La extraña rareza del cielo estrellado

escorpionConstelación del Escorpión, con imagen de Stellarium

Hola Galileanos!!

Hace varios días tuve la oportunidad de viajar por tierra, y de noche, con destino al municipio de Buga, en el Valle del Cauca. Me sorprendió especialmente apreciar por las ventanas del automotor la cantidad incontable de estrellas, que resultaban visibles a golpe de ojo, fácil y sin muchas artimañas, con sólo detenerse un instante al lado de la vía y apagar las luces del vehículo.Si bien es cierto que las noches recientes no han sido muy útiles que digamos para la observación, por aquello del clima lluvioso, y de las grandes cantidades de nubes, es claro que nuestra principal barrera para ver el cielo y admirarnos con las estrellas es la increible cantidad de luz que rodea nuestras casas, aún en las zonas rurales alñedañas. El progreso, sin duda, nos pasa una cuenta de cobro a quienes apreciamos la luz natural del cielo y la dichosa gracia de ver estrellas. En mi viaje, como les contaba, pude ver a simple vista varias constelaciones, entre ellas la del Escorpión, enorme y maravillosa, fácil de apreciar por su forma inconfundible.

También, aprovecho, tuve la oportunidad de pensar en los próximos encuentros reales de los observadores del cielo de Medellín y sus municipios cercanos. Ya en Sonsón, en Yarumal y otras ciudades del Departamento, se piensa en clubes de astronomía aficionada, ya que allá, por fortuna, las condiciones de observación resultan más favorables por la cercanía ocn la naturaleza y con la ausencia de luces tan fuertes y poderosas como las de las grandes urbes.

Extrañeza total
Mencioné en el título el asunto de la extrañeza. Recuerdo cuando en la Fiesta del Libro y la Cultura del año pasado instalamos telescopios en el Jardín Botánico, y con sólo un poco de penumbra, logramos apreciar el paso de varios satélites artificiales, y hasta del telescopio espacial Hubble. Eso es todo lo que se necesita!! Un poco de oscuridad y penumbra para resolver la iniciativa de apreciar el cielo en su pleno furor. Aprovecho esta nota para invitar a quienes tengan contacto con universidades, o que sepan de algún lugar al que se pueda ir a mirar el cielo dentro de la ciudad. Así lograremos hallar sitios adecuados, en los que logremos instalarnos para divertir la retina y aprender de la naturaleza, al mejor estilo de los grandes observadores de la antigüedad. Nuestra comunidad de observadores tendrá un poco más adelante una sede natural, en los nuevos espacios del Planetario Municipal, que sigue su proceso de transformación de la mano del Parque Explora. Mientras tanto, aprovechen las salidas como la que yo tuve la fortuna de hacer, y paren el carro (si es posible, y con mucho cuidado…) al lado de la vía.  Es una excelente oportunidad para mirar sobre nuestras cabezas y recordar que somos apenas una brizna en medio del insondable universo que nos rodea.

Soy Juan Pablo Ramírez y disfruto hablar de las ciencias del espacio. Soy Comunicador Social - Periodista, por lo que mis textos hablan desde la experiencia del observador común,. más que desde la mirada de algún científico experto. Me gustan las preguntas y confío en que este espacio sea una forma de conectar la tierra con el cielo, en medio del disfrute del resplandor de las estrellas y de todo lo que ocurre en torno a ellas.

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