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Policías encubiertos sí han ayudado a bajar robos en restaurantes y comercio nocturno

En dos meses del llamado Plan cazador, hurtos han caído 30% en el Aburrá, según la Policía.

  • Los agentes encubiertos hacen presencia en comercios como el de la fotografía superior, en Envigado, y se articulan, a su vez, con los demás policías. FOTO camilo suárez
    Los agentes encubiertos hacen presencia en comercios como el de la fotografía superior, en Envigado, y se articulan, a su vez, con los demás policías. FOTO camilo suárez
  • Policías encubiertos sí han ayudado a bajar robos en restaurantes y comercio nocturno

Dos meses han pasado desde que se implementó el Plan cazador en Medellín y el Valle de Aburrá y, aunque los hurtos no han caído en su totalidad, la medida sí parece disuadir a la criminalidad. Ese, por lo menos, es el reporte compartido por algunos ciudadanos y comerciantes, quienes afirman que las labores de inteligencia y agentes encubiertos se han convertido en un respiro.

A corte de noviembre, las cifras de hurtos a establecimientos comerciales respaldaban este balance. En agosto, según la Policía Metropolitana, se registraron 34 hechos en Medellín y 45 más en el resto del Aburrá. El promedio mensual desde septiembre 22 —cuando comenzó a operar la medida— ha sido de 23 casos en la ciudad y de 32 en la región. La reducción es del 32% y 28%, respectivamente.

Para el plan se han dispuesto policías especializados en inteligencia e investigación criminal, además de agentes vestidos de civil, quienes hacen las veces de meseros, acomodadores, cuidadores de carros y comensales en restaurantes y comercios.

“La medida ha tenido buena acogida. Comenzó en Medellín y se amplió a los demás municipios metropolitanos”, afirma el coronel José Galindo Sánchez, subcomandante encargado de la institución, tras precisar que las labores de inteligencia y los policías encubiertos hacen presencia en los corredores más concurridos de las diez localidades.

Este también precisa que, durante los meses que ha rodado el plan, se han desarrollado tres operaciones contra las estructuras delictivas. En estas avanzadas, en las que ha sido vital la cooperación informativa entre comerciantes, ciudadanos y agentes encubiertos, se ha logrado capturar a 16 personas.

Pero el plan, dice el coronel, no solo ha impactado los corredores comerciales. La articulación de los “cazadores” con el escuadrón Antifleteo, otro frente de acción de la Policía Metropolitana, permitió que la reacción de las autoridades fuera inmediata en el robo de película que le costó $550 millones a una fundidora de oro en El Poblado.

Parte de los gremios

En este último sector, precisamente, fue donde comenzó a correr el Plan cazador. Luis Guillermo Orjuela, director ejecutivo de la corporación Zona Rosa —que agrupa a por lo menos 100 comercios del Parque Lleras— cuenta que, aunque en ocasiones un hurto borra parte del trabajo, la intervención ha corrido de manera organizada.

Similar es el testimonio de Juanita Cobollo, líder del gremio de comerciantes de Provenza, quien expone que los clientes y dueños de los locales están más tranquilos. Ello, a su juicio, porque la percepción de seguridad ha mejorado en los últimos meses.

¿Cómo operan los “cazadores”? Orjuela relata que, en principio, se dispuso de una línea telefónica y de un chat de WhatsApp. Este último está integrado por comerciantes y autoridades y, en palabras del director de Zona Rosa, ha permitido informar sobre personajes o movimientos sospechosos en tiempo real.

Como este, Cobollo tiene muy claro el abecé de esta intervención. Explica que, semanalmente, los agentes de la Policía Metropolitana la contactan para informarle en qué puntos tendrán lugar sus labores de inteligencia. “Ellos se ubican en partes distintas. Vienen, consumen como parejas y amigos, y la gente no los percibe. Eso ha permitido ahuyentar a los delincuentes”, afirma la líder.

Voz ciudadana

Pero los “cazadores” no solo operan en El Poblado. Sofía Quintero, quien frecuenta el sector de la Buena Mesa, en Envigado, expone que, aunque sabe de personas que han sido víctimas de atracos, ella no ha padecido esa situación. Desde su percepción, allí el balance de seguridad es positivo, distinto al parque principal del municipio, donde “sí han subido los robos”.

En esto coincide Estefanía Cosme, quien ha trabajado durante dos años en la zona. Aunque los bolsos y celulares de los clientes, además de las cajas registradoras de los negocios, no dejan de ser atractivas para los delincuentes, afirma que esas avanzadas criminales han dejado de ser tan frecuentes.

Menos coincidentes fueron los testimonios recogidos al norte del Aburrá, en Bello. Algunos comerciantes de los sectores de Cabañitas y Florida, quienes decidieron reservar sus identidades, alegan que la seguridad no ha mejorado. “No han desaparecido los motorizados que atracan a los clientes ni las extorsiones a los comerciantes”, afirma uno de ellos.

Otro tema que allí cuestionan, y que fue controversial en su momento, es el hecho de hacer pública la medida. Para algunos no tiene sentido que una operación, cuya columna vertebral la componen agentes infiltrados, sea difundida de manera pública. “Parece más un show mediático que otra cosa”, dice uno de los concejales de esa localidad.

Pese a esto, buena parte de los consultados para este informe se mostraron conformes con los resultados de los “cazadores”. Hacer público el plan funciona para “prevenir y disuadir a la criminalidad”, fue la defensa del coronel Galindo. Caso contrario ocurre con los toques de queda que buscan proteger a los menores de edad en este tipo de sectores (ver Polémica)

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es el número de municipios en los que operan los agentes del plan Cazador.
Edison Ferney Henao Hernández

Periodista y politólogo en formación. Aprendo a escribir y, a veces, hablo sobre política.

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