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El 2020 quedará en la piel del Suroeste como una cicatriz, un corte cerca del corazón causado por el puñal de la violencia y el flagelante recuerdo de haber sido la subregión antioqueña con el mayor aumento en el índice de asesinatos.
El año cerró con 311 homicidios, lo que implicó un incremento del 38,2% con respecto a 2019, cuando ocurrieron 225, según la Gobernación.
En 14 de sus 23 municipios hubo más muertes violentas. Entre los más golpeados estuvieron Andes, con aumento del 17,6% (40 casos contra 34 del año antepasado); Ciudad Bolívar, con 53,3% (46 vs 30); Salgar, 58,3% (19 vs 12); Urrao, 73,7% (33 vs 19); Fredonia, 166,7% (16 vs 6); y Betania, con 207,7% (40 vs 13).
La lista de los crímenes más atroces la encabeza la masacre de 10 personas en una finca cafetera de la vereda La Julia, en Betania, cometida el 22 de noviembre; y dos cuádruples homicidios perpetrados en la vereda La Margarita, de Salgar (febrero 26), y en el corregimiento Farallones, de Ciudad Bolívar (junio 15).
La principal causa de estos hechos fueron las disputas entre narcotraficantes, por el control de las plazas de vicio y los corredores de movilidad. En la contienda participaron el clan del Golfo y varios de sus comandantes disidentes, así como grupos locales del Suroeste y estructuras procedentes del Valle de Aburrá.
La cosecha cafetera - que incrementó el flujo de personas al campo - y las prioridades de vigilancia que impuso la pandemia, dificultaron el control de la Fuerza Pública.
Después de lo sucedido, ¿cómo inició el 2021 esta subregión? ¿Volverán a abrirse las heridas, o cicatrizarán con el ungüento de la seguridad?
EL COLOMBIANO consultó autoridades regionales y locales, haciendo seguimiento a la problemática. Los entrevistados coincidieron en que hay una leve reducción de la violencia, pero acompañada de una tensa calma, porque todavía existen los factores que provocaron las muertes del año pasado, como las bandas y el tráfico de estupefacientes.
En materia de asesinatos, a mediados de 2020 hubo un pico del 57% de aumento, el cual desaceleró hasta cerrar diciembre con 38,2%. En los primero cinco días de 2021 se documentaron ocho muertes, en comparación con nueve del mismo lapso del año anterior.
En la madrugada de ayer hubo un triple homicidio en el casco urbano de Betania, cuando fueron acribilladas tres personas en una casa. Este ataque revivió los fantasmas de la anterior anualidad.
“El Suroeste se vio afectado en materia de seguridad por la cosecha cafetera, y como ya se acabó, se redujo un poco el problema. Sin embargo, tenemos incertidumbre porque siguen los conflictos entre grupos armados”, señaló el alcalde de Betania, Carlos Villada.
El mandatario de Jericó, David Toro, hizo énfasis en la misma situación, declarando que “aunque el orden público está más tranquilo, tenemos el problema de todas las ciudades del país: el microtráfico, un asunto complejo por la afectación a los jóvenes”.
Además de las disputas por las plazas de vicio, otro factor que amenaza a la subregión es el posible desplazamiento del conflicto armado entre el clan del Golfo y la guerrilla del Eln, que desde 2017 afecta a los habitantes del sur de Chocó.
Fuentes de Inteligencia comentaron que el Eln continúa su intento de entrar al Suroeste, aprovechando la cuenca del río Murrí y sus afluentes, para establecerse en la vasta zona rural de Urrao y ocupar el territorio que dejó el frente 34 de las Farc, tras su desmovilización hace tres años.
La Séptima División del Ejército mantiene tropas en esa área, para frenar ese plan de los “elenos”.
La crisis del Suroeste obligó a una intervención especial de las autoridades, planeada en varios consejos de seguridad con el Ministerio de Defensa, la Gobernación, la cúpula militar y policial. Luego de estas reuniones, se anunciaron proyectos que giraban en torno al aumento del pie de fuerza, grupos de investigación judicial y de Inteligencia, infraestructura para nuevas estaciones de Policía, dotación de cámaras y vehículos para la movilidad de la Fuerza Pública, principalmente.
Preguntado sobre qué avances hay en el cumplimiento de esas promesas, el subsecretario de Seguridad y Convivencia de Antioquia, Jorge Castaño, afirmó que “en cabeza del Ministerio se asumieron compromisos a nombre la Fuerza Pública, que comprometían avances en su operatividad. A la fecha se destaca el cumplimiento del incremento del pie de fuerza de la Policía, que ha aumentado un 60%; el acompañamiento desde su área de Telemática a la formulación de los proyectos de tecnología; apoyo a la estrategia de la Gobernación para la prevención del consumo de estupefacientes, patrullajes aéreos para fortalecer la vigilancia rural, y la designación de un comandante para el comando operativo del Suroeste”.
El funcionario agregó que está avanzando la formación de 100 mujeres auxiliares de Policía, para que presten servicio en la subregión.
“La Policía ya dio el concepto de viabilidad jurídico y estratégico al estudio de planeación para la construcción de la estación de Jardín, la subestación del corregimiento Puerto López (Ciudad Bolívar) y la subestación del corregimiento Palermo (Támesis). Actualmente están radicados los proyectos en el Ministerio del Interior, para la aprobación presupuestal”, dijo.
También se le entregaron 13 motos a la Policía, con accesorios, matrícula, Soat y mantenimiento preventivo por un año, por $342’637.720, además de ocho drones, por valor de $1.335’456.000. Al Ejército le correspondieron 12 motos, por $357’001.320.
Según Castaño, la administración departamental “diseñó una estrategia contra la instrumentalización de menores en delitos y se implementó en 12 municipios, impactando a 6.513 ciudadanos, con inversión de $138’980.542”.
El alcalde de Venecia, Óscar Sánchez, contó que a su jurisdicción le asignaron un nuevo cuadrante policial, que hace controles en el barrio Los Álamos, donde ocurrió un triple homicidio el 23 de agosto.
Indicó que los refuerzos en pie de fuerza ayudaron a mejorar la percepción de la seguridad en el campo y que está a la espera de que la Policía local reciba una camioneta, dos motos para la zona urbana y otras dos para el corregimiento Bolombolo, las cuales deberían llegar en el primer trimestre. “También estamos esperando que el Ministerio del Interior apruebe una dotación de cámaras de vigilancia, apenas tenemos ocho y necesitamos al menos 30”, argumentó.
En cuanto a los compromisos adquiridos, el alcalde Villada, de Betania, agradeció que se cumplió con el esclarecimiento de la matanza de 10 personas, por la cual ya hay cuatro responsables capturados del clan del Golfo; en cuanto a dotación, espera una camioneta para la estación.
“Seguimos insistiendo al Gobierno en que necesitamos más cámaras para el Suroeste y un incremento del cuerpo de Inteligencia, para que haga trabajos encubiertos en las fincas, porque los cafeteros están desmotivados por tanto microtráfico de drogas. La verdad, en eso no hemos tenido mucho eco”, aseveró.
Sobre ese punto, el nuevo comandante de la Región N°6 de Policía (Antioquia, Córdoba y Chocó), general Eliécer Camacho, contó que su plan es crear grupos de acción inmediata, en conjunto con el Ejército, con entrenamiento de comandos, para mitigar la invasión de bandas a las fincas.
El burgomaestre de Jericó, David Toro, dijo que le asignaron dos motos a su estación y que este mes debe recibir noticias de la Gobernación, frente a la adquisición de cámaras. Aún no sabe cuántas le instalarán, pero pretende cubrir las zonas más golpeadas por la venta de alucinógenos, como La Comba, Quebraditas, La 40, Castalia y San Francisco.
“Necesitamos que el departamento y la Nación inviertan más en lo social, con programas para alejar a la juventud de las drogas”, opinó.
Por su parte, el alcalde de Jardín, Héctor Rendón, dijo que entre las promesas que le hicieron a su municipio están una nueva estación policial con un puesto de Turismo, “un proyecto que vale $3.600 millones y está en proceso de aprobación en el Ministerio del Interior; y también está en estudio la construcción de un helipuerto turístico y comercial, que pueda recibir los helicópteros militares”.
Así ha comenzado la cicatrización del Suroeste, con la esperanza de que en 2021 mengüe la violencia y se cumplan las promesas