja en paralelo, mientras avanzan las obras, en esas ideas que darán vida al nuevo espacio, según Montes.

Pero aunque en general hay consenso frente a la intervención que tendrá la Buena Mesa, entre quienes vivieron la otra cara de la evolución comercial del barrio, hay algunas reservas.

Jaime Giraldo vivió en Jardines hasta finales de 2019 cuando decidió mudarse pronosticando que el sector acabaría experimentando los mismos problemas de otros lugares como Provenza, cuya dinámica residencial se transformó en una álgida oferta de entretenimiento, con caos de movilidad, ruido y problemas de convivencia a bordo.

Jaime asegura que el deterioro de la calidad de vida, la pérdida de espacio público y de habitabilidad a la que se ven sometidos los habitantes de sectores que ganan interés comercial han sido generalmente males invisibilizados por las administraciones públicas para favorecer el potencial económico y a los comerciantes.

Siendo aún asiduo comensal de la Buena Mesa por su cercanía al lugar de trabajo, Jaime dice que espera ver realizada una transformación en la que se recupere la importancia del espacio público. Justamente, concluye, el reto más difícil será garantizar que ese espacio será efectivamente para el peatón y no para una ampliación descontrolada a cielo abierto de negocios.

Doña Alba Valencia, residente de Jardines, está convencida de que el cambio traerá nuevas obras complementarias que permitirán que la infraestructura de la zona se mantenga en óptimas condiciones.

Pero también cree que la zona está en una inevitable dinámica de despojo de la vida barrial y que esta obra no hace más que intensificarla.

“Mientras los habitantes nos hemos visto forzados a situaciones como haber perdido la utilidad del frente de las casas, los comerciantes se han expandido en espacio público con carpas y mesas con beneplácito de la alcaldía. Eso refleja la vocación hacia la que va el sector”, dice.

Lo cierto es que 70 años después de que llegaran las primeras familias a urbanizar este barrio, la peatonalización de la Buena Mesa marcará un punto de inflexión en su historia

2.350
metros cuadrados serán intervenidos para la peatonalización del sector.
4.000
personas, aproximadamente, visitan los restaurantes de la Buena Mesa los fines de semana.

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