Abril de 2019 dejó su mancha de sangre en la historia reciente de la violencia en Medellín, al convertirse en el mes con más homicidios registrados en los últimos cinco años.
Según el Sistema de Información para la Seguridad y Convivencia (Sisc) de la Alcaldía, en abril hubo 71 asesinatos. Al verificar los periodos pasados, se observa que desde junio de 2014 no se presentaba una cifra superior, pues en ese entonces hubo 82.
En el contexto general, es igualmente preocupante que el índice de homicidios venga en un aumento anual sostenido desde 2016, cuando hubo 544 casos; en 2017 fueron 584 y en 2018, 633.
Entre enero 1 y abril 30 de 2019 se presentaron 231 muertes violentas, 35 más que en el mismo lapso del año pasado (196), lo que implica que la tendencia al alza se mantiene.
En abril, puntualmente, hubo un incremento de 20 víctimas con relación a marzo (51). En ese negativo récord influyeron dos aspectos: un aumento del 200% en las muertes de mujeres en los últimos 30 días, al pasar de tres hechos en marzo a nueve en abril.
Y una racha negativa de dobles homicidios. El 11 de abril hallaron dos cadáveres acuchillados y envueltos en bolsas en el deprimido vial de la avenida Oriental, en pleno Centro; los difuntos fueron José Agustín Solórzano Mejía, de 45 años, y Abraham de Jesús Saldarriaga Villa, de 40.
Tres días después, en una vía de la vereda Media Luna, en el corregimiento Santa Elena, arrojaron los cuerpos abaleados de Edwin Piedrahíta Restrepo, de 19 años, y un adolescente de 14.
El 15 de abril en el barrio El Cucaracho, en la parte alta de Robledo, acribillaron dentro de un automóvil a Andrés Delgado Hincapié, de 34, y a Juan Fernando Rodas Suárez, de 39.
Y el 21 de abril, en un apartamento del barrio Laureles, mataron a puñaladas a Doris Ligia Ochoa Jaramillo y su hija María Lariccia Ochoa, de 60 y 30 años, respectivamente. El verdugo incendió el lugar tratando de borrar la evidencia.
Más allá de estos eventos y de la cruda estadística, lo padecido en abril tiene causas que vienen tejiéndose de tiempo atrás. EL COLOMBIANO consultó a las autoridades y analistas sobre este tema, para encontrar las explicaciones a la situación.
Inestabilidad en la cúpula de las bandas
Desde 2016 las autoridades han capturado a 136 cabecillas del crimen organizado de Medellín y el Valle de Aburrá. A esto se suma que desde diciembre de 2017 han matado 19 jefes de bandas de la zona.
Esto ha generado un estado de incertidumbre e inestabilidad en la jerarquía de esas estructuras, que tratan de reacomodarse a jefaturas desde la prisión, ascenso de líderes sin capacidad de mando y la presión de la Fuerza Pública, que de manera constante visibiliza y persigue a los objetivos de alto valor estratégico.
En el mundo del hampa, tales reacomodos y sucesiones están acompañados de plomo y sangre derramada.
las Divisiones internas en los combos
Como consecuencia del punto anterior, en algunas de las estructuras más violentas de la metrópoli surgieron rebeliones y disidencias, que suscitaron múltiples atentados.
“La Terraza”, “la Viña”, “Robledo”, “Betania” y “Pachelly” son algunos de los grupos que atraviesan un periodo de fractura interna, lo cual se traduce en mortales ajustes de cuentas que afectan, especialmente, a las comunas de Manrique, Aranjuez, Robledo, San Javier y La América.
Dos capos se disputan el bajo mundo
Dos miembros de la cúpula de la organización mafiosa “la Oficina” continúan disputándose, desde la cárcel, la influencia sobre las demás bandas del área metropolitana.
Según los investigadores, se trata de Juan Carlos Mesa Vallejo (“Tom”) y José Leonardo Muñoz Martínez (“Douglas”), ambos ya condenados, pero con sus redes activas en la calle. Su injerencia, que se traduce en patrocinios y alianzas con combos en cada comuna, ha impulsado algunas de las disputas más macabras.
Entre los conflictos activos están “el Coco” vs “la Agonía”, “el Diamante vs “la Imperial” y “los Chivos vs “los Pájaros”. De acuerdo con el Sisc, en lo corrido del año van 84 asesinatos ligados a bandas, aunque podrían ser más, pues hay casos que están en proceso de categorizar.
Crecieron las muertes por convivencia
El informe del Sisc detalló que, en lo corrido de 2019, los homicidios por convivencia aumentaron un 54% con relación a ese periodo del año pasado, al pasar de 13 a 2o hechos. Uno de los casos sucedió el 8 de abril en el Centro. Según la indagación preliminar de la Fiscalía, la vendedora ambulante Anggie Arenas David fue capturada porque le habría propinado unas puñaladas letales a Diego Córdoba Rivas, de 24 años, porque él le quitó una caja de dulces.