Dejar el carro particular guardado en el garaje para ir al trabajo caminando, en bus o en una bicicleta. De acuerdo con el Área Metropolitana (Amva), el 65% de los viajes que se realizan en el Valle de Aburrá cada día son desplazamientos hasta los sitios de trabajo.
Y, en ese sentido, ¿cómo hacer para disminuir el impacto ambiental de estos recorridos, aún más en estos días de contingencia por la calidad del aire?
Los Planes de Movilidad Empresarial Sostenible son una opción. Viviana Tobón, subdirectora de Movilidad del Amva, explicó que como autoridad ambiental buscan su implementación al interior de las compañías de la región para que las personas muden hacia modos de transporte más sostenibles, como los vehículos eléctricos o el carro compartido.
Así, estos planes les permiten a las empresas diagnosticar los hábitos de viaje de sus trabajadores y formular proyectos para reducir, por ejemplo, el uso del carro particular y el consumo de combustible.
Entre estos proyectos, explicó Tobón, las empresas pueden destinar una parte de la planta de empleados al teletrabajo (para disminuir los viajes), promover a través de incentivos económicos o en especie el uso de la bicicleta e, incluso, otorgar estímulos como días remunerados por usar el transporte público.
Hasta el momento, según el Amva, han trabajado con 373 empresas de un aproximado de 1.000 en el Valle de Aburrá. De esas 373, 211 ya han presentado sus planes y están en proceso de aprobación.
¿Qué tan viable es?
De acuerdo con la subdirectora de Movilidad del Área, todos los incentivos están dados para las empresas, que cuentan con el marco jurídico para implementar el teletrabajo.
¿Entonces, por qué aún hay tanta resistencia con el tema? Tobón explicó que podría existir una barrera cultural en la región, asociada a la tendencia a creer que el trabajo es la presencia física en las instalaciones de la organización y, por eso, el desafío es que las empresas logren apropiarse de esquemas de evaluación por resultados, más que por asistencia.
Aún no hay cifras de cuántas empresas cuentan con teletrabajo, dijo, pero el Amva presentará un informe más detallado luego de una etapa de evaluación.
María Fernanda Galeano, secretaria de Desarrollo Económico de Medellín, puntualizó que todas estas iniciativas son viables y que, incluso, muchas empresas están promoviendo la compra de vehículos eléctricos a través de facilidades de crédito para sus trabajadores.
Galeano señaló, también, que en este proceso el empleador debe pensar en dos cosas: que el teletrabajador tenga claro sus objetivos o metas y que el líder tenga cómo validarlas.
Juliana Gutiérrez Arango, subgerente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) Seccional Antioquia, ratificó que están acompañando los planes de movilidad de las empresas y apuntó que un error común es tratar de homologar un proyecto de otra compañía sin entender bien las condiciones particulares de la empresa.
A manera de asesoría, la Andi creó una cartilla en la que incluyen datos como proveedores de carros y bicis eléctricas, plataformas de carro compartido y estaciones de carga.
¿Y es rentable esto para las empresas? De acuerdo con Gutiérrez, depende de cada caso, pero los beneficios son evidentes con el tiempo.
Por eso, los puntos a favor son varios: el empleado que usa la bicicleta o camina más gana en salud y bienestar, ahorra en pasajes, impuestos y gasolina.
Cada kilómetro que se recorre en “bici” en lugar del carro evita la emisión de 300 gramos de CO2 al aire. Pero un primer paso es, por supuesto, que las organizaciones lo hagan mucho más sencillo .