¿Qué tanta inversión se perdería en la Clínica de la 80 si no se compra?
Alcaldía invirtió allí $23.700 millones, pero no todo se podrá recuperar cuando termine el comodato.
La Clínica de la 80 queda en la comuna 16 (Belén) y hoy funciona principalmente como punto de vacunación. El tope de pacientes hospitalizados en este momento es de 14.
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manuel saldarriaga
Hace algunos días el alcalde Daniel Quintero Calle y el agente liquidador de Saludcoop, Felipe Negret Mosquera, conversaron sobre la posibilidad de que este último le venda a Medellín la Clínica de la 80, un bien avaluado en $96.012 millones. Si se logra la compra, esta sede entraría a la red hospitalaria pública de Medellín, con un nivel de complejidad similar al que tiene el Hospital General de Medellín (HGM).
Negret le confirmó a EL COLOMBIANO que está pendiente una reunión con Quintero para poner sobre la mesa el interés de la Alcaldía en el edificio y, si llegan a un acuerdo, establecer el costo final y las condiciones de pago.
Si sucede así, sería un negocio directo, sin intermediarios ni subastas, y un sueño cumplido para el mandatario, quien ha reiterado varias veces que quiere quedarse con este bien, que tiene la Alcaldía en comodato (préstamo) desde el 26 de marzo de 2020.
Allí, la administración municipal invirtió por lo menos $23.700 millones en adecuar 22.000 metros cuadrados para la parte hospitalaria y 6.700 metros cuadrados de fachada, para atender la emergencia sanitaria por el covid, aprovechando que esta sede estaba sin servicio tras el cierre ordenado a Saludcoop.
El tiempo apremia. Negret debe vender cuanto antes, pues el dinero que obtenga se irá al pago de las deudas que la EPS Saludcoop, hoy en liquidación forzosa, tiene con clínicas, hospitales y proveedores del país. Aun así, la administración municipal no ha precisado si tiene cómo pagar lo que cuesta la clínica o de dónde sacaría los recursos.
Hay 14 camas habilitadas
Lo cierto es que el próximo 24 de noviembre se vence la prórroga del comodato, tras lo cual la entrega del inmueble es inminente porque su objeto era prestar de forma “transitoria y excepcional servicios de salud en el marco del estado de emergencia económica, social y ecológica”.
Cuando Saludcoop prestó el lugar, la Alcaldía anunció que instalaría más de 150 camas UCI (cuidados intensivos) y que serían atendidos pacientes con covid-19. En ese entonces, Antioquia tenía 502 de estas camas, tan solo 60 casos confirmados y cero muertes por el virus. La medida fue una forma de prepararse para el manejo de la pandemia.
No obstante, el objetivo de dotar esta sede con camas UCI no se cumplió porque no había suficiente personal especializado. Tras la apertura el 13 de julio de 2020, la Clínica sirvió para descongestionar los servicios de otras instituciones que atendían pacientes con covid-19.
El 20 de julio de ese año se anunció que allí estaría la primera Unidad de Cuidados Respiratorios Especiales (UCRE), enfocada en el tratamiento y monitoreo de personas con insuficiencias respiratorias.
Una persona que participó en el montaje de la clínica contó que llegaron a tener 190 camas funcionando. Un reporte de la Alcaldía del 4 de agosto pasado da cuenta de que a esa fecha habían sido atendidos más de 6.000 pacientes. Hoy solo hay 14 camas abiertas y, al viernes pasado, 11 pacientes en total. Las demás habitaciones permanecen dotadas pero sin operación.
Allí avanza el inventario de los elementos usados en la adecuación y dotación, pues deben empezar a sacarse para entregar el inmueble, en vista de que no hay certezas de la compra.
En visitas hechas la semana pasada a los alrededores del lugar, periodistas de este diario constataron que la mayoría de sus usuarios van en busca de la vacunación, la misma que ha disminuido con el pasar de los días. Tulio Gómez, Blanca Avendaño y Jefferson Rangel, comerciantes informales del sector, dijeron que el flujo de clientes ha bajado mucho en los últimos dos meses y que han escuchado rumores de que se planea su desmonte.
El hecho de que se esté haciendo el inventario genera la pregunta sobre cuántos recursos se perderían si la clínica no se convierte en propiedad del Municipio, teniendo en cuenta que hay elementos imposibles de extraer, aunque se dice que se llevarán hasta el último bombillo.
Según una respuesta de la Alcaldía a un derecho de petición presentado por un concejal de la ciudad a finales del año pasado, los costos de los bienes de infraestructura como muros, puertas, extintores, adecuaciones en ascensores, techos, impermeabilización, paredes, limpiezas, redes hidrosanitarias y eléctricas, etc., suman $11.639 millones, de los cuales $4.676 pertenecen al Municipio de Medellín y $6.962 millones a Salucoop.
Para entonces, estos precios estaban en proceso de auditoría de interventoría, por lo cual hoy podrían tener variaciones. Al consultar a la Secretaría de Salud sobre si habría despilfarro de recursos en caso de que no se compre la clínica y de cuánto dinero se estaría hablando, no hubo ninguna respuesta. EL COLOMBIANO solicitó varias veces la información, inclusive por escrito, tal como lo pidió la secretaria Andree Uribe, pero finalmente indicaron que iban a considerar la pertinencia de responder.
¿Cómo fue la inversión?
Sobre la pregunta por el monto total invertido en la adecuación y operación de la clínica también hubo silencio. Hasta el momento se conoce que un primer gran contrato interadministrativo por $13.102 millones se suscribió el 6 de abril de 2020 entre la Secretaría de Salud y la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU) para las obras de adecuación. Este tenía una duración inicial de cinco meses, pero tuvo tres ampliaciones y una adición presupuestal de $10.642 millones, con lo cual su fecha de terminación fue el 9 de septiembre de 2021 y la suma invertida de $23.744 millones.
A su vez, la EDU suscribió dos contratos para desarrollar dichas obras: uno con Luis Óscar Vargas Abondano (13 de abril de 2020), como persona natural, y otro con Unión Eléctrica S.A. (15 de abril de 2020). Para la interventoría fue con la empresa Consultar con Profesionales S.A.S. (9 de abril de 2020).
El de Vargas Abondano era inicialmente por 90 días y de $7.096 millones. Tuvo dos adiciones presupuestales, con lo que ascendió a $16.240 millones, cuatro suspensiones e igual número de ampliaciones. La última reanudación fue a partir de agosto 3 de 2021, pero este diario no conoce la fecha de terminación.
La experiencia acreditada para firmar con esta persona se basó en contratos que este celebró con el Fondo de Desarrollo de Proyectos de Cundinamarca y la Agencia Logística de las Fuerzas Militares, y se concluyó que era apto. Sin embargo, en una auditoría especial la Contraloría General de Medellín, en agosto de 2020, cuestionó su idoneidad para celebrar un contrato de esa magnitud, pues no habría tenido la “capacidad instalada suficiente” para cumplir las obligaciones contractuales.
El organismo de control argumentó que el contratista había suscrito días antes de firmar con la EDU, un “contrato de entendimiento” con la Empresa Construcciones al Día. Esta última empresa subcontrató también con otras firmas, días previos al contrato principal, con lo cual, según la Contraloría, “comprometió recursos públicos sin que hubiera nada que lo facultara para tal acto”.
Al final, gran parte de la obra la ejecutó Construcciones al Día, según la Contraloría: “Para el equipo auditor es claro que Luis Óscar Vargas Abondano, en el contrato que estamos analizando se comportó como un simple intermediario, pues como persona natural no estaba en condiciones de ejecutar el objeto del contrato”.
El segundo contrato de la EDU fue con Unión Eléctrica S.A. por $3.968 millones para la construcción de obras eléctricas en la clínica, en un plazo de 90 días. Tuvo una ampliación de siete días, se dio por terminado el 6 de octubre de 2020 y el valor ejecutado fue de $3.963 millones. Por su lado, el de interventoría, con la empresa Consultar con Profesionales S.A.S., fue por $549 millones. Tuvo cuatro suspensiones e igual número de adiciones que suman otros $636 millones, así como cinco ampliaciones. Se dio por terminado el 22 de agosto de 2021.
El convenio interadministrativo para la operación de servicios se hizo entre la Secretaría de Salud y el Hospital General de Medellín (HGM). Tuvo una duración de once meses, entre junio de 2020 y mayo de 2021, y un valor de $24.180 millones.
Una de las quejas sobre este radica en que el HGM contrató a su vez a una organización para tercerizar parte del personal. Algunos exempleados bajo esta figura se quejan de malas condiciones salariales y problemas de comunicación con quienes hacían las veces de jefes.
Casi todos ellos salieron de la Clínica de la 80 cuando empezaron a bajar los contagios y se descongestionó la red hospitalaria. Hoy, varios están desempleados y en la clínica permanecen unos 11 profesionales que forman parte de la planta del HGM, así como unos pocos contratistas.
Entre algunos hay desilusión al ver cómo las instalaciones quedarán vacías, al menos mientras se decide qué pasará con la compra. Lo cierto es que les dijeron que hasta noviembre estarán allá y que el tope máximo de pacientes seguirá en 14 como está hoy. Y la otra cuestión que queda en duda es si no hay compra por parte del Municipio, quién deberá responder por posible despilfarro de inversiones.
22.000
metros cuadrados fueron intervenidos en la clínica.
23.700
millones de pesos fueron invertidos en adecuaciones de la clínica.