Economía colombiana 2016: otra vez lo urgente por encima de lo importante.

Autor: Giovanny Cardona Montoya

Enero 5 de 2016.

El clima

Las variables más evidentes y preocupantes en el corto plazo son: dólar incierto, inflación elevada y al alza; y precio del petróleo bajo, marcado por un ambiente geopolítico y geo-económico que dificulta predecir su comportamiento en el corto plazo. Además, en este contexto, el Banco de La República debe mover la política monetaria entre el control a la inflación y la necesidad de evitar una recesión.

Hay más nubarrones pero esto es suficiente para empezar.

El barco.

Este país está viviendo una dura coyuntura, no solamente porque el precio del petróleo ha bajado catastróficamente y el dólar es sumamente volátil. No, Colombia se halla en una encrucijada no sólo por el mal ambiente mundial sino, especialmente, porque, excepto la ortodoxia macroeconómica, las políticas económicas de este país no van en ninguna dirección.

En un cuarto de siglo de apertura económica, se ha avanzado poco en materia de calidad educativa, de investigación y de desarrollo tecnológico. Las grandes obras de infraestructura demoran “siglos” -no décadas, como es normal-, lo que se explica por falta de una cultura de planeación, de gestión de largo plazo y de políticas de Estado.

Sólo por adornar este comentario con un ejemplo, Bogotá ya va en su tercer gobierno desde que se decidió que SI se haría el Metro, y aún no se pone la primera piedra; y todo indica que se repensará un poco, lo que se tomará dos años más.

Hay otros retos, y en éstos tampoco se avanza: una política fiscal que estimule la inversión y estrategias que reduzcan la evasión y la elusión; una política agraria que permita aprovechar de manera seria nuestra ubicación geográfica. La dotación de recursos naturales es una oportunidad enorme para desarrollar biotecnología y trabajar en combustibles de fuentes renovables, pero en esto tampoco hay nada que destacar.

Excepto el sector de la construcción, la producción de bienes y servicios poco ha avanzado en materia de innovación y agregación de valor. Prueba de ello es que cada vez dependemos más de la exportación de hidrocarburos, en detrimento de la participación de productos agrícolas, agroindustriales y de manufacturas.

Incluso, el alza en el precio del dólar, que al comienzo ilusionó a algunos, es realmente un arma de doble filo para los exportadores puesto que nuestras manufacturas cada vez dependen más de insumos importados, en otras palabras, bajo valor agregado nacional.

El destino.

El principal problema que enfrenta el país no es de la inflación, la tasa de cambio o el de los precios de combustibles. No, es el cortoplacismo de nuestra política económica.

Ante la situación económica que se presenta, nadie está hablando de políticas industriales o de desarrollo de la innovación en el aparato productivo. Se habla de controlar la inflación, de ajuste fiscal, de controlar la fluctuación de la tasa de cambio, etc., lo que es necesario pero no es suficiente; de hecho, es lo que hemos hecho por décadas.

Mantener estabilidad en las finanzas públicas y el poder adquisitivo de la moneda no deben ser fines en sí mismos, sino medios para aspiraciones mayores: elevar la competitividad, el bienestar colectivo y asegurar el desarrollo sostenible.

No sabemos qué es lo que va a pasar en caso de que se firme un acuerdo de paz en La Habana, pero definitivamente el país está viviendo un momento trascendental. En caso de que la confrontación armada entre las guerrillas y el ejército realmente termine, se crearía un caldo de cultivo óptimo para el desarrollo del agro, la agroindustria, la biotecnología y los biocombustibles. Somos un país con bosques, biodiversidad y tierras cultivables, así que la oportunidad estaría servida.  Pero como el país no es sólo rural, es necesario pensar en planes de largo plazo y en políticas de Estado para desarrollar la industria manufacturera y el sector servicios, especialmente la industria del turismo.

Todo lo anterior exige enfrentar problemas estructurales tales como, la baja cobertura y calidad del sistema de salud, las debilidades de infraestructura vial y portuaria, la informalidad laboral y las insuficiencias en materia de cobertura y calidad educativa, principalmente.

 

 

2 comments

  1. Jorge Gallego   •  

    Hola Giovanny, efectivamente el panorama es sombrío, pero veo en tus planteamientos que el éxito en el proceso de paz es el camino mas expedito para la recuperación económica del país en los temas de agricultura, turismo, biotecnología entre otros; sin embargo en los temas estructurales que propones como la salud, la educación y el empleo formal, no veo claro el camino. Por supuesto un país en paz es un gran paso, pero y como se combate la corrupción que es transversal a los problemas estructurales que se evidencian?

    Un abrazo.

    • Giovanny Cardona Montoya Giovanny Cardona Montoya   •     Autor

      Hola Jorge:

      Deseo aclarar que no percibo como una consecuencia inevitable, pero sí como una oportunidad, la firma de un acuerdo de paz, ya que el conflicto se ha llevado en gran medida en el campo. Sin embargo, siendo más holísticos en mi comentario, y tratando de dar respuesta a tu inquietud, quiero señalar que la Constitución de 1991 fue algo así como la firma de un nuevo Contrato Social, una alianza ampliada que buscaba modernizar nuestra economía, nuestras insittuciones y nuestro desarrollo social. Algo de eso se logró con cambios como el Tarjeton, la tutela, la salud universal, la inversión agresiva en ampliación de cobertura educativa, las circunscrip´ciones especiales para negritudes e indigenas, por ejemplo. Algún avance hubo, aunque inferior a las expectativas.

      Creo que ahora, para salir de la guerra, para desprendernos del narcotráfico, para desarrollar el campo, para modernizar y ampliar la cobertura de educación, cienciia y tecnología y para crear una economía sustentable, se hace necesario un nuevo Contrato Social que involucre a los jóvenes, a las mujeres, a los pequeños empresarios manufactureros, a los educadores y médicos y a los pocos científicos del país. Estos además de otros actores son fundamentales para delinear un proyecto país de largo plazo. Considero que hoy no tenemos proyecto, que este es un país que vive el dia a día, incluso en los tres temas que me planteas.

      saludos

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