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La cooperación que han sostenido Colombia y Estados Unidos en los últimos cuatro años en materia de lucha contra las drogas, dio nuevos resultados que según ambos gobiernos arrojan un margen positivo.
En especial porque este jueves la Casa Blanca resaltó el trabajo que en 2021 adelantó el Gobierno de Iván Duque para combatir el narcotráfico, considerado como una gran amenaza en medio de la relación bilateral, y un tema que por estos días ha marcado la agenda nacional.
La mención desde Estados Unidos vino en un corto comunicado. En él, la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas destacó que si se compara a 2020, los cultivos de uso ilícito de coca en Colombia tuvieron una reducción del 4,7 % en 2021. Esto porque se pasó de tener 245.000 hectáreas sembradas a 234.000, cifra que para Joe Biden es una mejora, pero que de todos modos sigue siendo alta.
Estefanía Ciro, investigadora del Centro de Pensamiento desde la Amazonía Colombia Alaorilladelrio, resalta que la reducción de 11.000 hectáreas es un porcentaje mínimo frente al reto que deja el Gobierno saliente de Duque.
Desde Estados Unidos aclararon que la disminución se debe tomar como muestra de que hay que seguir implementando estrategias bilaterales que lleven a ambos países a establecer en el campo, medios de vida seguros y productivos para los campesinos.
La reacción del Gobierno
Dicho informe cayó bien en las autoridades colombianas, ya que ante la mención –que incluye números de dos países de la región: Perú y Bolivia–, el ministro de Defensa, Diego Molano, manifestó que esta se lee como un reconocimiento al esfuerzo de Colombia en la lucha contra el narcotráfico.
En concreto, a lo que él llamó un sacrificio por parte de los soldados y policías que han luchado contra las redes ilegales del narcotráfico. Y es que en el último cuatrenio han matado a 34 personas que trabajaban en la erradicación: 30 de ellas integrantes de la Fuerza Pública, y otras cuatro civiles. Igualmente, 269 personas resultaron heridas, 208 de esas uniformadas
A nivel político, La cifra de Estados Unidos también cobró valor. No solo porque llegó en un momento coyuntural por el empalme entre el Gobierno que sale el próximo 7 de agosto y el entrante de Gustavo Petro. A eso se suma que al interior de la Casa de Nariño ese factor de cultivos de coca venía jugando en contra a las labores del presidente Iván Duque, pues en su periodo al frente de la Nación la cifra subió anualmente hasta 2020.
Sin embargo, en esta ocasión se presentó una reducción en la que detrás estuvo lo adelantado por el Ejecutivo y por los 21.000 uniformados que han hecho presencia a lo largo y ancho del territorio. Ese reconocimiento por parte de Joe Biden también se refiere, según Molano, a las incautaciones que se han hecho en los últimos cuatro años. En ese lapso, que corresponde al gobierno Duque, se han congelado cerca de 2.200 toneladas, 700 de ellas en 2021.
La mayor amenaza
Con ese calificativo describió el ministro Diego Molano la situación que representan los cultivos ilícitos en el país, y por eso subrayó que la tarea que le encomendó el presidente Duque al llegar a esa cartera fue la de combatirlos con toda la contundencia.
En ese sentido, a poco menos de un mes de que termine el periodo de este Gobierno, el miércoles pasado el ministro hizo una rendición de cuentas que marcó la agenda nacional porque contó cómo le fue en ese encargo. En el balance detalló, por ejemplo, que a lo largo de los cuatro años de Duque hubo 398.000 hectáreas erradicadas de manera manual, las cuales se sumaron a la reducción que halló Estados Unidos en el potencial de producción de cocaína, que pasó de 994 toneladas métricas en 2020 a 972 en 2021.
Esa cantidad de números fue exaltada por el mismo Gobierno, pero la investigadora Estefanía Ciro cree que esta es una cifra muy política, que dista de las presentadas anualmente por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y el Gobierno.
En efecto, en 2020, la ONU halló 143.000 hectáreas sembradas, algo menor a las 245.000 de los norteamericanos. Es por eso que ella piensa que lo publicado este jueves por la Casa Blanca hay que tomarlo con pinzas, puesto que “es un termómetro de presión sobre lo que ocurre con la estrategia de tratamiento de cultivos de coca”.
Es decir, que lo que hay que leer es qué quiere decir Joe Biden al mostrar ese dato a poco tiempo de que termine el periodo de Iván Duque, y de que llegue al poder Gustavo Petro. En su concepto, lo que pretenden es evidenciar que con cifras aún tan altas, toca fortalecer la estrategia, pese a que le lluevan reparos.
La pelota pasa a Petro
En el informe del jueves, Rahul Gupta, director de la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas, dejó ver que es cierto que lo que buscan Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris es continuar la estrategia para acabar con los cultivos y capturar a los narcotraficantes.
Así lo escribieron de manera explícita, y por eso resaltaron que es importante la permanencia en el tiempo de los planes que a fondo buscan tres cosas: seguridad rural, justicia y desarrollo. Es acá donde entran las relaciones que puedan forjar Gustavo Petro y Joe Biden, mandatario que enviará a Colombia una delegación especial para que se reúna este 21 de julio con el cordobés, un día después de la posesión del Congreso en el que el nuevo Gobierno busca mayorías.
El antecedente al encuentro diplomático es la llamada que tuvieron los dos líderes días después de que Petro resultó ganador en segunda vuelta. En ese momento ya se sabía que en su plan de gobierno está una revisión al tratado de extradición con EE. UU. y una renegociación al TLC con ellos. Es en ese marco en el que entrará también la lucha contra las drogas que han llevado durante varios años los distintos mandatarios.
No obstante, a esa intención de continuar el plan que tiene Estados Unidos bajo la era Petro la rodea la recomendación que hizo la Comisión de la Verdad en su Informe Final. En ese documento, presentado el jueves ante el Consejo de Seguridad de la ONU, se habla de la regulación a las drogas, dejando a un lado el prohibicionismo que han manejado siempre los dos países amigos desde hace 200 años, y que esperan que llegue a buenos términos en el próximo cuatrenio.