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Informe de Medellín Cómo Vamos sobre la calidad de vida de la primera infancia
entre 2016 y 2019 destacó resultados positivos, pero planteó retos inmediatos.
Los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás, consigna la Constitución Política de Colombia. Aún así, estos son una de las poblaciones más vulnerables del país y de Medellín: de los 176.282 niños menores de seis años que vivían en la ciudad en 2019, 102.954 están en situación de vulnerabilidad, cifra que, aunque disminuyó con años anteriores, podría aumentar de forma radical a causa del coronavirus.
Este es uno de los datos que registra el informe “¿Cómo va la primera infancia en Medellín? 2016-2019”, realizado por Medellín Cómo Vamos y la Fundación Éxito y que fue presentado ayer a través de un encuentro virtual.
Esta población, niños hasta los cinco años, se asimila a esponjas que absorben pues, durante sus primeros años de vida, su cerebro, en desarrollo, se prepara con las herramientas que utilizarán durante el resto de su vida. Por eso, es importante que tengan acceso a nutrición, sistemas de salud, educación y entornos familiares que, por la pandemia, se han visto sometidos a retos adicionales.
La ubicación territorial, dice el informe, sigue estando asociada a la fragilidad de las condiciones de vida. En las comunas 1,2, 3, 8 y 13 y los corregimientos de San Sebastián de Palmitas y Santa Elena prevalecen los hogares con menores de seis años con barreras de acceso a estas áreas.
Así fue 2019
El año terminó con resultados positivos en diferentes áreas, como en disminución de desnutrición o de mortalidad y en mayor cobertura de educación. Sin embargo, las entidades asociadas recalcan que estos valores se verán modificados en los resultados de 2020 de forma negativa.
El Dane registró que, para el caso colombiano, una de cada tres familias no puede completar tres comidas al día para, por lo menos, alguno de sus miembros y en Medellín, en la encuesta #MiVozMiCiudad, 32,4% de los encuestados se consideró pobre y 45,7% dijo que los ingresos no alcanzan para cubrir gastos mínimos. Esto afecta directamente a la primera infancia que, para 2019, representaba el 9,4% del total de la población del país.
En mortalidad, por ejemplo, se registró que en 2019 de cada 1.000 nacidos 8,8 fallecían, con 239 casos y una reducción de 5 % frente a 2018.
El Sistema de Vigilancia Nutricional para la población menor de seis años, Sisvin, logró obtener información para monitoreo de 115.464 niños y niñas, es decir, 65.5% del total de la población de primera infancia para ese año. De esos, 7,4 % tuvieron desnutrición crónica.
“La reducción en los ingresos de los hogares causada por la pandemia tiene incidencia sobre la posibilidad de estos para acceder a alimentos variados y de calidad, lo que podría incrementar las prevalencias de inseguridad alimentaria y consecuentemente, la prevalencia de desnutrición crónica”, dice el informe.
Esto afecta el desarrollo físico y cognitivo y aquellos menores de dos años crecen rezagados en estas capacidades, lo que sigue ampliando las diferencias socioeconómicas.
En cuanto a delitos que atentan contra su seguridad e integridad, hubo 1.008 casos de violencia intrafamiliar en 2019, 25 de lesiones personales, 404 de delitos sexuales y un homicidio. Todas, a excepción de la última, aumentaron respecto al año anterior.
Finalmente, en temas de educación, entre 2016 y 2019 se presentó un comportamiento ascendente de cobertura neta en educación inicial, pasando de 72,0% a 83,4% para prejardín y jardín. Se pasó de 211 centros infantiles en 2016 a 218 en 2019 y la apertura de tres nuevos jardines agregó 1.600 cupos.
Lo que dejó 2020
Azucena Restrepo, presidenta de Proantioquia, explicó que preocupa que de la población, solo 7.200 niños estén en el modelo de jardines de Medellín.
La concejala Nataly Vélez agregó que “aunque la pandemia es un reto para el mundo entero, los más perjudicados fueron los niños”, sobre todo en temas de educación que influyen otras áreas. Recordó que sus clases se basaron en seis llamadas mensuales de 15 minutos con dos o tres horas de contacto físico, situación que empeora para aquellas familias sin acceso a internet.
Otros limitantes fueron la disponibilidad de tiempo de los padres y el aumento de casos de violencia contra los niños que no se registran, ya que “los docentes identificaban si eran abusados o maltratados y si se pierde ese contacto importante, se pierde esa ruta de atención y esto deja huellas imborrables para toda su vida”, dijo Vélez.
Raquel Bernal, vicerrectora académica de la Universidad de los Andes, agregó que en el hogar hay múltiples factores de riesgo para incidir en lo anterior pues “los padres están ansiosos, estresados, nerviosos y la estimulación no es la misma a pesar de que hay más tiempo con los papás, pues no es interacción de calidad”.
En 2020 no se pudieron hacer los tamizajes de talla y peso, que son cuatro veces al año, y eso dificultó el control del desarrollo. El componente nutricional, que en los programas de Buen Comienzo representaba cerca de 70 % de los nutrientes requeridos, pasó a ser bono o paquete que, tal vez, no llegó directamente al niño.
Bernal contó que “al país le va a tomar mucho esfuerzo y dinero para cerrar las brechas que se abrieron como consecuencia de la pandemia” y que la atención integral a la primera infancia debe ser prioridad porque “forma competencias cognitivas, socioemocionales, de salud, nutrición y demás para la adultez”.
Agregó que es difícil virtualizar la educación de esta población porque ellos deben explorar, descubrir el mundo guiados por adultos, desarrollar motricidad y socializar y que recomienda la presencialidad.
Retos de la educación en 2021
Vivian Puerta, directora general de Buen Comienzo, contó que ahora hay 129 sedes de centros educativos del programa trabajando con presencialidad y 7.940 niños asistiendo más 5.900 de forma virtual. “Reconocemos la importancia de que los niños regresen, porque allí podemos hacer seguimiento riguroso al desarrollo físico, cognitivo, psicológico”, dijo.
Contó que la decisión de ver cuatro u ocho horas de clase diarias se tomará una vez se matriculen todos y haya cifras definidas de interesados en presencialidad y que hubo un aumento de 50 % del presupuesto del programa. Así, Entorno Familiar proyecta una inversión de $ 46.000 millones, Institucional con jardines de ocho horas unos $ 37.997 millones, Institucional más de $ 100.000 millones, Ludotekas $ 1.897 millones y Flexible $ 16.271 millones. El componente nutricional tendrá inversión de $ 28.621 millones.
Dijo que, con base en los resultados del tamizaje de noviembre pasado y hablando con los padres, es necesario volver a presencialidad y, para eso, contarán con más personal de servicios generales para tener las condiciones de salubridad necesarias en las sedes y con auxiliar de enfermería y profesional de salud para hacer, además, seguimiento a la nutrición.